miércoles, 21 de junio de 2017

Los niños yemeníes secuestrados por Israel.




                                                                               


En esta entrada voy a referir un episodio histórico hasta ahora desconocido, un episodio en el que si los judíos hubiesen sido las víctimas, y no los criminales verdugos, sería conocido a nivel mundial al haber sido publicitado mediante películas lacrimógenas, series juveniles, documentales e incluido en los libros escolares o universitarios de historia.

 Pero como las víctimas no son miembros del “pueblo elegido” todo lo ocurrido ha estado y continúa estando sometido al mayor de los silencios, es decir censurado.
Dar a conocer esta información automáticamente lleva a tildar de antisionista, antijudío  o más generalmente antisemita (aunque las víctimas también eran semitas) al que habla de este episodio histórico.

Pero por mucho que el pueblo judío se quiera presentar como una víctima ante el mundo, la comunidad judía, no es la única ni la principal víctima de la humanidad, la verdad histórica nos muestra que en no pocas ocasiones esta comunidad ha sido la causante del sufrimiento de  una gran parte de la humanidad.

Este hecho histórico al que nos vamos a referir es uno de esos episodios en los que los judíos, lejos de ser víctimas son los victimarios. Un hecho histórico voluntariamente ocultado y pasado por alto tanto por Hollywood como por la comunidad de historiadores y la prensa esclava del sistema. 



Pero comencemos a relatar el hecho al que nos vamos a referir.

Hace unas semanas el periódico israelí de ámbito local “Israel Hayom”
                                                              

refirió que a finales de los años cuarenta del pasado siglo, coincidiendo con la creación del Estado judío en Palestina en 1948, el régimen de Israel realizó exámenes médicos a niños yemeníes sin contar con el consentimiento de sus padres para experimentar con ellos, varios de esos niños habrían fallecido como consecuencia de tales "exámenes". De la misma manera a los niños que fallecieron se les realizó la autopsia sin el permiso de los padres.

                                                             


Según explica el señalado diario, las autoridades israelíes dieron orden de robar los niños al nacer o secuestrar a los niños de corta edad cuando estos enfermaban, siendo llevados a hospitales donde los médicos o las enfermeras comunicaban a los padres que sus hijos habían fallecido, aunque sin aportarles certificado de defunción alguno ni mostrarles la tumba donde supuestamente se encontraban los cuerpos de sus hijos.

Según indican los informes que hizo público el periódico israelí la mayoría de los niños yemeníes y árabes, conocidos como mizrahies que sobrevivieron a esos “tratamientos” fueron entregados a familias   judías ashkenazíes (procedentes del Centro y Este de Europa).

El mismo periódico publicó fotografías de los niños yemeníes  que habrían sido sometidos a los experimentos médicos.

                                                                    


Con fecha anterior a esta publicación del diario Israel Hayom otros medios también israelíes detectaron que otros 733 niños también desaparecidos habían fallecido.

Hay que señalar que estudios e investigaciones de algunas O.N.G.s dieron a conocer que hasta el año 2017 otros 800 menores habían muerto en circunstancias parecidas a las antes señaladas.

 Pero no se pueden pasar por alto las reiteradas acusaciones de robo de menores en distintas catástrofes naturales en las que actuaban supuestos equipos de salvamento del Estado judío. En Tibet, Turquía, Haiti,etc. fueron acusados de hacerse con menores huérfanos  para utilizarlos en el mercado de órganos o para darlos en adopción a familias de Israel.

                                                                 


Todo esto sin entrar en el tema del Sacrificio Ritual Judío con niños cristianos, llamado por ellos libelo de sangre.

                                                             






Pero seguirá habiendo gente entre nosotros que defienda a Israel como muro de contención del mundo musulmán, cuando el mayor enemigo está en ese Tel-Aviv que provoca la división en la zona, apoya al ISIS y como seguidora del Talmud es cristófoba.
Muchos medios árabes señalan que en la guerra de agresión que ahora libra Arabia Saudí, aliada de Israel, con Yemen el pago a la colaboración de inteligencia y al apoyo militar judía sería  entre otras la aportación de menores yemeníes.

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