jueves, 6 de octubre de 2011

Falsedades en torno a la Edad Media V

LA OSCURIDAD DEL CONOCIMIENTO.
           Otra idea, quizá la principal, que define al periodo medieval  dentro de la mentalidad de nuestros contemporáneos es esa que considera a la Edad Media como un espacio de tiempo durante el cual reinó la incultura habiendo caído  la humanidad occidental en la mayor de las oscuridades al no haber ningún conocimiento digno de recibir tal denominación que la iluminase siquiera fuese mínimamente. Según esta forma de ver las cosas el medievo habría sido  un tiempo muerto  entre  dos momentos en los que brilló el arte y el conocimiento. Pero tal y como podremos comprobar  a lo largo de este  quinto capítulo  nada de todo ello es cierto.
 Por supuesto que cuando hablamos de cultura en la Edad Media no estamos refiriéndonos a  una cultura generalizada tal y como la podemos  considerar en los países  desarrollados del Occidente actual.
Comenzaremos por un razonamiento, por un análisis lógico que pondrá de manifiesto que la época medieval no pudo ser ese vacio  cultural que se nos pretende hacer creer.  Y a esta conclusión llegaremos por muy mediatizado que se encuentre nuestro razonamiento por los prejuicios  antimedievales que nos rodean e invaden.
Las claves sobre las cuales se desarrolla el  razonamiento son tan  básicas como clarificador es  el resultado de este.
Es claro que si el los hombres del siglo  XV  pudieron servirse de los conocimientos clásicos greco-latinos  para levantar esa nueva época de la humanidad que hemos dado en denominar renacimiento fue gracias a que esos  conocimientos  sobrevivieron hasta ellos. Tras la caída del Imperio romano y durante la barbarie que en un principio la continuó debieron de existir personas encargadas de mantenerlas a salvo  a la par de traducirlas  y copiarlas.  Como mínimo la Edad Media jugó ese papel fundamental  para la cultura. Pero como podremos comprobar a continuación  la Edad Media no fue tan solo  un continente en el cual descansó el antiguo conocimiento clásico  sino que ese periodo se sirvió de él para  levantar una nueva forma de cultura teniendo  como base la nueva cosmovisión que había aportado el cristianismo. En el siglo XVI por el contrario, en lugar de crearse lo que se impuso fue la imitación de lo clásico.
No puede decirse que durante un lapso de tiempo que ocupó nada más y nada menos que un milenio haya estado ausente la cultura cuando en ese periodo de tiempo nos encontramos con realidades como las que a continuación pasamos a referir:
-Se desarrollaron dos estilos como el románico y el gótico, estilos que abarcaron tanto  a la arquitectura, la escultura y la pintura. Estilos estos que  tendrán una producción amplísima, sobre todo en la arquitectura. El románico fue fruto de las ideas religiosas de la época, distinguiéndose de las construcciones anteriores y presentando elementos nuevos como fueron los ábsides y los grandes sillares. La pintura románica resulta diferente a las anteriores y posteriores pinturas  y para ello no es preciso más que darse cuenta de lo sencillo que es reconocerla y diferenciarla.  Con la llegada del gótico aparece su máxima representación que es la catedral, que es la más espectacular creación del arte occidental.
-Haciendo referencia a la pintura hemos de señalar que hubo un desarrollo  desde las antes señaladas pinturas románicas del siglo X  hasta  un  Giotto ya en el siglo  XII.
-Y que decir de escultores como Berruguete.
-De esta época medieval data la elaboración del lenguaje utilizará toda la música occidental hasta nuestros días.
-La literatura que se desarrolló durante la época medieval en España  la referiremos en primer lugar al nacimiento de las lenguas romance en el siglo X, aunque hasta el siglo XII no tendrán una producción verdaderamente literaria. En primer lugar encontraremos la lírica escrita en mozárabe, las Jarchas. Más tarde aparecerán las cantigas, primero las gallegas y posteriormente las castellanas. Se desarrolló después la lírica tradicional, por un lado estaría el mester de juglaría  con sus cantares de gesta y por otro el  mester de clerecía que comprendería principalmente poemas de tipo religioso. En el primer grupo entraría  el cantar del mio cid y en el segundo los milagros de Nuestra Señora, ambos situados en el siglo X. En ese mismo siglo nos encontramos con la figura de Alfonso X “el sabio” con su gran  producción literaria. En el siglo  XIV los  aparecen el libro del buen amor o los cuentos del conde Lucanor, dando  los cantares de gesta paso al romancero tradicional.
En la literatura universal medieval encontramos des una eclosión  de inspiración que va desde autores como Virgilio el Gramático o Isidoro de Sevilla en el siglo VI pasando por Aldelmo en el VII o Beda el Venerable en el VIII. Escritores como Chretien de Troyes o  la epopeya en la lengua francesa que  nace en el siglo XI con Roland y Olivier.
Tampoco faltaron en este “periodo oscuro” pensadores del calibre de un San Agustín del IV un Boeccio  en el siglo V,  un Tomás de Aquino  en el siglo XI,  o un Guillermo de Ockham del XII. Todo ello sin perder de vista a los ya citados  Alfonso  X “el Sabio” o Isidoro de Sevilla.
Con este retablo de personajes, que para nada ha pretendido ser una enumeración exhaustiva sino una mera muestra, no creo que nadie pueda mantener que la Edad Media fue un periodo de sequía cultural. Lo que si fue  es la base a partir de la cual se levantó el posterior movimiento denominado renacimiento, aunque sobre el renacimiento habría que decir, a sabiendas que repetimos el comentario, que tomó la herencia clásica  considerándola de un modo absoluto que había que calcar y fuera de la cual nada era aceptado. S e tomó la  métrica en poesía, las proporciones en pintura, los géneros en literatura y las construcciones en arquitectura no como  realidades que servían para extraer enseñanzas sino como  límites que no podían ser traspasados.
Existe un punto que no puede pasarse por alto y que aunque sea de pasado vamos a recordar, me refiero a la creación de las Universidades que no fueron sino  el desarrollo de las escuelas catedralicias.
                                                       

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