martes, 3 de octubre de 2017

España se nos muere, los traidores no actúan.



                                                                   

Me siento  profundamente entristecido , más bien asqueado, al haber contemplado ayer noche por televisión como se vilipendiaba a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, como se obligaba a que sus miembros abandonasen entre insultos los hoteles donde se alojaban, al observar como eran rodeados sus cuarteles y comisarías, en fin como las calles de la querida tierra catalana estaba en manos de una multitud nacionalista canalla. Y ante todo ello el Estado español mantenía una cobarde inacción con la que reconocía haber perdido el dominio en una parte de su territorio que de hecho controlaba la gentuza secesionista.

                                                





Lo primero que se me viene a la cabeza es que la autoridad ejecutiva está adquiriendo una responsabilidad que roza la traición, porque ser presidente del gobierno de España no es sólo ir de viaje a Estados Unidos ni presidir el consejo de ministros.

Sr. Rajoy, es precisamente ante estas situaciones críticas cuando ha de ser capaz de aplicar la ley y las medidas que sean precisas para mantener el orden y la integridad en Cataluña, basta ya de paños calientes, es su obligación poner en marcha las medidas precisas que lo hagan preciso pues en caso contrario se convierte automáticamente en reo de traición.

                                                           


No todo es economía ni aplicación de la Constitución, España es la realidad más importante que ha de ser defendida y su unidad merece cualquier sacrificio, ya sea físico o de perdida de apoyo internacional.



Pero la responsabilidad ante esta situación crítica en la que la Unidad de la patria está en juego no afecta exclusivamente a los políticos de la nación, hay otros a los que se les debería caer la cara de vergüenza y el alma al suelo por no cumplir con la obligación derivada de sus juramentos.

En estos momentos en los que la continuidad de la patria corre serio peligro, en estos momentos en los que los españoles nos sentimos huérfanos de orden y que lloramos ante el peligro de la ruptura de la patria, es hora de que los uniformados vean que los juramentos están para ser cumplidos y que no basta con desfilar, estar de maniobras o apagar incendios. Si no quieren convertirse en los mayores traidores y la vergüenza de sus antepasados saben lo que deben hacer. Y basta de escomerse tras la obediencia para esconder la cobardía o pensar en los sueldos y en el futuro de sus pensiones.

Recuerden que por encima de la obediencia está el honor, que obedecer a quienes traicionan a la patria por omisión es hacerse cómplices de esa misma traición.

                                                     




Mientras escribo esto las calles de Cataluña están ocupadas por esa canalla separatista que pone contra las cuerdas a las fuerzas de la Policía Nacional y de la  Guardia Civil. Gentuza perfectamente organizada que busca mediante el caos romper España. En las calles catalanas están lo peor de aquí pero ya han llegado los miembros de ese ejército de la O.T.A.N. que son los “antifas”



Es hora de actuar, y como español exijo a las autoridades, civiles y militares que apliquen todos los medios necesarios para evitar ese caos y esa ruptura de la Unidad Nacional.

Basta ya de legalismos y de tener en cuenta lo que los medios de prensa o cancillerías extranjeras puedan decir, España es lo primero.



Rajoy es un pusilánime traidor que no se mueve ante los embates que reciben los servidores del orden y que está dejando que la Unidad de España se rompa.







¡¡¡Viva la Unidad de España!!!  

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