martes, 9 de abril de 2013

Urdangarín y Qatar.


                                                                         



Son demasiadas las cosas que no cuadran, o que cuadran demasiado, en este asunto  de  Urdngarín y  Qatar.

Lo primero que llama la atención, y que da lugar a todo tipo de habladurías, es que un sujeto que está sometido a un proceso judicial del que pudiera derivarse una condena, no precisamente pequeña, con posible ingreso en prisión, pueda plantear públicamente su  salida del territorio nacional para irse a  trabajar a un país con el que para colmo España no tiene tratado de extradición que permitiera en su momento  conseguir su regreso para que cumpliese la condena que se le impusiese.

Si no fuera porque es parte de la triste realidad todo esto sería para tomarlo como el guión  estrambótico de una película  alocada.

La justicia, que se nos quiere hacer creer que es independiente, en ocasiones más que ciega parece  cegada por la presiones de instancias superiores, ya sean estas políticas o institucionales. De ninguna otra manera  puede entenderse que la solicitud de la acusación  particular  ejercida por Manos Limpias solicitando que como medida cautelar se retire al  enjuiciado Iñaki Urdangarín el pasaporte para impedirle  que salga de España haya sido  desestimada.
La fiscalía, órgano con funcionamiento jerárquico que en última instancia depende de las indicaciones del Gobierno de turno, no se plantea la aplicación de medidas cautelares por  considerar que no existe riesgo de que el sujeto se sustraiga a la acción de la justicia, muy bien por  la visión  de estos fiscales. Resulta  difícil para cualquier lego en materia  relacionada con la justicia no deducir que  el hecho de que una persona enjuiciada que se plantea  irse a trabajar a un país con el que no se tiene convenio de extradición no es bastante arriesgado, por decir poco.

A cualquier observador  le viene  claramente a la cabeza que esto ocurre  “por ser vos quién sois”, en cualquier otro caso esto sería absolutamente inverosímil.

Dicen que el pasado nunca deja de ser presente, pero en este caso resulta más cierto si cabe:

Cuando  los servicios de información de la Casa del Rey informaron al monarca de que el marido de su hija Cristina estaba desarrollando a través de la sociedad “sin ánimo de lucro” Nóos actividades ilegales, lejos  de informar a los órganos  judiciales  oportunos de tales hechos  se puso en contacto con su hija y su yerno   para decirles que dejasen tal actividad e indicarles que pusiesen tierra de por medio.

Fue en ese momento que la Infanta e Iñaki Undargarín  situaron su  residencia en los Estados Unidos.

Con este precedente  resultan absolutamente justificadas  las  sospechas y “maledicencias” que puedan darse.

Que cada cual de los siguientes datos obtenga las conclusiones que  juzgue más lógicas, pero desde luego  considero que algunas de ellas están en la mente de todos.

En primer lugar se ha de tener en cuenta que  el emirato de Qatar es una de las naciones más  ricas del mundo, de modo que para todos los jugadores y entrenadores de balonmano están a su  alcance. Y desde luego una nación conducida por un régimen musulmán  que ha firmado dos convenios multilaterales con la ONU con el objeto de combatir la corrupción  es sumamente extraño que ponga como segundo entrenador de su equipo nacional de balonmano a una persona juzgada, y que muy probablemente será condenada precisamente por  corrupción y estafa.

Por otro lado hay que considerar la proverbial  amistad que mantiene   Juan Carlos I con los monarcas   musulmanes en general y árabes muy en particular. Parece por ello sumamente difícil, por no decir imposible,  que  las autoridades de Qatar permitiesen  que una persona juzgada en España entre otras cosas por  utilizar su  cercana relación con la Familia Real para lograr dinero, ocupase cargo alguno en  su selección nacional ni  en la administración siquiera.
A menos claro que  fuese el mismo monarca el que lo solicitase. ¿un nuevo poner tierra por medio?.

Ha sido sumamente aireado por los medios de comunicación el grado tan alto de enamoramiento que  tiene la Infanta hacia su marido. No resultaría extraño  por tanto que esta hubiese solicitado a su padre alguna gestión para que su querido marido  se pudiese librar de un encarcelamiento bastante más que posible.

Se nos dice también que la  Infanta no tiene intención de  acompañar a su marido a Qatar, ahora bien, siempre se añade la apostilla de “por ahora”, y es que resulta difícil creer que se retire el  pasaporte a la Infanta cuando con todas las razones conocidas no se  le ha retenido  a Urdangarín. En este sentido tampoco resulta una   deducción  arriesgada  suponer que  la Infanta  opte por acompañar a su marido  cuando este  se encuentre instalado y tabajando en Qatar.

Pero bueno, no hay problema: aquí todos somos iguales, es ironía claro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario