martes, 31 de julio de 2018

La debilidad de España y la acción de la U.E. favorecen la invasión.



                                                                         


España atraviesa un momento en el que está en juego su misma supervivencia, un momento en el cual se han confabulado fuerzas poderosísimas que tratan de   lograr lo que durante siglos no han conseguido nuestros más atávicos enemigos.
Para alcanzar esta destrucción, nuestros enemigos se sirven de algo que ellos mismos han propiciado y están engordando, lo hacen para en un primer momento bloquearnos económica y socialmente y después acabar completamente con nuestra soberanía y por último vaciarnos de identidad.
 Por supuesto me estoy refiriendo a que se están sirviendo de ese ariete que ahora padecemos y es la gigantesca inmigración ilegal, mayoritariamente subsahariana y musulmana, que está llevando a cabo una invasión, inicialmente pacífica, que diariamente introduce en nuestro territorio alrededor de mil sujetos de manera ilegal, tanto por tierra como por mar.
La masa humana que hora tras hora penetra por nuestras fronteras de manera incontrolada ha alcanzado unas dimensiones tales que nuestras infraestructuras ya no son capaces de gestionar la cantidad de ilegales que llegan, todo esto tiene consecuencias tanto sobre la economía como sobre la seguridad y salubridad de nuestra población, algo que a no mucho tardar provocará serios problemas en la paz social, en la seguridad y en la sanidad, viéndose muy seriamente afectada toda la población española.
 Lo que tristemente ocurre es que cuando todo eso se produzca ya no habrá marcha atrás, y las medidas que será necesario aplicar serán de un calibre tal que nadie se atreverá a ponerlas en práctica.
Hasta ahora todo esto se ha venido ocultando bajo un manto de buenismo y humanitarismo mal entendido, cuestiones que al formar parte del pensamiento único políticamente correcto muy pocos se han atrevido a cuestionar o criticar por miedo a ser tachado de racistas, xenófobos o de no tener humanidad para tomar en consideración las desgracias vitales de los que llegan.
Pero la situación está empezando a alcanzar un nivel tal que esas estrategias de control han dejado de ser capaces de dirigir el pensamiento de la totalidad de la población, aunque por desgracia una gran parte de los españoles continúan sometidos a esa dictadura de lo políticamente correcto, sometimiento que continúa sirviendo para esconder la realidad o al menos para evitar toda reacción.

Ante esta situación crítica el nuevo presidente del gobierno no ha hecho otra cosa que echar gasolina al fuego. Ya que, con los multitudinarios saltos a las vallas de Ceuta y Melilla, la última en Ceuta en la que entraron ilegalmente en territorio español más de seiscientos, tras herir gravemente a numerosos guardias civiles.

                                                              

Después de haber entrado ilegalmente y haber atacado y herido a agentes de la autoridad, esos delincuentes fueron recibidos con los brazos abiertos en el CETI, donde se les dio comida y se les proporcionó asistencia sanitaria, pudiendo además optar a recibir ayudas económicas en cuanto soliciten ser reconocidos como refugiados.

                                                                  




A esto hay que sumar acciones buenistas como permitir la entrada en el puerto de Valencia del barco de la ONG Open Arms “Aquarius”, esa ONG está subvencionada por el globalista George Soros, para que entrasen en territorio español más de doscientos inmigrantes ilegales que no aceptaban ni Italia ni Creta.

                                                                   


Pero si nos   seguimos refiriendo a la entrada por mar, nuestro país continúa suicidándose al ir a las aguas internacionales e incluso a las libias, de donde parten los ilegales con ayuda de las mafias, para recogerlos en alta mar y traerlos a los puertos españoles.
Pero con esto no acaba la cosa, puesto que en los últimos días   han sido varios los desembarcos de cientos de inmigrantes subsaharianos ilegales que montados en grandes lanchas han desembarcado en las playas españolas, llenas de turistas, para después escapar e internarse en territorio nacional.  Ni la armada en el mar ni la guardia civil en tierra han sido capaces de impedirlo.

                                                                     


Con todo esto las autoridades están enviando un mensaje que entienden perfectamente los inmigrantes y las mafias que en Marruecos y Libia están esperando para entrar en nuestro continente, el mensaje es claro, España no es capaz de asegurar y defender sus fronteras, es a ella a la que hay que acudir para entrar en Europa.

Y no seamos ingenuos pensando que esto no es tan grave como los “xenófobos fascistas” quieren que se piense. Realmente no es tan grave, lo es muchísimo más. La realidad es que más de 50.000 subsaharianos están en los montes marroquíes cercanos a Ceuta y Melilla para saltar las vallas y entrar en territorio español, pero que nadie piense que una vez que entran  se quedan en Ceuta o Melilla, la realidad es que a los diez o a lo sumo quince días de entrar en el CETI son trasladados a centros de Málaga, donde tras ser identificados (si esto es  posible puesto que carecen de documentación pues se deshacen de ella antes de realizar el salto) antes del salto) parten  a los cinco días a distintas partes de la península donde   son soltados con  ropa nueva, una ayuda económica y de este modo el problema llegará a todos nosotros.
Pero con ser grave todo lo señalado hasta ahora, no deja de ser una minucia respecto a la realidad a la que nos vamos a tener que enfrentar, porque las mafias no paran de buscar clientes-inmigrantes ilegales, y tienen un mercado tan amplio como lo es la población africana, unos cincuenta millones estarían dispuestos a dar el salto a Europa, y el camino disponible una vez cerrado el que se utilizaba a través de Italia, Creta o Grecia es únicamente el que le ofrece la débil  España.

                                                              


Por la desidia de nuestros gobernantes y la obediencia borreguil de nuestras fuerzas armadas y de seguridad enfrentamos una invasión monstruosa que puede acabar con nuestra nación y su identidad, pero antes sufriremos problemas de orden público y sanitarios.
Aquellos que consideren que la solución para poner freno a esta calamidad que se nos viene encima sólo la podremos enfrentar con ayuda exterior y que esta nos vendrá de la Unión Europea no es que estén equivocados, es que  no se han dado cuenta de que es precisamente esa Europa de los mercaderes vendidos a los globalistas uno de los ejes fundamentales del plan globalista que pretende acabar con España como estado-nación.  Del engendro de la Unión Europea no recibiremos otra cosa que más inmigrantes ilegales.
La única realidad es que a los dos días de asumir el cargo de presidente del gobierno Pedro Sánchez se entrevistó en la Moncloa con George Soros, el globalista impulsor de la invasión de Europa, en esa entrevista seguramente recibiría indicaciones y órdenes de este verdadero mafioso del mundialismo.  Para aclararse y no dejarse engañar por la palabrería y las falacias que se vierten sobre una posible solución exterior es necesario recordar que hace poco menos de dos meses la verdadera dueña de la Unión Europea y directora de la invasión, la presidenta alemana Angela Merkel, señaló que España recibiría  una gran parte de los inmigrantes ilegales que se habían llegado y se habían instalado en Alemania, poco después el parlamento europeo  propuso que cada inmigrante que arribase a Europa tendría que quedarse en el país al que hubiese llegado o en el primero en el que solicitase asilo, eso significa que nuestra patria se convertiría en el lugar donde se habrían de quedar todos los inmigrantes que entran en España para alcanzar otras zonas de Europa.
La cosa va más lejos aún puesto que la presidenta del Fondo Monetario Internacional, Cristine Lagard, tuvo la desfachatez de decir que España habría de acoger 5,1 millones de refugiados, y ya sabemos lo que significa que las altas finanzas internacionales te indiquen algo, que toda indicación suya se termina convirtiendo en una orden que obligatoriamente ha de ser cumplida.

                                                               

 Y lo último ha sido que la ayuda de la Unión Europea a España consistirá en que la U.E. dará 7.000 euros por cada inmigrante que solicite estatuto de refugiado y sea reconocido como tal. En esta lucha tan solo contamos con nosotros mismos y si no luchamos por nuestra supervivencia nadie lo hará por nosotros.

Tenemos que quitarnos de encima todo ese buenismo y sentimentalismo que nos paraliza, hemos de implementar las medidas precisas para defender, mientras esto sea posible, nuestras fronteras aplicando las medidas precisas sin hacer caso alguno a las directrices u órdenes de una Unión Europea, una organización que tan solo se preocupa por los intereses de la Europa del centro y norte del continente y que  tan solo nos considera como muro de contención para frenar la llegada de los invasores a su territorio, el hecho de que los inmigrantes ilegales  ocupen nuestro territorio para ellos es algo que carece de importancia mientras sirva para contener a los invasores.

                                                                  


lunes, 30 de julio de 2018

El caballero, la muerte y el diablo.



                                                                                   



EL CABALLERO, LA MUERTE y EL DIABLO
(Alberto Durero)
Aquí está el caballero de la cruz y la rosa,
señor de la esperanza, príncipe de la fe,
rey sin cetro, monarca sin corona, caudillo
que conduce a sus hombres al triunfo en la batalla,
portador del emblema sagrado de la estirpe
en el palor de brumas y en la brasa del sol.
Aquí también los laberintos silenciosos,
la sed de los guerreros moribundos, el cuervo
que grazna en el abismo, la siniestra corneja,
el áspid del orgullo en el árbol confuso
de la sabiduría, la muerte y el diablo
flanqueando la cuna de los recién nacidos.
Allí dentro la imagen de tu madre en el alma,
la paloma al acecho del halcón, el veneno
de aquel primer abrazo cuando el mundo era joven,
las doncellas germánicas que hilaron en tu alcoba,
la mujer que te quiso y aquella a quien quisiste,
el dolor del amor que mueve las estrellas.
(Por fuertes y fronteras, 1996)

domingo, 29 de julio de 2018

El silencio cómplice del feminismo radical hegemónico.

pmocp
                                                                             




Nuevamente el movimiento feminista radical hegemónico ha dado claras muestras de lo que es en realidad y de lo que oculta bajo esa capa de victimismo tras el que supuestamente busca defender a la mujer.
Y lo peor es que gran parte de la población femenina, y de no pocos hombres, ha sucumbido a la presión del pensamiento único, siguiendo los lemas y las directrices que marca este peligroso movimiento fanático que forma parte de una ingeniería social globalista que persigue terminar con la familia tradicional para de ese modo acabar con la sociedad occidental y las naciones que la conforman.

                                                                 


Han sido muchas las tomas de posición y las incongruencias de sus acciones que han puesto claramente de manifiesto hasta que punto el autodenominado feminismo para nada busca la igualdad de oportunidades o equiparación laboral entre hombres y mujeres.
 Sus actuaciones, exigencias y silencios han delatado que el verdadero planteamiento ideológico en el que se basan y al que sirven es el del freudomarxismo de la escuela de Frankfurt, no buscando tanto la igualdad legal y laboral de las mujeres con respecto a los hombres cuanto el desarrollo de una suerte de lucha de clases aplicada a los sexos, sirviéndose para ello de la ideología de género.

                                                              


Para propiciar esta lucha de sexos acuden al victimismo argumentando que la mujer ha estado y continúa estando sometida al hombre merced a una organización familiar, social, económica e incluso religiosa que se basa en ese inexistente ente que denominan patriarcado.
Pero nos encontramos con que las posiciones de este feminismo radical que padecemos han pasado a formar parte del pensamiento único de lo políticamente correcto, siendo así que sus presupuestos victimistas, la lucha de sexos y la ideología de género, están unidos al resto de planteamientos también políticamente correctos como la defensa de la multiculturalidad y de la inmigración ilegal, etc. De manera que todas ellas han pasado a constituirse en cuestiones inapelables y que conforman un bloque ideológico que por fuerza ha de ser aceptado y respecto al cual no se admite disidencia ni crítica alguna.
De esta manera tanto la política partidista, la legislación, los comentarios e informaciones de la prensa e incluso las prédicas religiosas van todas en la misma dirección, la marcada por esta ideología radical a la que nos venimos refiriendo y a la cual se pliegan todos para evitar enfrentarse a una mayoría social acrítica y al poder que sobre él se levanta.

                                                                 


Los casos a los que ahora nos vamos a referir han tenido hace unos meses una plasmación si no idéntica muy similar.
En un primer momento nos encontramos con una situación con el caso de “la manada” y la sentencia que casi un año después se dictó, ambas cuestiones movilizó a los grupos feministas, sacando a la calle a cientos de miles de mujeres, movidas por el llamamiento de estos grupos y por partidos o asociaciones políticas de extrema izquierda.

                                                              


En aquel momento la prensa, la radio y la televisión adoptaron una posición radical, cayendo incluso en la tendenciosidad a la hora de hacer un espectáculo de un suceso y desarrollar un juicio popular, desarrollando una tendenciosidad que se vio marcada por considerar culpables a los acusados antes incluso de haber sido juzgados y cuando la única prueba era la palabra de la denunciante.
 Coincidiendo con esos hechos o desarrollándose muy poco después se produjeron hechos similares, mucho más graves aún, en los que los culpables fueron detenidos por la policía cuando intentaban escapar en avión camino a sus países de origen, Argelia en este caso.  Los sujetos confesaron ante la policía haber sido ellos los que habían realizado los deleznables hechos de los que se les acusaba.


Los hechos fueron la violación grupal de tres chicas menores, una de las cuales tenía tan solo catorce años, la cual fue secuestrada y retenida en un piso tres días durante los cuales fue violada en múltiples ocasiones por los acusados, todo esto aconteció en Elche y en Alicante.

Pero en este caso las asociaciones feministas no levantaron la voz ni salieron a la calle para protestar o pedir seguridad, los medios de comunicación general, excepción hecha de los locales de la zona o algunos medios nacionales digitales alternativos mantuvieron un silencio cobarde y cómplice.
En aquellos momentos no hubo gigantescas manifestaciones ni concentraciones a lo largo y ancho de toda España.

¿Qué es lo que marcó que se diese esta diferencia? y ¿qué provocó una reacción tan distinta de la que se produjo en el caso de “la manada”?

Creo que la respuesta es muy sencilla puesto que todas las circunstancias eran similares, las agredidas eran mujeres, habían sido violadas grupalmente, y habían sido víctima de lo que las feministas llaman la “cultura de la violación” y del “patriarcado”. En ambos se repite el hecho de que se trató de una violación grupal. Pero se da una diferencia fundamental que es la que marca el silencio y la no actuación feminista y mediática. Y es que en este caso los violadores, confesos, eran inmigrantes de nacionalidad argelina y marroquí. 
                                                              


Lo que ocurrió es que en este segundo caso entraban en colisión dos cuestiones que formaban parte de eso que el pensamiento único políticamente correcto se niega a poner en duda aún en contra de la misma realidad de los hechos. Y es que el feminismo hegemónico radical no puede reconocer el hecho de que la inmigración ilegal magrebí y subsahariana qie llega a  nuestro territorio puede constituir un riesgo para la seguridad sexual de las mujeres españolas, y como haciendo referencia al caso en cuestión la bondad del multiculturalismo y la inocuidad de la inmigración ilegal subsahariana y magrebí dejarían de ser un dogma optaron por abstenerse de todo comentario, protesta o manifestación, ocultaron la realidad.
 Del mismo modo los medios de manipulación optaron por ese mismo silencio cómplice.

Desgraciadamente este suceso al que acabamos de referirnos y la postura adoptada por los grupos feministas y los medios no es algo meramente anecdótico, y no lo es desde el momento en que desgraciadamente ha vuelto a darse estos últimos días.

Mientras que el movimiento feminista radical y aquellas que siguen sus consignas, se han referido y han protestado única y exclusivamente por cuestiones como la condena que ha recibido la “secuestradora llorona” Juana Rivas o el fallo de la Audiencia de Pamplona que permitía que continuase en libertad condicional un miembro de “la manada”, esos mismos grupos feministas y medios nacionales callaban  ante  agresiones sexuales que habían sido llevados a cabo por inmigrantes procedentes del Magreb y del África subsahariana.

                                                              




Un suceso que han dejado de lado y han ignorado esas feministas tan preocupadas por la mujer en el caso de “la manada” ha sido la violación el 20 de Julio de una chica de 17 años que esa noche salió de fiesta con su prima, mayor de edad, por San Pedro de Pinatar, por la zona de La Curva donde se encuentran varios locales de ocio nocturno. Cuando a las cuatro de la mañana regresaba acompañada de su prima a casa, dos marroquíes la asaltaron, manoseándola y la penetraron de manera bestial.  Pocas horas después la Guardia Civil detenía a estos dos sucios violadores, uno un marroquí de 25 años y otro también era  de la misma nacionalidad.
A esta niña de 17 años estos inmigrantes le han destrozado la vida mientras que todos nosotros les continuaremos pagando a estos ilegales ayudas y proporcionándoles una asistencia sanitaria gratuita en lugar de expulsarlos del país tras pasar unos años a pan y agua en una cárcel.
Hay que reseñar también la presencia en Alicante de un grupo de inmigrantes marroquíes que es conocido como “la manada de Alá” que ya en varias ocasiones a violado a menores y que gracias a los jueces siguen campando por esta ciudad.

                                                                       


 En este caso el silencio de las feministas, la nula presencia de mujeres en las calles protestando y el cómplice silencio de los medios, excepción hecha de algunos alternativos como la Tribuna de Cartagena y La Tribuna de España, es consecuencia de la ley del silencio movido por el miedo a ser tachado de islamófobo o racista.

Conociendo realidades como estas y la posición cobarde y supeditada a lo políticamente correcto de las feministas radicales, esas mismas que se llenan la boca hablando de defender a las mujeres, no entiendo como ninguna mujer puede caer en este engaño y seguir las indicaciones de estos engendros fanáticos que desde la ideología de género y la guerra de los sexos buscan acabar con el fondo mismo de la condición humana.
 Pero la explicación quizá esté en que lo políticamente correcto ha llegado a podrir el raciocinio llegando al punto de que muchas de estas personas lleguen a aceptar inmigración ilegal aunque para ello se tengan que silenciar los abusos y violaciones que provocan no pocos de esos  inmigrantes ilegales, norteafricanos y subsaharianos musulmanes en concreto.

Y estos dos casos a los que se ha hecho referencia son tan solo una pequeña muestra de lo que ocurre y que es ocultado tanto por el feminismo, por los medios y en ocasiones hasta por la judicatura y las fuerzas del orden.

                                                                      


sábado, 28 de julio de 2018

Hay que frenar la invasión.


                                                                   



España está siendo invadida por un número cada vez mayor de subsaharianos, los cuales a la hora de violar nuestra soberanía y entrar en territorio español no dudan lo más mínimo en agredir gravemente a las fuerzas encargadas de proteger nuestras fronteras.
Por desgracia la invasión se viene produciendo desde hace aproximadamente una década, pero en los últimos meses y especialmente en los últimos días esta invasión ha alcanzado un volumen tal que resulta obligatoria una respuesta contundente si queremos ponerle freno , y  para que esta respuesta resulte útil  su aplicación ha de ser inmediata, de lo contrario  la cuestión difícilmente tendrá solución y España dejará de ser la nación que es y que durante siglos ha sido, para terminar convirtiéndose en un foco de inseguridad y de mescolanza cultural y racial,algo que acabará con nuestra identidad y forma de vida.
Pero desgraciadamente todo indica que terminaremos por convertirnos en un nuevo Haití, y esto es así debido a la ausencia de toma de medidas por parte de los que nos gobiernan, a la ocultación de la realidad por parte de aquellos dedicados a informar a la población y debido a la colaboración objetiva con la invasión por parte de aquellos encargados de defendernos, una colaboración escondida tras la obediencia y la máscara de un falso humanitarismo. Sin la lucha sin cuartel  de aquellos que debieran defender la seguridad de nuestras fronteras y salvaguardar nuestra identidad todo está perdido.
La única realidad es que la actitud y las acciones de todos ellos están dando alas y abriendo las puertas a los invasores que poco a poco nos ahogan.
Todo pone de manifiesto que los invasores y su utilización o creación por parte de los estrategas globalistas cuentan con el apoyo de colaboracionistas, no pocos, que desde un buenismo suicida y desde la sumisión a la dictadura de lo políticamente correcto no están haciendo otra cosa que apoyar y facilitar la llegada de esos que están penetrando en nuestra nación de modo ilegal. Unos inmigrantes ilegales que en lo que va de año han alcanzado el número de 16.000.

Ayer asistimos a como en tan solo veinticuatro horas ingresaron ilegalmente en nuestro territorio algo más de mil inmigrantes ilegales, especialmente subsaharianos aunque algunos eran magrebíes. De estos mil, casi trescientos de ellos lo hicieron por mar llegando a las costas andaluzas y más de seiscientos entraron saltando la valla que protege la frontera de la ciudad española de Ceuta.

                                                           



Estos últimos datos nos sirven para poner de manifiesto el colaboracionismo al que antes hemos hecho referencia.
 Para poner de manifiesto claramente lo referido al colaboracionismo comenzaremos refiriéndonos a esos casi setecientos ilegales que ayer llegaron a las costas del sur de España, la inmensa mayoría, por no decir la totalidad de los inmigrantes que llegaron a las costas andaluzas lo hicieron a bordo de embarcaciones de salvamento marítimo, de la Guardia Civil o de navíos de O.N.G.s con permiso para atracar en puertos españoles.

                                                           




Se dirá que ni los guardias civiles ni los que trabajan en Salvamento Marítimo son colaboracionistas, que lo único que hacen es obedecer órdenes y que además salvan vidas evitando que perezcan ahogados. Todo eso puede ser cierto, pero ello no es óbice para afirmar que su actuación es de hecho una colaboración con la invasión.
Ciertamente que la responsabilidad fundamental está en aquellos de los que parten las órdenes, que están muy por encima de los oficiales y jefes e incluso de las autoridades gubernamentales, pero todo ello no quita que las diferentes personas que participan en la transmisión de las órdenes y en el traslado a puertos españoles de los invasores sean responsables.
En lo que se refiere a los invasores subsaharianos que entran saltando las vallas de Ceuta o de Melilla es preciso señalar que en este caso la responsabilidad de la colaboración afecta a muchas más personas, dado que tanto los guardias civiles encargados de impedir que penetren en territorio español y que de hecho no lo consiguen, como esos militares que montan tiendas de campaña para que puedan permanecer en buenas condiciones  en el territorio unos individuos que acaban de violar la soberanía invadiendo nuestro territorio, consiguiendo además  con tan cuidadoso trato favorecer un efecto llamada que se producirá cuando a través de sus móviles cuenten a los que esperan en Marruecos el benéfico trato y las comodidades que les espera tras saltar la valla, y que por tanto merece la pena hacerlo y por tanto los movilizarán para que nos sigan invadiendo con sus incursiones.

En este caso también se podrá argumentar que si unos no aplican la fuerza necesaria para frenar la invasión y si otros levantan las tiendas no se debe tanto a su voluntad como al hecho de que obedecen órdenes de sus superiores y estos las de las autoridades gubernamentales.
 Al igual que en el caso de los invasores que llegan a las costas andaluzas seguramente habrá parte de realidad tanto en la   acusación de colaboración como en que esa actuación es consecuencia de la obediencia. Pero todo ello no anula el hecho de que la realidad es que colaboran con la invasión.

Desde luego sería sumamente injusto situar en los guardias civiles y en los soldados la culpa de esa colaboración, de hecho son los últimos sujetos de la cadena de mando, siendo además los guardias civiles los que en situaciones penosas se juegan la vida defendiendo la frontera en las vallas frente a unas hordas cada vez más violentas.
Los que desde luego no se libran son los jefes y oficiales, especialmente los generales, del ejército y la guardia civil puesto que ellos tienen la posibilidad y la obligación de alzar la voz ante la autoridad gubernativa para exigir medios y métodos que permitan proteger nuestras fronteras y salvaguardar la integridad de los que están a sus órdenes para realizar esta misión.

Muchos dirán que ellos también están sometidos a obediencia y que si levantan la voz estarían poniendo en juego su sueldo y con ello la comida de sus familias, a lo que les contesto que esos generales han de estar dispuestos a sacrificar sus vidas y haciendas en pro de España y su integridad.
Desde mi punto de vista lo que los jefes del ejército, la armada y la guardia civil deberían hacer es plantear la gravedad de la situación ante la JUJEM (Junta de jefes del estado mayor) y que estos se dirigiesen al gobierno solicitando más medios y nuevas instrucciones que permitiesen defender las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla y las aguas jurisdiccionales de la zona del estrecho.

                                                                 



Lo que no se puede permitir es que los guardias encargados de custodiar las vallas de Ceuta pongan en peligro sus vidas al ser atacados con cal viva y pequeños lanzallamas o que sufran el lanzamiento de excrementos por parte de los que tratan de saltar la valla, teniendo órdenes que les impiden utilizar pelotas de goma o chorros de agua a presión, métodos que si son permitidos utilizar en contra de manifestaciones y concentraciones de ciudadanos españoles.

                                                           



Otra cuestión que las autoridades militares habrían de presentar ante la JUJEM es el hecho de que ni las unidades navales de la Guardia Civil ni salvamento marítimo, ni mucho menos la Armada pueden colaborar con esta verdadera invasión trayendo a puertos españoles a inmigrantes cuando estos han sido dejados a la deriva por las mafias para que las naves españolas las acerquen a España.

Si todo el eufemísticamente denominado proceso migratorio no es considerado como lo que es, parte de una estrategia para desestabilizar y desintegrar las naciones europeas y acabar así con su identidad, no se habrá entendido nada y no se podrán tomar las medidas adecuadas para combatir el ataque globalista.
 Sólo desde ese conocimiento se podrá superar el buenismo paralizante, sólo de esta manera se podrán aplicar las medidas precisas para defender nuestras fronteras que es lo mismo que salvar nuestra forma de vida.
Dado que ha quedado perfectamente claro que las medidas que se han tomado hasta ahora no han servido para frenar la invasión de nuestro territorio estas han de ser variadas y puestas en marcha otras.
Desde mi punto de vista habrían de electrificarse las vallas o construirse un gran muro de hormigón, y permitir que los agentes que custodien dicho muro utilicen pelotas de goma y chorros de agua a alta presión para frenar el asalto de aquellos que se encaramen al citado muro. En caso de que la fuerza se vea atacada con la violencia y agresividad que hemos visto ayer se les ha de facultar para que utilicen sus armas de fuego y repeler la agresión salvaguardando su integridad física.

                                                           


Caso de que los jefes  y  la JUJEM no actúe defendiendo las fronteras españolas, la seguridad nacional y a sus subordinados estarán incurriendo en cobardía al poner sus intereses personales por encima de los  nacionales y la patria algún día se lo echará en cara y  demandará.

lunes, 23 de julio de 2018

Hipocresía LGTB.



                                                                               
                  


La dictadura de lo políticamente correcto, y la hipocresía de un victimismo que no hace otra cosa que imponer la ideología de género pisoteando desde la mentira la libertad se ha vuelto a manifestar. Todo ello gracias a que los medios de manipulación masivos han guardado un silencio cómplice sobre esta hipocresía fruto del fanatismo de esa ideología de género y del movimiento LGTB.

En este caso lo que destaca en especial es la contradicción, aunque ya sabemos que para algunos, como los de Potemos, hay que “cabalgar las contradicciones” para alcanzar los fines políticos perseguidos, aunque la realidad es que merced a ello esas contradicciones muestren a las claras la falsedad de las posiciones ideológicas que defienden.

La contradicción en este caso aparece desde el momento en que el colectivo LGTBI aplaude que  una, o une,  transexual  haya ganado el certamen de miss  para representar a España en Miss Universo, concurso de belleza femenina que yo sepa, y que a la vez ese mismo colectivo se oponga pública y radicalmente  de modo abierto e histérico a que una actriz heterosexual  fuese a interpretar el papel de un personaje transexual, oposición que finalmente ha conseguido que la actriz en cuestión haya decidido abandonar ese proyecto cinematográfico por las presiones recibidas.

                                                               

Comenzaremos haciendo referencia a esa primera noticia, que constituye un paso más en la normalización de lo anormal, algo que ha sido rabiosamente aplaudido desde el movimiento LGTB y desde esa progresía desnortada que pretende constituirse en referente moral, si cabe utilizar este término para referirnos a ellos y a sus posiciones, que señale lo que es aceptable y lo que no, lo que conduce al progreso y lo que  por el contrario es fruto de un  oscurantismo fascistoide que va contra la libertad humana.
Me estoy refiriendo a algo que debería haber disparado todas las alarmas al poner de manifiesto hasta que grado de desnaturalización y depravación ha llegado la sociedad española cuando una, o une, mujer transgénero llega a ser elegida, o elegide, ganadora-e del concurso Miss Universe Spain 2018 celebrado en Tarragona para elegir a quién ha de   representar a nuestra nación en el concurso Miss Universo, pobre España.

                                                              

En declaraciones al periódico ABC la susodicha nueva Miss Universe Spain, el sevillano de 27 años operado y ahora denominado Angela Ponce, dejaba bien claro hasta qué punto los que forman parte o trabajan para el movimiento LGTB son conscientes de la importancia de estos pasos para lograr la implantación de un mundo absolutamente desnaturalizado sometido a la dictadura de la ideología de género.

Ella-el declaró: “Estoy supercontenta por mí y por lo que este triunfo significa” lo que claramente demuestra que esta victoria no es solamente ganar un certamen, sino que es un avance en esa estrategia para implantar una sociedad multisexual, que es lo mismo que decir asexuada pues no reconoce la naturaleza binaria de la sexualidad.
 De hecho, durante las celebraciones del “día del Orgullo” fue a celebrar lo que denominó gran victoria del movimiento LGTB.

                                                                


Por el contrario, los que gracias a Dios no formamos parte del colectivo LGTBI, parece que no somos plenamente conscientes del avance estratégico que para la implantación de una cosmovisión de ideología de género este hecho lleva aparejado. 
Un claro ejemplo de esto lo encontramos en el silencio y en la ausencia de críticas respecto al episodio reseñado, pero la cosa va más allá, el mismo ABC señala como el resto de las participantes se saltaron el protocolo felicitándola-e en cuanto se la-le nombró en lugar de esperar a que fuese coronada-e. Todas esas chicas, sometidas a a la dictadura de lo políticamente correcto, la felicitaron sin cuestionar  ni impugnar el concurso  dado que no se trataba de una mujer la que había sido premiada, o premiado.

                                                           

Ahora señalaremos otro suceso que contrariamente al anterior fue enérgicamente criticado por ese mismo movimiento LGTB, en este caso para nada fueron tan respetuosos con la libertad humana.

Los hechos son los siguientes, la actriz Scarlett Johansson en la película “Rub and Tug” iba a interpretar el personaje de un chico transgénero, su evolución personal y física durante ese periodo de “mutación quirúrgica y hormonal”.

                                                              

En este caso la manera victimista de actuar del movimiento LGTB se transmutó en una agresiva e intolerante presión contra la actriz señalando que ese papel lo debería representar una actriz transgénero y no una heterosexual, la presión se basó nuevamente en el victimismo, por otro se jugó con el pensamiento políticamente correcto y llegaron a cuestionar la moralidad, curioso que el movimiento LGTBI hable de moralidad, del casting realizado puesto que no había ninguna actriz trans entre las asistentes.

Finalmente la actriz se vio superada por la presión recibida y optó por no llevar a cabo la interpretación para la cual había sido elegida y que había aceptado llevar a cabo. En una entrevista concedida a la revista “Out” la actriz señaló: “A la luz de las recientes preguntas éticas planteadas en torno a mi casting como Dante Tex Gill, nombre del personaje que iba a representar, he decidido retirarme respetuosamente del proyecto.
 Pero todo esto no quedó sólo en la renuncia señalada sino que además  se vio obligada a ensalzar el hecho de haberse tenido que  renunciar y lanzar una suerte de canto laudatorio  hacia  la comunidad “trans”, entre otras cosas señaló: “Aunque me hubiera encantado la oportunidad de involucrarme en la historia y la  transición de Dante, entiendo por qué muchos sienten que debería ser  retratado por una persona transgénero, y estoy agradecida de que este debate, aunque controvertido, haya desencadenado una conversación más amplia sobre diversidad y representación en el cine”.
Añadió: “Creo que todos los artistas deben ser considerados igual y justamente. Mi productora, These Pictures, persigue activamente proyectos que entretienen y empujan los límites. Esperamos con interés trabajar con cada comunidad para llevar estas historias conmovedoras e importantes al público de todo el mundo”.


La fortaleza del lobby LGTBI y el poder coercitivo del pensamiento políticamente correcto, en el que va incluida la ideología de género, unidos a la inacción de las personas y colectividades blancas y heterosexuales acercan cada vez más ese Nuevo Orden Mundial sólo se podrá levantar acabando con las sociedades, con las familias y con la complementariedad de los sexos innatamente constituidos.

                                                              



Si nos adaptamos a esta sociedad podrida es que estamos empezando a estarlo nosotros también, sólo la lucha, al menos dialéctica, nos puede salvar.

sábado, 21 de julio de 2018

La inmigración subsahariana, la U.E. y el futuro de Europa.



                                                                     


No acierto a comprender como la camarilla canalla que marca la agenda política de la nefasta Unión Europea tiene la poca vergüenza de culpabilizar a las sociedades europeas, muy especialmente a las del sur, de los miles de inmigrantes subsaharianos que anualmente mueren ahogados en el Mediterráneo.

Y no lo puedo entender desde el momento en que son precisamente ellos, y la élite globalista a la que sirven, los únicos responsables de todas esas muertes que de manera hipócrita después utilizarán para culpabilizar a una población europea que no deja de ser una víctima más de su perversa estrategia para acabar con la civilización e identidad de nuestro continente.

La inmensa mayoría de la población europea pasa por alto que todas esas muertes son consecuencia directa de una diabólica concatenación de hechos que voluntariamente la élite globalista paneuropea ha desencadenado y que provoca tres gravísimas realidades: la muerte, la esclavitud de los que emigran y el empobrecimiento de los países africanos de donde provienen esos inmigrantes.
Pero a esta élite globalista y a sus vasallos todos esos    sufrimientos les traen al pairo si con ellos consiguen alcanzar los objetivos que ese mundialismo globalizador se ha marcado.

Esta suerte de criminales de despacho y coche oficial, dirigidos desde las logias y las sinagogas, han vendido a los europeos la idea de que esa élite, lejos de ser maligna está compuesta por filántropos humanitarios preocupados por los desfavorecidos que tratan de alcanzar una Europa supuestamente tan rica como insolidaria.
Y lo peor no es que hayan vendido esa idea si no que la inmensa mayoría de los europeos se la ha comprado.
Al igual que la mayoría de los europeos han interiorizado que los gerifaltes de la Unión Europea, los globalistas como Soros y las O.N.G.s que les sirven son humanitarios benefactores, la sociedad europea está sometida a un complejo de culpa y a un buenismo suicida que unidos conforman un veneno que provocará más pronto que tarde la muerte de nuestra civilización y la desaparición de la raza blanca de Europa.

                                                               

 Pero todo esto no ha ocurrido de manera espontánea, sino que es consecuencia directa de la aplicación de una ingeniería social a la que la sociedad europea lleva años sometida, un bombardeo ideológico freudomarxista que ha logrado implantar en Occidente en general, pero en Europa muy en particular, una visión que nos conduce directamente a la desaparición de nuestra identidad, al caos social y a la sustitución racial de la población blanca por otra negra procedente del continente africano.

Para salir de este camino que irremediablemente nos lleva al precipicio en primer lugar hemos de sobreponernos al complejo de culpa que nos han inoculado, para lograrlo tenemos que considerar la realidad de lo que acontece tal y como es, quienes son los que dirigen estos acontecimientos y cuáles los intereses que les mueven a hacerlo.  De esta forma seremos plenamente conscientes de que la realidad de lo que ocurre no es como nos la pintan, que Europa no dirige los acontecimientos ni tiene interés alguno en que esta nueva invasión de los bárbaros inunde nuestro continente (bárbaros en el sentido latino de extranjeros). Siendo así que Europa, lejos de ser culpable resulta ser una víctima más de la estrategia del poder globalista.

Creo que cualquier persona mínimamente informada que analice los sucesos referidos al tema migratorio de manera crítica, sin someterse borreguilmente al pensamiento único de los medios de intoxicación, y que se halla esforzado en conseguir información libre a través de los medios alternativos tendrá perfectamente claro que lo que se esconde detrás de esta verdadera invasión que padece Europa es la implementación del Plan Kalergi, un plan que busca acabar con la identidad cultural, religiosa y racial europea, para de ese modo poder  dominar esta civilización y este pueblo y de esa manera controlar su fortaleza identitaria y conjurar su  más que probable resistencia.

                                                                

Pero para superar esta autoculpabilización inducida de que es víctima la población europea resulta también imprescindible conocer hasta qué punto la inmigración irregular procedente del África subsahariana está provocando entre esos seres humanos unos males que se nos ocultan, que son asumidos y aprovechados, cuando no provocados, por esas élites que se sirven de las vidas y del dolor de esas personas. Y esto es así puesto que su único interés es acabar con la identidad europea, con los Estados-nación y de esa manera poder implantar un globalismo homogeneizador sobre el que levantar un Nuevo Orden Mundial totalitario.

Ya hemos señalado que los inmigrantes ilegales subsaharianos, inducidos a venir a Europa en gran parte por el “efecto llamada”, están siendo víctimas de tres crueles realidades que para nada parecen afectar a las élites globalistas ya que consideran de manera utilitaria todo lo humano, y tan solo lo tienen en cuenta en tanto pueda afectar al logro de sus planes.  Como ya dijimos los tres aspectos que de modo generalizado y cruel afectan a los inmigrantes subsaharianos son la muerte, la esclavitud y el acabar con el futuro de la parte de África de donde proceden.

Ahora vamos a profundizar un poco en cada uno de estos tres efectos negativos que ha provocado la política globalista de esa Unión Europea vendida al globalismo judeomasónico.

Empezaremos con la muerte, quizá este sea el aspecto más obvio puesto que son los mismos medios de manipulación los que nos lo han estado presentando desde hace unos años un día sí y otro también con la finalidad de culpabilizarnos. Por supuesto me estoy refiriendo a la incalculable cantidad de inmigrantes que perecen en el viaje que llevan a cabo desde el África subsahariana para alcanzar territorio europeo.
Fallecen, y mueren no sólo ahogados en el Mediterráneo, también en los largos viajes a través de África para llegar a Libia o la costa marroquí desde donde partirán para alcanzar territorio europeo.
Las muertes que se producen tanto en el trayecto terrestre como las de aquellos que fallecen ahogados en el mar Mediterráneo son responsabilidad de la Unión Europea, dado que sus políticas de puertas abiertas, de ayudas sociales, sanitarias e incluso habitacionales gratuitas para los inmigrantes ilegales constituyen un efecto llamada prácticamente imposible de rechazar para los habitantes de la zona subsahariana.
 Lo que ocurre es que con ese tipo de mensajes las autoridades de la U.E. están colocando a esa gente en manos de mafias sin escrúpulos que se aprovecharán de los sueños equívocos y de las falsas esperanzas de esos desgraciados para sacarles un dinero que no tienen y para posteriormente ponerles en serio peligro de muerte, cuando no acabando con ellos una vez que han conseguido la cantidad de dinero solicitada para llevarlos a Europa.

Las mismas autoridades europeas a través del Frontex y las diferentes armadas, con la inestimable ayuda de los globalistas sionistas como George Soros y sus barcos de rescate, están de hecho colaborando con unas mafias que diariamente lanzan al mar a miles de subsaharianos en embarcaciones que con toda seguridad se irán a pique, muriendo sus ocupantes si no fuese porque los barcos globalistas y las naves de las distintas armadas acuden en su socorro.

                                                              
Pero con todo ello no están haciendo otra cosa que facilitar la tarea, y con ello aumentar los beneficios, de esas mafias que comercian con la vida de personas. Lo fomentan dado que están aumentando sus beneficios al tener que invertir cada vez menos dinero en unas embarcaciones que otros, gobiernos y globalistas, se encargarán de llevar a Europa.
El colmo es que los barcos de las O.N.G.s incluso están entrando en aguas jurisdiccionales libias para recoger embarcaciones cada vez menos seguras puesto que las mafias cuentan con la actuación de los gobiernos europeos y las O.N.G.s globalistas , de hecho ellos mismos hacen zozobrar las embarcaciones para después avisar a los barcos de rescate  para que ellos las lleven a los puertos europeos.
 Pero por supuesto esto no siempre sale bien y cada vez son más los inmigrantes subsaharianos que mueren ahogados en el Mediterráneo, y es que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, el buenismo nunca es la solución, y no se puede colaborar indirectamente con las mafias al hacer el papel por el que los inmigrantes ilegales han pagado, pues de esta manera se está colaborando con los mafiosos que negocian con vidas humanas.
A estas muertes en el Mediterráneo, las que más se han visibilizado, habría que sumar la de miles de inmigrantes subsaharianos que perecen al atravesar territorio africano y los que son asesinados por las mafias una vez han conseguido el dinero solicitado para el viaje a Europa.
De todo esto son culpables las políticas buenístas y babosas de una Unión Europea que se pliega a las órdenes de la élite globalista, que no nos vengan después echando las culpas a los europeos.

Ahora nos vamos a centrar en el segundo punto, el que hace referencia a la esclavitud a la que de hecho se ven sometidos los inmigrantes ilegales en su migración a Europa.
La esclavitud, una expresión que quizá para muchos resulte exagerada cuando se la relaciona con la inmigración irregular subsahariana. Pero como se verá ahora mismo para nada es excesivo utilizar este término puesto que ella se da desde la salida de sus zonas de origen pasando por los lugares de tránsito  y concluyendo en las relaciones laborales que se dan al llegar a Europa.

Hay que comenzar señalando que desde el primer momento en el que los sujetos inician la migración pasan a estar sometidos a toda una suerte de situaciones de esclavitud, puesto que para poder llevar a cabo  el largo viaje que  les lleve desde sus países de origen a las costas europeas, o a la frontera entre Marruecos y España, los inmigrantes subsaharianos forzosamente han de recurrir a  unas mafias que les faciliten el  desplazamiento, les indiquen el camino y dirección que han de seguir amen de facilitarles la infraestructura de agua y alimento para poder afrontar con una mínima probabilidad de éxito ese larguísimo viaje.

                                                             

 Como esas mafias a las que los migrantes recurren se mueven exclusivamente por intereses económicos y de beneficio de algún tipo, aquel que recurre a ellas para tratar de llegar a Europa desde la zona subsahariana ha de entregar lo poco que tenga y empeñar su propio trabajo y persona durante el viaje funcionando durante este a modo de esclavo. Pero ahí no acaba la cosa puesto que no se debe pasar por alto que las creencias animistas y chamánicas, así como el terror que sienten ante las practicas de vudú presentes en la mayoría de los países subsaharianos, especialmente en Nigeria, son utilizadas por las mafias para manipular y someter a los individuos que emigran sometiéndoles a un estado de terror amenazándoles con sufrir ellos o sus familias las consecuencias del supuesto recurso al vudú, de esta manera los migrantes están absolutamente a merced de las mafias.
Otro aspecto de la esclavitud la encontramos cuando los inmigrantes logran llegar a Libia, donde son esclavizados por los señores tribales y los grupos yihadistas extremistas árabes dado que los islamistas no los consideran humanos y por ello son sometidos a esclavitud, maltratados y vendidos en mercados públicos, las mujeres pasarán a ser esclavas sexuales para sus compradores.

                                                          


Pero la llegada a Europa no pone fin a la situación de esclavitud de todos esos inmigrantes que han acudido a las mafias ni para aquellos que no lo hayan hecho.
Hemos de señalar que lo primero que se rompe en el inmigrante irregular procedente del África subsahariana cuando llega a Europa es esa expectativa fantástica de que en nuestro continente encontrarán el paraíso, un edén en el que la vida les resultará poco menos que regalada, lo cual puede ser cierto durante las primeras semanas e incluso meses, pero llega un momento en el cual para sobrevivir resulta preciso conseguir dinero que le permita hacer frente al pago de su alimentación, su vivienda,  su ropa y la electricidad.
Es en ese preciso momento cuando esos ilegales toman conciencia de que han sido engañados y de que les han vendido la existencia de un paraíso que no es tal, y no lo es puesto que han llegado a sociedades en las que el desempleo es alto, existen capas pobres en esas sociedades, y que por lo tanto difícilmente podrán lograr empleos con los que poder costearse las necesidades alimenticias y de vivienda una vez que las ayudas dejen de aportarles el dinero que precisan para ello.

Las ayudas sociales y sanitarias junto a los sueldos después conformarán ese efecto llamada que convertirá a muchos africanos en esclavos.

Es así que tras el periodo en que reciben ayudas los subsaharianos que han llegado de modo ilegal se someten nuevamente al dictado de las mafias, unas mafias que los utilizan en forma de semiesclavitud o esclavitud, un ejemplo es el régimen laboral al que se ven sometidos los manteros ya que se ven obligados a realizar un trabajo sin ningún tipo de protección social ni sanitaria y realizando unas jornadas que ocupan prácticamente todas las horas del día. Y no olvidemos que esa venta ilegal realiza una competencia desleal a las tiendas minoristas que está provocando que gran parte de ellas se vean obligadas a cerrar por falta de ingresos que les permitan pagar los impuestos, que los manteros no pagan, y los sueldos a sus empleados, lo que a su vez provoca un aumento del desempleo nacional.

                                                                  

Otro aspecto de la esclavitud que padecen una vez que han llegado a nuestro continente radica en que gran parte de las mujeres que llegan ilegalmente de los países subsaharianos son forzadas a prostituirse. Puesto que son obligadas a ejercer la prostitución con la excusa de así pagar la deuda contraída con las mafias a las que recurrieron para poder llegar a Europa. Para obligarlas recurren, especialmente los grupos nigerianos, al vudú señalándoles que si no hacen lo que se les dice, ellas y sus familias, recibirán muy serios daños puesto que se comprometieron mediante actos mágicos a hacer lo que se les indicase.

                                                                     



Terminaremos señalando que con todo el apoyo a la inmigración subsahariana que realiza la Unión Europea y los distintos gobiernos también están consiguiendo cronificar la situación de pobreza de esa zona de África, puesto que están abandonando el territorio la juventud con más posibilidades e iniciativa y con mayor fortaleza, de hecho están condenando a la pobreza eterna a la zona.



Ojalá que la población europea despierte y deje de creer las mentiras que tanto los dirigentes de la Unión Europea como las autoridades nacionales les presentan.
Todos ellos se muestran como protectores de los desfavorecidos, como seres humanitarios que tratan de solucionar los problemas de la población africana aceptando para ello la inmigración ilegal, cuando la realidad es muy distinta, lo único que desde su globalismo paneuropeo tratan de hacer es que llegue mucha población africana, negra y musulmana si es posible, para  acabar con la identidad cultural, religiosa y racial europea.
Y para lograr todo esto que sus amos les han encargado se sirven de las vidas y libertad de los inmigrantes que traen, pero del mismo modo ponen en serio riesgo la seguridad de los europeos, la continuidad de su forma de vida y la civilización que ha sido la luz del mundo.

                                                                 

Dejemos de creer en ese paternalismo buenista del multiculturalismo y de la integración que desde Bruselas se fomenta, puesto que en la Unión Europea no hemos de ver otra cosa que el mayor enemigo que en estos momentos tiene Europa.