viernes, 16 de diciembre de 2016

La cruz de Callosa de Segura.


                                                                               

Estamos siendo testigos de la resistencia del pueblo de Callosa de Segura para defender la permanencia de la cruz frente a la orden del ayuntamiento de la localidad que ha ordenado que sea retirada del lugar que ocupa en la plaza.

                                                             

Pero que la emoción, la indignación y el fervor no nos hagan perder la perspectiva y nos impida ver en quién recae la responsabilidad última de lo que está ocurriendo en Callosa.

                                                             

Es muy cierto que el actual alcalde preside el ayuntamiento del pueblo merced a una colaboración entre el PSOE, IU y PODEMOS.
Del mismo modo que nadie puede poner en duda que la ley 52/2007 de 26 de diciembre, más conocida como Ley de Memoria Histórica, fue aprobada por el gobierno socialista de Rodriguez Zapatero.

                                                                 

De la misma manera que tampoco se puede poner en duda que el gobierno de Rajoy derogó de facto la citada ley al no incluir en los presupuestos generales del Estado para los años 2013 y 2014 partida presupuestaria alguna para aplicar esta ley.
 Ahora bien, como he apuntado se trató de una derogación de facto, pero no de iure, con lo que las administraciones, ya fuesen estas estatales, autonómicas o municipales seguían sometidas a la obligación de cumplir las indicaciones de esa ley que al no haber sido derogada continuaba en vigor.
El partido popular dispuso durante dos legislaturas de una mayoría absoluta que le permitía derogar la ley de memoria histórica que tanto había criticado cuando estuvo en la oposición y a de la que tanto se sirvió para obtener apoyo electoral. Pero no hizo nada de esto, al igual que hizo con el aborto y con la ley de “matrimonios” homosexuales, simplemente señaló que esperaría a lo que señalase el Tribunal Constitucional.

                                                        

 El hecho es que esa actitud que traicionaba la voluntad de sus votantes ha llevado a que ayuntamientos como este puedan, y con razón, amparase en el cumplimiento de la ley para realizar semejante tropelía. Luego que todos esos que valientemente se manifiestan en defensa de la cruz, se piensen muy mucho cual va a ser el    sentido de su voto, puesto que aquí hay culpables y responsables, y los hay tanto en el PSOE, como en IU y en el PP.

                                                                   



                    ¡¡¡Viva Cristo Rey!!!  ¡¡¡Viva su Santa  Cruz!!!


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