lunes, 23 de julio de 2018

Hipocresía LGTB.



                                                                               
                  


La dictadura de lo políticamente correcto, y la hipocresía de un victimismo que no hace otra cosa que imponer la ideología de género pisoteando desde la mentira la libertad se ha vuelto a manifestar. Todo ello gracias a que los medios de manipulación masivos han guardado un silencio cómplice sobre esta hipocresía fruto del fanatismo de esa ideología de género y del movimiento LGTB.

En este caso lo que destaca en especial es la contradicción, aunque ya sabemos que para algunos, como los de Potemos, hay que “cabalgar las contradicciones” para alcanzar los fines políticos perseguidos, aunque la realidad es que merced a ello esas contradicciones muestren a las claras la falsedad de las posiciones ideológicas que defienden.

La contradicción en este caso aparece desde el momento en que el colectivo LGTBI aplaude que  una, o une,  transexual  haya ganado el certamen de miss  para representar a España en Miss Universo, concurso de belleza femenina que yo sepa, y que a la vez ese mismo colectivo se oponga pública y radicalmente  de modo abierto e histérico a que una actriz heterosexual  fuese a interpretar el papel de un personaje transexual, oposición que finalmente ha conseguido que la actriz en cuestión haya decidido abandonar ese proyecto cinematográfico por las presiones recibidas.

                                                               

Comenzaremos haciendo referencia a esa primera noticia, que constituye un paso más en la normalización de lo anormal, algo que ha sido rabiosamente aplaudido desde el movimiento LGTB y desde esa progresía desnortada que pretende constituirse en referente moral, si cabe utilizar este término para referirnos a ellos y a sus posiciones, que señale lo que es aceptable y lo que no, lo que conduce al progreso y lo que  por el contrario es fruto de un  oscurantismo fascistoide que va contra la libertad humana.
Me estoy refiriendo a algo que debería haber disparado todas las alarmas al poner de manifiesto hasta que grado de desnaturalización y depravación ha llegado la sociedad española cuando una, o une, mujer transgénero llega a ser elegida, o elegide, ganadora-e del concurso Miss Universe Spain 2018 celebrado en Tarragona para elegir a quién ha de   representar a nuestra nación en el concurso Miss Universo, pobre España.

                                                              

En declaraciones al periódico ABC la susodicha nueva Miss Universe Spain, el sevillano de 27 años operado y ahora denominado Angela Ponce, dejaba bien claro hasta qué punto los que forman parte o trabajan para el movimiento LGTB son conscientes de la importancia de estos pasos para lograr la implantación de un mundo absolutamente desnaturalizado sometido a la dictadura de la ideología de género.

Ella-el declaró: “Estoy supercontenta por mí y por lo que este triunfo significa” lo que claramente demuestra que esta victoria no es solamente ganar un certamen, sino que es un avance en esa estrategia para implantar una sociedad multisexual, que es lo mismo que decir asexuada pues no reconoce la naturaleza binaria de la sexualidad.
 De hecho, durante las celebraciones del “día del Orgullo” fue a celebrar lo que denominó gran victoria del movimiento LGTB.

                                                                


Por el contrario, los que gracias a Dios no formamos parte del colectivo LGTBI, parece que no somos plenamente conscientes del avance estratégico que para la implantación de una cosmovisión de ideología de género este hecho lleva aparejado. 
Un claro ejemplo de esto lo encontramos en el silencio y en la ausencia de críticas respecto al episodio reseñado, pero la cosa va más allá, el mismo ABC señala como el resto de las participantes se saltaron el protocolo felicitándola-e en cuanto se la-le nombró en lugar de esperar a que fuese coronada-e. Todas esas chicas, sometidas a a la dictadura de lo políticamente correcto, la felicitaron sin cuestionar  ni impugnar el concurso  dado que no se trataba de una mujer la que había sido premiada, o premiado.

                                                           

Ahora señalaremos otro suceso que contrariamente al anterior fue enérgicamente criticado por ese mismo movimiento LGTB, en este caso para nada fueron tan respetuosos con la libertad humana.

Los hechos son los siguientes, la actriz Scarlett Johansson en la película “Rub and Tug” iba a interpretar el personaje de un chico transgénero, su evolución personal y física durante ese periodo de “mutación quirúrgica y hormonal”.

                                                              

En este caso la manera victimista de actuar del movimiento LGTB se transmutó en una agresiva e intolerante presión contra la actriz señalando que ese papel lo debería representar una actriz transgénero y no una heterosexual, la presión se basó nuevamente en el victimismo, por otro se jugó con el pensamiento políticamente correcto y llegaron a cuestionar la moralidad, curioso que el movimiento LGTBI hable de moralidad, del casting realizado puesto que no había ninguna actriz trans entre las asistentes.

Finalmente la actriz se vio superada por la presión recibida y optó por no llevar a cabo la interpretación para la cual había sido elegida y que había aceptado llevar a cabo. En una entrevista concedida a la revista “Out” la actriz señaló: “A la luz de las recientes preguntas éticas planteadas en torno a mi casting como Dante Tex Gill, nombre del personaje que iba a representar, he decidido retirarme respetuosamente del proyecto.
 Pero todo esto no quedó sólo en la renuncia señalada sino que además  se vio obligada a ensalzar el hecho de haberse tenido que  renunciar y lanzar una suerte de canto laudatorio  hacia  la comunidad “trans”, entre otras cosas señaló: “Aunque me hubiera encantado la oportunidad de involucrarme en la historia y la  transición de Dante, entiendo por qué muchos sienten que debería ser  retratado por una persona transgénero, y estoy agradecida de que este debate, aunque controvertido, haya desencadenado una conversación más amplia sobre diversidad y representación en el cine”.
Añadió: “Creo que todos los artistas deben ser considerados igual y justamente. Mi productora, These Pictures, persigue activamente proyectos que entretienen y empujan los límites. Esperamos con interés trabajar con cada comunidad para llevar estas historias conmovedoras e importantes al público de todo el mundo”.


La fortaleza del lobby LGTBI y el poder coercitivo del pensamiento políticamente correcto, en el que va incluida la ideología de género, unidos a la inacción de las personas y colectividades blancas y heterosexuales acercan cada vez más ese Nuevo Orden Mundial sólo se podrá levantar acabando con las sociedades, con las familias y con la complementariedad de los sexos innatamente constituidos.

                                                              



Si nos adaptamos a esta sociedad podrida es que estamos empezando a estarlo nosotros también, sólo la lucha, al menos dialéctica, nos puede salvar.

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