miércoles, 18 de octubre de 2017

Una victoria sobre los que quieren hacer de España un Estado federal.


                                                                                   


Por mucho que traten de hacernos creer que estamos asistiendo a un intento abierto de secesión promovido por los independentistas catalanes, no es así.

La cuestión es bastante más complicada y se parece mucho a lo ocurrido en el denominado golpe de Estado del 23F, cuya estrategia y movimientos tácticos desplegados entonces se sirvieron de un golpe de mano, el cual tan sólo fue un señuelo al servicio de unos intereses de mayor calado.

Lo que verdaderamente ocurrió entonces, es muy distinto a lo que se presentó a los españoles y estos aceptaron como borregos.

 A la población se le vendió que un grupo de militares trataron de dar un golpe de Estado para acabar con la democracia e instaurar una dictadura, y que gracias a la providencial y valiente intervención del entonces rey Juan Carlos I se salvó la democracia, el Estado de las autonomías y las libertades de los españoles.

Pero ahora es más que conocido y ha venido siendo narrado por gran cantidad de investigadores y publicado en numerosos libros , sin que ninguno de ellos haya recibido querella alguna por parte de la Casa Real o por parte de alguna institución u organismo gubernamental.

La realidad es que se trató de una maniobra conocida y ordenada por el monarca, que buscaba fortalecer la carente de apoyo popular monarquía, salvando así la corona y la poltrona, para ello se trató de instaurar un gobierno de concentración presidido por un militar, su amigo y antiguo preceptor general Armada.



Para alcanzar estos objetivos los servicios de inteligencia, el entonces C.E.S.I.D. en particular, pergeñaron un plan basado en lo que aconteció en Francia cuando el ya retirado general De Gaulle fue llamado para que se hiciese cargo del gobierno de la república francesa para hacer frente a la gravísima situación que se daba en las    calles francesas y en Argelia.

Es así que diseñaron el plan De Gaulle, un plan que se basaba en la creación de un supuesto inconstitucional máximo que llevase a que todas las fuerzas políticas aceptasen un gobierno de concentración para hacer frente a ese supuesto anticonstitucional máximo y de ese modo salvaguardar la Constitución y la democracia.

Todo el plan estaba perfectamente planeado, pero no contaba con que uno de los peones de los que se sirvieron, el teniente coronel Antonio Tejero, para crear ese supuesto inconstitucional máximo se negaría a que el general Armada accediese al hemiciclo para presidir el gobierno de concentración por incluir a comunistas, socialistas e independentistas.

                                                        


De esta forma todo el plan se fue al garete a causa de haber desdeñado la oposición de un engranaje de la maquinaria. utilizada.

Algo muy similar es lo que ocurre y puede terminar ocurriendo en Cataluña.

En el caso catalán no se trata tanto de conseguir la independencia cuanto de convertir España en un Estado federal aglutinado en torno a la figura del rey, algo así como ocurre en la Commonwealth, en la que Estados como Cánada o Australia tienen a la reina Isabel II de Inglaterra como Jefe de Estado pero no por ello dejan de ser Estados soberanos.

                                                                                       



Todos los pasos llevados a cabo tanto por los nacionalistas más o menos moderados como por las fuerzas independentistas más extremadas han actuado y actúan para crear otro supuesto inconstitucional máximo, el cual sería la grave amenaza secesionista por el que actualmente transitamos. punto secesionista que llevara a que las fuerzas políticas de todo el arco parlamentario se pongan de acuerdo para otorgar a la comunidad autónoma de Cataluña un grado de independencia tal que de hecho se rompiese toda dependencia respecto al gobierno central, pero sin estar dotado de soberanía. Por supuesto este planteamiento político de Cataluña posteriormente sería aplicado al resto de las CCAA españolas.

Pero de igual modo que ocurrió el 23F con Tejero, es posible que sean los más extremados quienes den al traste con el plan para la consecución de una España federal.

Ocurre que el presidente de la generalidad, el ínclito Puigdemont, preside la autonomía catalana gracias a los secesionistas de la C.U.P., y estos no se van a conformar nunca con nada distinto a la independencia total, ni por supuesto aceptarán la tutela de monarca alguno.                                                     
Desde hace meses ya se escucha por parte del PSOE, la idea de que España es una nación de naciones a la par que el PP y Ciudadanos hablan de negociar nuevas transferencias o debatir en el Congreso una nueva organización territorial si los secesionistas de la generalidad regresasen a la legalidad.

Por supuesto tenemos a un Podemos que defiende un federalismo total.

Esperemos que la cerrazón de la C.U.P. lleve a que los planes de acabar con la Unidad de España salten por los aires y que todo esto lleve incluso a una reacción nacional que acabe con el pernicioso Estado de las Autonomía, el problema está en que además de todo lo señalado son muchos y muy poderosos los intereses internacionales globalistas que tratan de acabar con la Unidad de España y de esa forma favorecer la desmembración de Europa.

Pese a todo esto   seguro que España sobrevivirá a este triste momento.

                                                       


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