domingo, 13 de noviembre de 2011

El fenómeno consumista.

            El consumismo es algo tan común en nuestras vidas, algo que a fuerza de verlo y sentirlo termina por resultarnos tan cotidiano que no solemos parar a pensar sobre él o a analizar sus posibles consecuencias. Modestamente el razonar y pensar es lo que persigue este artículo.

            Para comenzar creo necesario tener en cuenta como el consumismo dentro de una única realidad puede su origen ser visto desde dos puntos de vista:

1.- En la sociedad capitalista industrializada el individuo pasa a ser primordialmente un consumidor, puesto que ese rol de consumidor es algo que resulta  necesario para  adquirir  los bienes  que  la industria va produciendo de un modo cada vez mayor (para mantener su existencia necesita crecer).
2.- Por otro lado, y consecuencia del anterior, es el fenómeno por medio del cual se va convirtiendo lo accesorio en necesario, llegando a crear una necesidad casi obsesiva de consumir, llegando incluso a relacionar el ser con el tener en un primer momento y finalmente al  “tanto valgo cuanto más novedoso es lo que tengo” (sin importar la necesidad del nuevo objeto).

            Después de haber analizado siquiera someramente el origen y primera  forma del consumismo vamos a centrarnos ahora en las consecuencias, tanto sobre el individuo como sobre la sociedad del fenómeno consumista.

- La influencia psíquica y sobre el equilibrio interno del individuo es grande, ya que el hecho de crear en amplias capas de la población  frustraciones derivadas de expectativas exageradas. La idea de estar buscando siempre la consecución de objetivos que en si mismos  nunca se podrán lograr produce en el consumismo una búsqueda de lo novedoso que por principio no tiene fin en la búsqueda y lleva a desarreglos que producirán neurosis al enfrentarse de manera sostenida con una situación de conflicto, y también llevará a la ansiedad y a la depresión  si llega a relacionar el ser con el poseer.
-La influencia social, es una secuencia de causas y efectos, que como veremos lleva a una sociedad a estar  abocada al envejecimiento y a la decadencia  moral y ética.
Esta secuencia comenzará en el mismo consumismo que estamos tratando, y será fruto lógico de este, que no es sino el deseo imperioso de  hacerse con nuevos productos  o de cambiar los que ya posee.
                                                                                          

Para poder lograr el cumplimiento de este deseo es necesario disponer de dinero que permita  la compra de esas supuestas necesidades.
El siguiente paso lógico es el que hace necesario un aumento del trabajo para conseguir el dinero suficiente para cubrir las “necesidades” que la publicidad y la presión social impone.
Ahora bien, dado que esta necesidad material parece ponerse en lo alto de la pirámide de valores (imponiéndose incluso a otros como la familia, los hijos o el desarrollo moral de la sociedad), la pareja moderna sacrifica el tener hijos  o cierto número de ellos a expensas de conseguir un estatus que supera con mucho el necesario. Esto llevará a que resulte cada vez más difícil que por falta de nuevos nacimientos pueda llevarse a cabo la necesaria renovación generacional.
Otra cuestión íntimamente relacionada con esta es el hecho de que se hace prácticamente obligatorio que trabajen ambos  cónyuges, lo que a su vez lleva a producir un decremento en el tiempo de cuidado que reciben los hijos, además de que por culpa de la mentalidad permisiva reinante a estos hijos se les rodea de todo tipo de  elementos materiales, favoreciendo personalidades caprichosas, materialistas y que  debido en parte a la equivocada idea de muchos padres de que así podrán ayudar a sus hijos no les
ponen límites ni les muestran obligaciones, lo que además favorece personalidades sin respeto a ningún tipo de autoridad.

            Como puede verse llegamos a que  nos encontramos con que el consumismo influye de modo importante tanto en el individuo como en el futuro de nuestra sociedad.

El consumismo es una consecuencia del capitalismo, es algo que termina por desequilibrar  al ser humano, a la familia y  finalmente invierte la  escala de valores: tengo en lugar de soy.
                                                                                       

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