martes, 22 de marzo de 2016

Bruselas, un interrogante abierto.


                                                                                     
                                                                                 

Esta mañana Bruselas ha sufrido varios atentados que han causado treinta y cuatro víctimas mortales y doscientos dos heridos, según las informaciones que las autoridades belgas han dado a conocer estaríamos ante acciones de terroristas llevadas a cabo por yihadistas.

                                                             
     

En estos momentos no hay nada que nos lleve a dudar de la veracidad de  la autoría de tales atentados y de que la señalada sea la autoría de los mismos. Nada si exceptuamos que tras todos y cada uno de los atentados acontecidos en Europa y adjudicados a los yihadistas siempre se han escondido acciones de falsa bandera.
En el caso actual nos encontramos con  algo que los medios de comunicación pasan por alto de manera unánime obedeciendo a los dictados del pensamiento políticamente correcto impuesto por la élite sionista.

¿A qué nos estamos refiriendo?:
Pues a que la policía belga y sus servicios de información están  plagados de personas de origen musulmán, con el  riesgo que esto puede causar a la seguridad de los ciudadanos belgas, y franceses al haberse convertido Bélgica en escondite para los yihadistas desde donde hacerse con el armamento, confeccionar explosivos, partir para actuar en Francia y donde poder  replegarse después.

                                                              

En la actualidad uno de cada cuatro belgas es musulman o de origen musulmán, y siguiendo las políticas de “integración y asimilación” de la población foránea en la sociedad belga  una parte nada despreciable de las fuerzas de seguridad  son así mismo de origen musulmán.
 Si a esto le sumamos que en Bruselas existen grandes barrios, como Molenbeek en los que la población es en su práctica totalidad musulmana, zonas en las que el islamismo más radical ha plantado las posaderas y que son reconocidos nidos de yihadistas, el cóctel está listo. Pero si a todo esto le añadimos que la policía belga no se atreve a aparecer por allí salvo en casos concretos de respuesta terrorista se explica perfectamente que terroristas perfectamente identificados hayan podido permanecer escondidos en Bruselas durante más de dos meses. Sin que la policía ni los servicios de información diesen con ellos.

                                                        


Ante esta realidad no es precisa mucha imaginación para pensar que al igual que ha ocurrido en Madrid, en Londres y en París, Bruselas haya sido víctima de otra acción  de los que mueven los  hilos de la política mundial.
La élite sionista precisa de un acontecimiento que lleve a cerrar fronteras y sobre todo a impedir que los “refugiados” puedan entrar en Europa, pero lo que buscan es que el cerrar fronteras a la inmigración masiva, ilegal y descontrolada lleva a que se reproduzcan de una manera mucho más fuerte y generalizada  imágenes de niños, mujeres y ancianos llorando hundidos en el barro mientras llueve. Lo que esta élite luciferina busca es que finalmente los “refugiados” puedan entrar libremente en Europa provocando una reacción buenista y humanitaria mal entendida de una población desarmada moralmene.que presionará a sus gobernantes para que no se frene a los  “refugiados”, de esta manera buscan romper la identidad política, cultural, de fe y racial europea.
Quieren implementar el Plan Kalergi y para ello necesitan de estas acciones criminales.
                                                                   


Además de las respuestas legales, de inteligencia y/o militares es preciso  informar plena y claramente de cual es la realidad de la invasión que está padeciendo Europa, de las consecuencias que conlleva para nuestra seguridad, para nuestra continuidad como pueblo  y para que Europa continúe con el nivel de vida y de dignidad del ser  humano. Para ello es fundamental que se hagan públicas y se difundan de modo general los ataques antieuropeos y de racismo anti-blanco que se están desarrollando en las zonas donde llegan esos  denominados refugiados. A veces una imagen vale más que mil palabras, no olvidemos que vivimos en una sociedad  televisiva.
                                                                    

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