domingo, 26 de abril de 2020

ADRENOCROMO, LA DROGA DE LA ÉLITE OSCURA.



                                                                                     

Antes de iniciar la exposición referente a la realidad del adrenocromo y a las consecuencias criminales derivadas de la consecución de esta substancia por parte de grupos elitistas  es preciso poner de manifiesto que la conducta humana es resultado del condicionamiento llevado a cabo por unos funcionamientos psicológicos básicos que nos hacen repetir aquellas conductas que nos han facilitado resultados positivos a la par que nos hacen evitar aquellos otros que tienen como  consecuencia  resultados negativos o molestos, llevándonos   a no repetir esas conductas. Es preciso considerar que en algunos casos en que se produce la repetición de determinadas conductas puede ser fruto de  creencias o explicaciones vicarias- aprendidas- que realmente no  llevan aparejada una consecución de efectos positivos materiales, sino que  derivarían de elementos basados más en cuestiones sociales relacionadas la aceptación  por parte del grupo o de la aceptación de creencias que se pueden  relacionar con una especie de  aprendizaje vicario basado en lo que otros nos enseñan, esto ocurre especialmente cuando  estas creencias van acompañadas de consecuencias positivas,   y más si estás son sumamente placenteras como es el caso.

De esta manera el ser humano puede llegar a aceptar como realidades positivas que han de ser repetidas, cuestiones que de otro modo serían directamente rechazadas como contrarias a toda conducta moralmente aceptable, siendo así que muchas conductas fantasiosas pueden ser perfectamente explicadas, aunque pudiese parecer falso y carente de cualquier sentido el hecho que se considera. Un ejemplo muy claro es la idea de algunas zonas asiáticas de que el polvo del cuerno machacado de un    rinoceronte es un fuerte elemento para aumentar la libido y la potencia sexual o la costumbre, en algunas zonas de Indochina de torturar al tigre antes de matarlo para de esta manera lograr ciertas propiedades mágicas cuando se consuma su carne.
Conocido todo este planteamiento, al que más adelante recurriremos, vamos ahora a centrarnos en el adrenocromo.
Una vez que se ha puesto de manifiesto que cosas reales más o menos neutras pueden ser investidas de características positivas fantasiosas, y que por tanto estas pueden dirigir nuestra conducta desde el momento en que a esas cuestiones reales se les ha conferido una carga positiva. Concluiremos que ese elemento neutro puede llevar a que se lleven a cabo ciertas conductas e incluso se repitan de manera compulsiva. 

 es el momento de centrarnos directamente en la realidad del adrenacromo.
El Adrenocromo es producto de la oxidación de la adrenalina.

                                                                   

 La cuestión es que la adrenalina es producida en enormes cantidades en los momentos de terror, dolor y pánico. Siendo a través de la sangre una forma de acceder a ella, aunque el acceso más directo es accediendo a las glándulas suprarrenales. 

                                                               


                                                           

La adrenalina es una hormona y un neurotransmisor el cual incrementa la frecuencia cardíaca, contrae los vasos sanguíneos, dilata las vías aéreas. Es una catecolamina producida por las   glándulas suprarrenales, es importante que la extracción se realice de la glándula suprarrenal de una persona viva, y es importante que así sea para que sea sometido al mayor stress posible y de esta manera produzca la mayor cantidad de adrenalina posible.

                                                                   
A la adrenalina en sangre, bebida siendo líquida o esnifada cuando se presenta en polvo se le atribuyen unos fuertes efectos psicoactivos que acercan al sujeto que la ingiere a un estado cuasiesquizofrénico.

                                                               




Es así que a los verdaderos efectos psicoactivos de un tremendo “subidón” hay que añadirle toda la parafernalia y legenda que lleva aparejado el consumo de adrenocromo unido al sacrificio ritual de menores. Es aquí donde quiero referirme a los comentarios que al inicio del escrito realicé, y es que lo que moviliza la conducta de los sujetos puede no ser tanto la realidad cuanto la verosimilitud que el sujeto le concede. De esta manera ese aporte de supuesta fuerza vital, ese freno del envejecimiento y la creencia en la consecución de mejoras de todo tipo, a pesar de no ser ciertas pueden ser vividas y aceptadas como tales, hasta el punto de que esas expectativas y la presión grupal lleve a las personas de esos grupos elitistas a la realización de actos extremadamente cruentos, y más si estas expectativas van acompañadas por consecuencias psicoactivas delirantes y adictivas.  De esta manera la presión grupal de un grupo muy minoritario y supuestamente secreto haría que fuese muchísimo más sencillo que sus miembros aceptasen cuestiones que agravarían las de por sí criminales acciones para conseguir el adrenocromo, como por ejemplo aceptar la necesidad de utilizar niños de corta edad.


Con todo lo dicho pretendo poner de manifiesto que los tan repetidas teorías de que existen ceremonias de élites oscuras que  sacrifican  humanos, no tienen porque ser  falsas por el mero hecho de significar la falsedad de lo que  los miembros de esos grupos manifiestan lograr. Es más, se dan todas las circunstancias para afirmar que pueden ser un hecho. La realidad es que  cuestiones como la moralidad de esas actividades pasarían a un segundo plano si  la consecución de un beneficio se impone.


                                                                  


                                                             



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