miércoles, 30 de octubre de 2013

Una de espias.


                                                                                   

Parece que Europa necesitase de las revelaciones de un Snowden para  saber que existe la NSA (National Security Agency) y que se dedica a espiar para recolectar información pues la información es poder.
Y que con los  medios tecnológicos que posee y el presupuesto con el que está dotada tiene  capacidad de sobra para interceptar cualquier comunicación  y que de hecho lo lleva haciendo décadas.

                                                                         
                                                                                 
                                                                                   
Así mismo resulta como si las potencias europeas hubiesen olvidado que hace apenas nueve años hubo un serio enfrentamiento  entre el eje Franco-alemán y los Estados Unidos  en razón del espionaje industrial que este último realizaba utilizando el sistema Echelon. Pero por alguna razón las declaraciones de una “garganta profunda”  señalando  que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) ha espiado las comunicaciones en  naciones europeas han movilizado a políticos y periodistas que se muestran escandalizados y atacados por una realidad de la que eran más que conscientes desde hace bastantes años.

                                                                     

A lo que realmente estamos asistiendo no es sino a una repetición de lo que hemos señalado que ocurrió  hace casi una década, sólo que ahora se nos lo presenta como un escandaloso ataque a la privacidad del individuo por parte de los que defienden más la seguridad que la libertad cuando lo que verdaderamente  se está dilucidando es algo mucho más prosaico, lo económico.

Hace  ocho años lo que  paso fue que Francia y Alemania se quejaron de una manera seria y contundente ante Estados Unidos puesto que este último estaba utilizando la necesidad de optimizar los niveles de seguridad para combatir el terrorismo  tras el atentado del 11 S como pretexto para, sirviéndose fundamentalmente del sistema Echelon, realizar espionaje industrial.

                                                                          


                                                            

El malestar, las protestas y quejas diplomáticas fueron  grandes no tanto por el hecho de que se pasase por encima del secreto de las comunicaciones  o  se estuviese violando la intimidad de las personas cuanto por el daño que  los servicios de espionaje  hacían a  sectores  fundamentales y sumamente  influyentes de los países a los que nos hemos referido. Esos daños afectaban primordialmente a la industria  automovilística alemana y a la aeronáutica francesa.

                                                                     



El actual tema del espionaje hace referencia nuevamente al espionaje industrial, puesto que dominando la economía los Estados Unidos detentan el poder político y pueden dominar a uno de sus mayores competidores que en la actualidad tienen, la Unión Europea.

Y es que otras potencias que le están haciendo sombra en estos momentos críticos para la economía de los EEUU no pueden ser objeto de las actividades de la NSA, el ejemplo más claro es lo que ocurre con China, un país emergente que se ha convertido en un gigante  que tiene comprada la práctica totalidad de la deuda USA (deuda que es  similar a un 20% del PIB mundial). China, además de su potencial económico y militar ha desarrollado una tecnología lo suficientemente avanzada como para interferir electrónicamente los sistemas informáticos y de comunicación de la practica totalidad  de los organismos federales norteamericanos, como lo han demostrado al entrar y modificar documentos e informaciones del FBI, de la CIA y del mismo Congreso de ese país. O sea que no es un país al que convenga molestar.

Si hacemos referencia a Gran Bretaña, en primer lugar señalar que son sus primos en lo político y hermanos en sus intereses globales para crear el Nuevo Orden Mundial que ambos persiguen, de hecho  en el Reino Unido se encuentra una estación de Echelon, concretamente en Menwith Hill.

                                                                  

                                                                               
Nuestro país es una comparsa de los Estados Unidos, que por un lado es espiado  y por otro transmite información a la NSA a través del CNI (Centro Nacional de Inteligencia).

                                                                   

Es espiado puesto que son muchos los datos sobre España que Washington, según Le Monde y el Mundo,  ha obtenido, no olvidar que las Agencias de Inteligencia norteamericanos(  CIA y  NSA) pusieron al servicio de España para la lucha contra el terrorismo etarra su tecnología de control de comunicaciones y rastreo de llamadas, etc. Y a este nivel nada se da sin contrapartida.
Una de estas contrapartidas sería el acceso al ramal cercano a nuestras costas de la línea de comunicación que va desde Miami a Medio Oriente, otra facilitar información sobre el Sagel y el Magreb, que están muy controlados por nuestro servicio de información, y permitir que desde nuestro territorio funcione el sistema Echelon. Nos encontramos con que ciertamente España no tiene ningún sector  industrial que pueda hacer sombra ni de lejos a la industria norteamericana, pero lo que si tiene es un ascendiente sobre los países iberoamericanos a la hora de que estos países nos concedan licencias de explotación de nuevos  yacimientos petrolíferos o de gas, siendo esto así lo que ocurre es que el espionaje de la NSA ha llevado en numerosas ocasiones a que  cuando  las empresas españolas han acudido  con la ventaja que su relación con los pueblos hispanos le otorga se encontrasen con que  empresas de EEUU se habían presentado anteriormente haciéndose con los contratos, todo ello sin que  los países hispanoamericanos ni las empresas españolas hubiesen comunicado a otras naciones o empresas  el nuevo  yacimiento.

                                                                      

Por otro lado el gobierno de Rodriguez Zapatero permitió que desde España funcionase también el sistema Echelón, aún contrariando lo que decía el TUE (Tratado de la Unión Europea), precisamente en los momentos de enfrentamiento diplomático del eje Franco-Alemán y los EEUU.


En definitiva, nos encontramos de nuevo ante un pulso económico, o sea de poder, entre los EEUU y la UE, todo lo demás son ganas de marear al público, 

                                                                              

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