jueves, 29 de septiembre de 2016

Manipulando la información para romper España



                                                                                 


España se enfrenta en estos momentos a uno de los mayores peligros que ha sufrido su integridad territorial a lo largo de su historia reciente, su Unidad está siendo puesta en serio peligro por la acometida secesionista de las autoridades de la Generalidad.

                                                              

Desde  que se instauró esta partitocracia en 1978 no se ha hecho otra cosa que dar alas a los que persiguen acabar con la Unidad Nacional, se impuso el sistema autonómico, se les traspasaron a las regiones con mayores ambiciones de ruptura  gran cantidad de transferencias.

                                                                  

 Más adelante, cuando los nacionalistas catalanes se  quitaron la careta y se mostraron claramente secesionistas, la posición que tomó el gobierno de turno fue la de la avestruz, escondieron la cabeza bajo tierra  manteniendo que los secesionistas no serían capaces de llegar a desafiar abiertamente la legalidad o la democracia, esta gentuza nunca habla de Unidad de España como realidad superior y que no puede ser puesta en duda por los votos, las leyes, le economía o la Constitución. Poco a poco esos que atacan la Unidad de España han ido avanzando, manifestándose, promoviendo las mentiras en los centros educativos, criminalizando el uso del español e incluso realizando consultas que habían sido prohibidas por las más altas magistraturas judiciales del Estado. Pero el cobarde método de decir que esto se desinflaría solo y que no era el momento de actuar porque se daría alas a un independentismo que no ha hecho otra cosa que crecerse y ha seguido  adelante.
Ahora nos encontramos ante un nuevo desafío, el presidente de la Generalidad Puigdemont ha convocado un  referéndum  para tras su realización se produciría la denominada “desconexión con España”, en español una declaración unilateral de independencia.
¿Y que ha ocurrido, que medidas ha tomado el gobierno de la  nación y cuál ha sido la reacción de la opinión pública y de la opinión publicada?
La respuesta es triste a la par que clara, NINGUNA, es como si no hubiese ocurrido nada.
¿Pero cómo es esto posible?. Pues muy sencillo ocupando la mente de una población ya de por si anestesiada.
Los medios de comunicación,  que son los que marcan la importancia de los hechos para la práctica totalidad de los españoles, vienen poniendo el centro de su interés en el asunto de la lucha intestina dentro del PSOE, con la figura de Pedro Sánchez por medio y en la desaparición de Diana Quer.
                
                                                          




Con esto no pretendo dar a entender, ni mucho menos, que los sucesos señalados sean falsos o estén voluntariamente provocados  para  apartar el centro de la opinión del pueblo de la gravedad del ataque secesionista. Lo único que hago es señalar que los medios de comunicación  se sirven de estos dos hechos noticiosos para dándoles una importancia inusitada conseguir que la mente de los españoles fijen su interés en lo que voluntariamente se ha convertido en mediático e incluso adictivo.

De lo   que no me cabe la más mínima duda es que al igual que las diferentes líneas editoriales de los medios coinciden en  la defensa de aspectos tales como la democracia, la constitución, las autonomías o el de recibir a los inmigrantes, también lo hacen a la hora de poner en primera línea periodística, machacando a la población con ciertas noticias o sucesos ( Casos de Pedro Sánchez y Diana Quer ahora) obedeciendo líneas informativas marcadas desde los más altos niveles de poder. Junto a este destacar algunas cosas va unido el dejar de lado lo referente a la Unidad Nacional, a la par que se oculta la grave realidad que acogota a España mediante la machacona repetición de temas  que terminan por ocupar el interés de la población.


Lo fundamental es por supuesto no caer en ese engaño y por otro hacer lo posible para  dar a conocer la gravedad por la que atraviesa ahora la Unidad Nacional.

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