sábado, 4 de abril de 2020

LA UNIÓN EUROPEA NO ES EUROPA, Y LOS EUROBONOS SON ESCLAVITUD.


                                                                                   

El discurso que el presidente del Gobierno pronunció el sábado cuatro de abril con la finalidad de dar a conocer a la población otra renovación del estado de emergencia por catorces días más, es decir hasta el veintiséis de abril del año en curso, fue una soporífera sucesión de frases sin contenido, frases plagadas de obviedades y de pensamientos que se reiteraban una y otra vez. Una de las ideas fuerza que utilizó es el de Europa.

                                                         
Pese a todo ello esas parrafadas reiterativas me han servido para reafirmarme en una idea que tenía claramente establecida, y esta es que Europa y la Unión Europea no sólo son cosas distintas sino incompatibles.

                                                            


Hasta finales de los años cincuenta y primeros de los sesenta se utilizaba con intención de ofender a nuestra patria esa equívoca frase que decía: “Europa acaba en los pirineos”. Y tal afirmaciónera cierta siempre y cuando no se entendiese que al sur de los Pirineos comenzaba África, acababa la revolución liberal, protestante y subjetivista y comenzaba la verdadera Europa.
 Es cierto que desde la Revolución Francesa y la expansión del liberalismo y todos sus errores por el continente, este había dejado de ser fiel a su verdadera identidad , que siempre fue la Cristiandad, y se convirtió en otra cosa distinta a ella, Europa había mutado y paso a ser algo distinto.
 Al sur de los Pirineos efectivamente acababa esa falsa Europa, ese conglomerado de liberalismo, protestantismo y relativismo, para comenzar un reducto que hasta cierto punto mantenía en las mentes de sus gentes, en las fiestas de sus pueblos y en la legislación del país claros rasgos de la Europa de siempre.
Pero en la actualidad no solamente se mantiene esa dicotomía entre una Europa agnóstica liberal- relativista y la verdadera Europa cuya identidad es la Cristiandad. En la actualidad   esta diferencia ha alcanzado la negación de todo principio que pudiera recordar, siquiera remotamente, a los principios verdaderamente europeos, es decir cristianos.
Lo que ocurre es que una vez finalizada la segunda guerra mundial, verdaderamente fue una guerra civil europea, se creó una asociación que en primer lugar fue exclusivamente económica que ha terminado convirtiendo en la actual Unión Europea, una entidad supranacional que desde una concepción absolutamente materialista busca someter a los Estados-nación para acabar con sus identidades y anular sus soberanías, ya sean estas  económicas, legales o culturales y así poder imponer el pensamiento globalista de lo políticamente correcto.

Es así que quieren presentar a la Unión Europea como si fuese Europa y colocan como sinónimos términos antitéticos como son Unión Europea y Europa.
Esta es la razón por la cual en el discurso dado por el presidente español Pedro Sánchez repitió de forma recurrente el término Europa, se estaba refiriendo a esa nueva Europa que coincide con sus posicionamientos ideológicos. Ponía  en ella la solución a los problemas por los que atravesamos y cantaba las bondades de una unidad europea.

De hecho, utilizó el término Europa para referirse a la Unión Europea, cuando este club está sometido a las directrices ideológicas globalistas de los sionistas norteamericanos y de las ordenes financieras de los masones británicos.

No sin   razón el okupa de la Moncloa mencionó de manera repetida el origen de  la Unión Europea en el final de la Segunda Guerra Mundial, con esto quiero decir que fue realmente con la ocupación de Europa por parte del Comunismo soviético y del liberalismo político y económico  de los Estados Unidos fue cuando se impuso manu militari en todo el continente, a excepción de en España hasta mediados los sesenta, una cosmovisión  absolutamente individualista en lo social, materialista en lo espiritual y  capitalista en lo económico.  Después y de modo paulatino la entidad multinacional fue arrancando todo  resto de identidad y soberanía que aún mantuviesen los distintos Estados-nación, todo esto para crear un conglomerado de  poblaciones y territorios alejados de toda singularidad, sometidos todos ellos a una misma concepción  de lo que ahora ha dado en llamarse  lo políticamente correcto, que no es otra cosa que la ideología de la deshumanización, es decir  una globalización que no es otra cosa que el poder  financiero de una casta   sometida a la masonería y al sionismo.

Después de todo esto es mucho más fácil de entender como el okupa de la Moncloa a dedicado tanto tiempo a lanzar loas y  pedir más Unión Europea, que es lo mismo que dar recortar más y más nuestra soberanía.

En un segundo punto habría que explicar el modo en que esos eurobonos , que funcionarían a modo de un nuevo  Plan Marshall,  que tanto  reclama Pedro Sánchez no serían otra cosa que un eslabón más de la  cadena que serviría para anular cualquier tipo de  soberanía económica que pudiera restar a nuestra patria. Esas ayudas no son otra cosa que ayudas absolutamente interesadas que se convierten en deuda, una deuda que nos asfixia y nos hace esclavos de ese ente cuya capital  es Bruselas pero cuyos dueños son la City de Londres, Wall Street  de Nueva York y la Reserva Federal norteamericana, los tres en manos de los innombrables.

                                                       








                                                    

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