viernes, 27 de julio de 2012

Negociar es reforzar a los terroristas.







                                                 






Toda conducta humana es teleológica (se dirige a la consecución de un fin) y a su vez esta conducta tenderá a ser repetida si encuentra que el resultado de ella es satisfactorio o resulta positivo para el logro del fin  que dirige la conducta. Nos estamos  refiriendo a que el resultado de la acción será visto como un refuerzo si este resulta positivo para nuestros intereses.
En el caso que nos ocupa veremos como la negociación, lejos de favorecer la eliminación de las conductas-acciones  terroristas están reforzándolas por mucho que la intención de los que defienden la negociación no sea esta.
La trasposición al terrorismo y a la negociación de todo lo que hemos  señalado en lo que se refiere al refuerzo resulta sumamente fácil además de tremendamente clarificador.
La conducta terrorista persigue un fin que es  el de alcanzar ciertas metas recurriendo a crear terror a través del recurso a acciones criminales. 


                                          

Los terroristas pretenden lograr unos fines, no estamos en este artículo refiriéndonos a ellos, fuera de la legalidad, sin seguir los cauces establecidos y recurriendo al chantaje del terror  que sus crímenes y acciones producen.
Cuando las autoridades establecen con estos terroristas algún tipo de negociación o cesión,  están reforzando su comportamiento ilegal y criminal desde el momento en que estos están viendo que su forma de actuar les aporta unos resultados positivos en cuanto que les acerca al logro de sus objetivos, de hecho han alcanzado el primer paso hacia  el objetivo,que de otra forma  no conseguían. De facto les es reconocido un papel de interlocutores que dentro de la legalidad no habrían logrado. Es decir su actitud es reforzada. 
Se podrá decir lo que se quiera, pero recurriendo a la búsqueda de la paz o a salvar vidas, con tan solo buena voluntad no se consigue acabar con el terrorismo, la experiencia de lo acontecido nos aporta una realidad que es tozuda e inapelable,  la negociación no hace otra cosa que dar esperanzas de poder lograr sus objetivos  a aquellos que recurren al   terrorismo, de modo que continuarán con el recurso a  esa forma criminal de actuar, ya sea  actuando o amenazando con volver a hacerlo.

¡Ninguna negociación  ni cesión!




                                            



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