viernes, 26 de agosto de 2016

Las falsedades de la New Age.




                                                                             


En ocasiones nos vemos sumergidos en conversaciones o discusiones en las que nos encontramos con personas que sostienen opiniones  basadas en teorías supuestamente serias que presentan como transpersonales, espirituales u holísticas, teorías que manifiestan ser fruto de una visión profundamente liberadora de la mente y que acercan a la realidad trascendente del ser  humano, liberándolo supuestamente  de la presión de lo material y de la tradición. Presentan todas estas posiciones como visiones innovadoras a la que muchos aún no variamos sido capaces de llegar.
Ante toda esta palabrería, pues ese tipo de discurso no pasa de ser otra cosa, hemos de tener en cuenta que aunque no se identifiquen como tales, pues la mayoría de ellos ni siquiera lo saben, nos encontramos ante un seguidor del pensamiento New Age.
Un pensamiento que amén de erróneo y contradictorio para nada es moderno, de hecho se basa en antiguas herejías medievales. Todo esto lo vamos a ver en esta entrada.

Para tener conocimiento de los puntos fundamentales en los que esta ideología pseudo se sostiene,  nos referiremos a esas antiguas, aunque se las vistan  de novedosas, posiciones.

En primer lugar nos referiremos al espiritismo, el espiritismo es básico en el movimiento de la New Age, ya que como vamos a ver tiene por un lado en él su origen, mientras que por otro en él se sostiene parte de su doctrina, a la par que lo fomenta.
Con respecto a su origen diremos que sus raíces se encuentran en la Sociedad Teosófica fundada en 1875 en Nueva York por la rusa Helena Blavatsky, espiritista que afirmaba haber recibido sus enseñanzas de unos seres espirituales, ”maestros invisibles-seres ascendidos”. Apuntaremos que la Teosofía es la creencia o pretensión de obtener un conocimiento de la divinidad  mediante prácticas secretas, esotéricas u ocultistas.

                                                            


Hemos de señalar que el espíritu que dicta a Alice Bailey, segunda dirigente de la Sociedad Teosófica, el plan para conseguir llegar a la Nueva Era era el de un tibetano, de ahí es de donde proviene la inclinación orientalista de la New Age.
                                                                


Es muy importante la promoción que se hace desde esta corriente del contacto con los espíritus que ellos denominan “maestros invisibles”. Para los cristianos hay que señalar que las prácticas espiritistas están prohibidas de forma expresa en la Biblia, concretamente en el Deteuronomio 18, 9-12: “ No haya entre ti quién consulte a los adivinos ni quién invoque a los muertos”.
En segundo lugar se refieren mucho al panteísmo, que resulta ser uno de los fundamentales puntos del credo de la Nueva Era al considerar el universo como a Dios mismo, viendo en el cosmos a la divinidad. Una derivación de lo anterior es que para los seguidores de la New Age Dios no es un ser personal, cada ser humano forma parte de la naturaleza de Dios, el universo es concebido como el mismo Dios.

                                                             


Llegando a afirmar que Dios incluye todo el Bien así como todo el Mal, cuestión esta que no tiene ni pies ni cabeza pues Dios es el  Bien absoluto, y el Mal es tan solo la ausencia  de este. Defender que Dios incluye tanto al Bien como al Mal es tanto como defender que no se puede establecer ningún tipo de juicio con  respecto a la conducta puesto que todo comportamiento se asemejaría a la divinidad, de ahí el mantenimiento de la idea de negar la existencia del Bien y del Mal.

Para el cristianismo el universo es una creación de Dios, no es Dios mismo. Para los seguidores de esta nueva herejía Dios es una fuerza impersonal y anónima. Siguiendo con este planteamiento, lo único que diferenciaría a Jesucristo  del resto  de los hombres es el hecho de que El habría sido consciente de su divinidad.

En tercer lugar nos referiremos al monismo, derivado en parte del panteísmo, ya que el monismo considera que todo es una misma cosa. Esto es erróneo  desde una visión cristiana puesto que se confunde el Creador con la creación, y de nuevo lleva a negar toda diferencia entre el Bien y el Mal, ambos serían uno.

                                                      


Otro punto básico de esta corriente pseudo-espiritual es el sincretismo, según el cual todas las confesiones  religiosas son consideradas como similares  respecto a una Verdad que en el fondo no reconocen como tal puesto que para ellos esta es “relativa”. El ser humano escogería la que le resultase más útil. De hecho no se exigiría adhesión o compromiso con ninguna religión en concreto, para ellos en el fondo todas son una y deberían unificarse.




Pero lo único cierto es que no pueden considerar una religiones que mantienen doctrinas y preceptos no sólo contradictorios sino opuestos.

De todo lo anteriormente señalado deriva el siguiente concepto, el relativismo moral: Y es que una vez que se han negado todos los principios sobre los que se sustenta cualquier afirmación todo pasa a ser considerado relativo, dependiendo la realidad del juicio y voluntad del individuo.
Esta postura lleva a la New Age hasta el extremo de negar cualquier diferencia entre el Bien y el Mal. “El Bien y el Mal son una misma cosa”, llegan a decir. 

                                                              

Uno de sus guías espirituales, Swami Vivekananda, claro exponente de la Nex Age, afirma que: “Bien y Mal son uno mismo”.

Y el último punto al que vamos a hacer referencia es el denominado quietismo: Se basa en la raíz misma del budismo, buscando alcanzar un estado denominado “nirvana”, en el cual el ser humano deja de sentir pasión, deseo o ilusión respecto del mundo exterior. Busca la absorción en el cosmos a través de la destrucción del ser humano. El quietismo está insertado totalmente en el relativismo puesto que en último término considera el mundo exterior como una mera apariencia o ilusión subjetiva.

                                                            



La base de todo este planteamiento pseudo-espiritual  es el relativismo moral, la negación de la existencia del Bien y el Mal, considerar que la Verdad no existe pues todo es relativo y negar a Dios puesto que nosotros y el cosmos sería ese dios.

2 comentarios:

  1. Ahora que importado desde italia nos llegan todas las ideas "Evolianas" al movimiento patriota este articulo supone un buen punto de partida para descubrir la falacia al servicio del sionismo.

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  2. Muy buen aporte. Hacen falta más artículos en favor del rigor científico y en contra de las magufadas, dentro del ámbito identitario.

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