miércoles, 24 de octubre de 2012

Rajoy colaborador por omisión.




El 6 de Octubre de 1934 el Presidente de la Generalidad catalana D. Lluis Compayns
                                               
 declaró de forma unilateral  el Estado catalán. Como respuesta a esta proclamación unilateral que atacaba la Unidad Nacional el gobierno de la II república, entonces presidido por Lerroux declaró el estado de Guerra, y tropas militares al mando del  General Batet, general catalán  entonces Jefe de la IV División Orgánica, es decir Jefe del ejercito en Cataluña
                                               
, se desplegaron por el territorio catalán llegado a cañonear el palacio de la Generalidad.

                                               
Los mossos  pasaron  a estar bajo el mando del citado general, siendo previamente detenidos por tropas de la Guardia Civil aquellos que ofrecieron resistencia .

                                                  
El presidente Companys fué detenido y posteriormente juzgado por  el Tribunal de Garantías Constitucionales.

                                              

De este modo fue conjurada la ruptura nacional que la Generalidad había llevado a cabo, y defendida la Unidad de España.

En lo que se refiere a la proclamación unilateral de un Estado catalán podemos establecer claras similitudes con la situación a la que nos estamos acercando. Las afirmaciones del actual Presidente de la Generalidad Artur Mas

                                                
 van en esa dirección, es más, esta institución ha acudido a instancias de la Unión Europea para  que esta presione al Gobierno español y no intervenga militarmente ante una más que probable declaración  de secesión  en Cataluña, sólo esto es un claro síntoma de que las afirmaciones  secesionistas de Mas no son mera palabrería electoralista como  una manera de no  abordar la grave amenaza secesionista  pende sobre nuestra nación.

Pero desgraciadamente nos tememos que hasta aquí van a llegar las  similitudes, y es que el Gobierno del Sr. Rajoy  

                                                
carece de la entereza suficiente para  atajar el peligro independentista y menos aún  de preservar la Unidad Nacional ante una declaración unilateral de un Estado catalán, por unas razones u otras  no acudirá al ejército para acabar con   ese desmán.

Sólo una intervención  de fuerza podrá mantener España unida.

                                                  

lunes, 15 de octubre de 2012

Juramentos y Honor.



                                                                           

¿Recuerdas?, era un día hermoso, lucías con orgullo el uniforme y las estrellas recién estrenadas mientras te acercabas marcando el paso a besar nuevamente la bandera.

                                            
Nunca olvidarás ese  “si, juramos” que gritaste al unísono junto al resto de tus compañeros en formación. Con emoción verdadera y de amor patrío henchido el corazón  habías jurado defender  la unidad nacional.


                                             
¡Que orgullo tan grande  cuando  desfilabas o cuando por primera vez  te tocó portar la enseña nacional!.
En la academia, mientras asistías a clase de historia, soñaste un millón de veces con luchar con heroísmos  por España.

Luego llegaron las medallas, los cursos de  estado mayor y los fajines, pero todo ello ahora tu actitud lo está convirtiendo en puro teatro.
La unidad de España corre serio peligro, Cataluña está cada vez más cerca de la secesión, y esa sangre que juraste verter hasta la última gota  parece haberse transformado en horchata.

La obediencia y el pensar que ahora estamos en otros tiempos te están sirviendo de excusa  para silenciar los gritos que tu conciencia y honor levantan en tu interior exigiéndote cumplir tu juramento y dar un sentido verdadero a una vida de   desfiles, juramentos y maniobras.

Más adelante cualquier recluta podrá con razón gritarte a la cara que mientras España se rompía tú te escondiste tras la obediencia  para disimular cobardía, y tú habrás de bajar humillado la cabeza. No sólo tu espada continuó  envainada, sino que  de tu boca, tan dada a realizar juramentos, no salió  palabra alguna para intentar frenar la 
ruptura de España.

                                           

No olvides nunca que por encima de la obediencia está el honor y por encima de este está España.


                                                 
España no puede convertirse en una mera palabra hueca, útil para  llenar himnos  a los que acompasar el paso o para realizar juramentos que se incumplirán finalmente  con tal de someterse al arbitrio de lo que cualquier autoridad civil, por muy corrupta y traidora que esta sea, ordene. 

Tus estrellas  no son un privilegio sino algo que a cada instante te ha de recordar que por encima de sacrificios, sinsabores, peligros o  cualquier obediencia malentendida  has de colocar siempre el servir a España y defender su Unidad.

viernes, 12 de octubre de 2012

Viva España y la Hispanidad.


                                                                   


En este día en que se celebra  la fiesta nacional  y en que  la hispanidad  es recordada España atraviesa por una situación  crítica en la que su unidad está siendo puesta en cuestión y es desafiada por los enemigos de España y ante el silencio cobarde de los que deberían defenderla.

No son pocos, es lo que está de moda, los que  atacan   la  presencia española en América y la ingente obra que allí se llevó a cabo.

España se extendió por El mundo, no tanto con la finalidad de lograr riquezas cuanto  con la de extender  la hispanidad que es lo mismo que decir la religión católica. España sacrificó su historia en  pos de la metahistoria, lejos de lograr unos fines económicos o de poder, fue desangrándose   y esquilmando su  economía  para conseguir que en el mundo reinase la cruz, los pueblos saliesen del negro pozo de la desesperación que produce la idolatría y el pensamiento mágico.
Aunque se nos quiera convencer de que la obra de España consistió en genocidios, robos continuos y en acabar con la cultura de los pueblos, nada de esto es más apartado de la realidad. Aún reconociendo que en toda empresa humana hay excepciones que confirman la regla, España ha transmitido a poblaciones inmensas el concepto de dignidad humana y libertad, ha sido el instrumento para que fuesen capaces de salir de un estado de crueldad hacia sus semejantes viendo en ellos unos  hermanos y no unos esclavos a los que se puede sacrificar  para ofrecerlos al dios sol.


                                              
España llevó a América y al resto de los países hispanos, la cultura y las letras a través de las universidades  y sobre todo les llevó  a Cristo.
España, al contrario que aconteció con los protestantes que conquistaron América del norte, no tuvieron reparo en mezclar su sangre con los nativos dando lugar a los criollos, que poco a poco se hicieron con el poder en los territorios  Americanos. No  se trató de exterminar a los indios ni se les recluyó en reservas. Los indígenas eran considerados legalmente como unos españoles más, e incluso el abuso contra ellos era castigado  de un modo más fuerte que si el abusado fuese un español de origen europeo.


                                             


                                               
                                                 


                                             

La universalidad de España se ha plasmado, y así debería continuar siendo,  en el cumplimiento de una misión. Pero para que España pueda cumplir con su empresa  debe primero reconocerse a si misma como unidad dentro de la diversidad de sus pueblos, porque  España no se reconoce sino está completa  ni cada  pueblo encuentra sentido  sino es  junto al resto de los pueblo se España.



                                               

                            ¡¡¡VIVA LA UNIDAD DE ESPAÑA!!! 

                            ¡¡¡VIVA LA HISPANIDAD!!!!

viernes, 5 de octubre de 2012

Fuerte con el débil, débil con el fuerte.



                                                 


Resulta  como mínimo una actitud cobarde el ser fuerte con los débiles y a la par ser débil con los fuertes.
Y desgraciadamente es eso a lo que en la actualidad estamos asistiendo.
El gobierno del Partido Popular se muestra muy fuerte cpontra los quese manifiestan pacíficamente, aunque una mínimamente  parte de ellos lo hagan  de modo violento, miles de personas en su mayoría jóvenes protestando en contra de unas medidas que están empobreciendo  a la población española, contra una situación que mantiene en el desempleo a  cerca de seis millones de personas y contra una casta política cada vez más corrupta y  apartada de la realidad social. Una casta  de vividores  escondidos tras sus prebendas.


                                               
Contra estas manifestaciones el gobierno popular si se muestra fuerte  al enviar a las fuerzas antidisturbios, ordenándoles  aplicar una fuerza realmente excesiva en lugar de  tomar en consideración lo  que las protestas señalan.


                                               


                                                  
En cambio cuando ese mismo gobierno se encuentra con un problema infinitamente mayor como es que cuatro municipios catalanes se declaren independientes, vulnerando de esta forma la Constitución  e incumpliendo la ley, no hace nada, el silencio y la inactividad es su respuesta. Claro que en este caso se encuentra frente a un gobierno  autónomo que es fuerte y ante el cual  opta por no aplicar la ley aunque  tal inactividad sea una TRAICIÓN.

Los españoles en estos críticos momentos echamos de menos las palabras del que supuestamente es garante de la Unidad Nacional. El monarca  con su silencio e inactividad está incurriendo en esa TRAICIÓN.

                                             
Del mismo modo, los que juraron defender y verter hasta la última gota de su sangre  defendiendo la unidad ahora en peligro  callan ni siquiera elevan su voz para defender a España.
 Nuevamente hay que señalar que el honor está por encima de la obediencia y  por encima de este se encuentra España.


                                                    

                                       

Ante la  conculcación de la legislación vigente y un ataque directo a uno de los puntos básicos   de la Carta Magna como  es la  la unidad de la Nación española la única actuación posible es la aplicación de la ley, recurriendo si es preciso a esas mismas fuerzas a las que con tanta facilidad recurre para  combatir a los manifestantes.


                                               

Los alcaldes  de los municipios autodeclarados independientes tendrían que haber sido  inmediatamente detenidos, al igual que aquellos que promueven la secesión de Cataluña.
Caso contrario el gobierno estaría incurriendo  el ALTA TRAICIÓN, además de mostrar cobardía.

Pero hemos de considerar que el apaleamiento de los manifestantes sirve a los gobernantes para  atrae la atención de la población sobre estos acontecimientos logrando de este modo distraer al pueblo y lograr que su foco de atención no se dirija a la crisis económica, a los recortes y a  de la terrible crisis que  amenaza con la ruptura de la Unidad Nacional.