jueves, 28 de julio de 2016

O el espíritu del león despierta o nos degüellan.



                                                                           



                                                          


En este estado de cosas Occidente en general y Europa en particular no tiene nada  que  hacer puesto que ha desactivado su alma y sólo sobreviven sus instintos.
Una guerra a muerte entre el espíritu, aún emponzoñado, del yihadista y el nihilismo consumista del europeo actual está ganada de antemano por los islamistas.

La pregunta es si hay alguna posibilidad para Occidente, la respuesta es afirmativa pero sólo si los occidentales en general y los europeos en particular dan sentido espiritual para defender la civilización originariamente cristiana y sentido patriótico  para luchar por sus naciones.
 Además, en la actual guerra terrorista de la que somos víctimas nos encontramos con que entre la misma población europea surgen muchos terroristas, algunos recién llegados con el fin de atentar y otros  individuos inmigrantes de incluso cuarta generación que se han “radicalizado”. En estos casos el problema está en que  las nihilistas y decadentes  sociedades de Europa nada pueden ofrecer a los ciudadanos nacionales, a los conversos, a los recién llegados ni a los terroristas llegados para atentar.
Una guerra que es eminentemente religiosa, de civilización y de valores no puede ganarse si Occidente no puede ofrecer  una cosmovisión  espiritual alternativa a la islámica. El ser humano está dotado a la par de una realidad física e instintiva de una espiritual y trascendente. Cuando Europa ha renegado de su origen y sustento cristiano no puede ofrecer nada por lo que luchar ni nada que  llene a todos esos  “refugiados” que llegan y se ven huérfanos de una fe, así se radicalizan y terminan luchando y atentando contra una sociedad vacía.

                                                           

Sólo desde un rearme espiritual Europa podrá  vencer en este combate.
Al igual que cerca de un millón de jóvenes se sumaron a las waffen , la mitad de las cuales no eran alemanes, siguiendo un espíritu nacional, religioso e identitario,
                                                                


 ahora millares de  europeos se suman a la yihad en busca de una lucha espiritual que no ven en nuestra antaño Cristiandad.

Solamente recuperando  el espíritu de lucha trascendente podrá despertar ese león que duerme ante el ataque de las hienas yihadistas. 

                                                          

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