domingo, 15 de julio de 2018

Supremacismo judío hasta en las bodas.



                                                                           


Sobre las leyes raciales de Nüremberg (Nürberber Gesetze en alemán), aprobadas por mayoría el 15 de septiembre de 1935 durante el séptimo congreso anual de la NSDAP que se celebró en esa ciudad alemana todo el mundo ha escuchado algo. 

                                                              


Se habló de ellas en los juicios de Nuremberg que juzgaron  crímenes de guerra de los vencidos, se ha hablado de ellas en películas, series, novelas y por supuesto se las cita en los libros de historia contemporánea de los niveles  medios y superiores  de nuestros institutos y universidades.

                                                                 
Entre otras cosas estas leyes prohibían que los judíos se pudiesen casar con personas de “sangre alemana o afín”.
Con esta legislación se pretendía evitar que la raza aria se viese “contaminada” con otra no aria y en especial que se mezclase con la de origen judío.
La base fundamental era la determinación y definición racial de cada individuo residente en Alemania, se centraban no tanto en el origen religioso o social cuanto en la sangre, origen étnico.
Tales postulados raciales y su plasmación legislativa fueron condenados con dureza durante los juicios de Nüremberg y posteriormente criticados por todos los medios de comunicación.

La condena y generalizada crítica que recibió y continúa recibiendo esta legislación choca de manera lacerante con el mutismo que se ha levantado en torno a la formulación legal y práctica que el Estado de Israel lleva a cabo en lo que hace a la prohibición de matrimonios entre judíos y aquellas otras personas que no lo sean.

Lo que en estos momentos acontece en Israel, y que los medios de comunicación voluntariamente ocultan, es que antes de la celebración de un matrimonio las parejas judías han de presentar ante los tribunales rabínicos pruebas que certifiquen su condición de judíos.

                                                                 

Como regla general las pruebas que se presentan incluyen certificados de boda judía (ketubash) de los padres del novio y de la novia.
En el caso de que en el matrimonio que se pretende celebrar participe algún inmigrante se precisa la presentación de una carta del rabino de la comunidad en la que vivía que acredite el judaísmo del que pretende contraer matrimonio.

Esta realidad legal y práctica, que sin ninguna duda puede ser calificado de racista, como hemos señalado es ocultada a la población mundial para poder continuar presentando al “pueblo elegido” como la víctima de un racismo que propició el holocuento.

                                                                


Se podrá argumentar, sin conocimiento, que este funcionamiento respecto al matrimonio entre judíos es cosa del pasado y que en la actualidad no se lleva a cabo. Pues bien, voy a presentar una serie de datos que dejan absolutamente claro hasta que punto no sólo no es cosa del pasado si no que según pasan los años cada vez aumenta el número de personas que no pueden casarse por no ser consideradas suficientemente judías.

Los datos que se van a presentar proceden del número correspondiente al 21 de julio de este 2018 de la agencia telegráfica judía J.T.A.
   
En los últimos siete años el número de personas que no se han podido casar por la señalada razón de no ser consideradas suficientemente judías se ha duplicado.

Comenzaremos señalando que en el año 2010 no pudieron casarse 103 (el 3.1% de los judíos inscritos para casarse ese año), no pudiendo contraer matrimonio al haber sido revocada su condición judía.
En el 2016 el número de personas que se inscribieron para contraer matrimonio y cuya condición judía fue revocada fue de 248, lo que significó el 6.1% de los que se habían inscrito para contraer matrimonio.
En cambio, en 2017 fueron 231 de los que se habían inscrito para casarse los que no pudieron hacerlo al habérseles revocado su condición judía, es decir el 6.7 % de los inscritos.

Hay un dato que resulta clarificador, en la lista del Gran Rabinato que señala aquellos que no pueden casarse como judíos en Israel hay 6727 nombres.

                                                               


El silencio mediático en torno a una realidad como esta que pone tan claramente de relieve hasta que punto llega el racismo y el complejo de superioridad racial del pueblo judío nos indica que las mentiras en torno a la realidad del “pueblo elegido” están cada día más y más ocultas.

                                                                  


1 comentario:

  1. En israel solo hay matrimonios religiosos, por lo que no se pueden casar personas de distintas religiones.

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