viernes, 25 de marzo de 2016

No nos engañemos: son lo mismo.


                                                                         



En esta entrada me gustaría poner un poco de luz sobre la errónea interpretación que se da entre muchos debido a que ciertas fotografías o videos son juzgados de modo equívoco.
Me estoy refiriendo a que cuando se ven imágenes de judíos manifestando su oposición al sionismo y por tanto al Estado-terrorista de Israel muchos terminan creyendo que dentro del conglomerado sionista hay algún tipo de cisma o disidencia cuando en realidad no hay tal.
En este punto debe quedar perfectamente claro que  en esos casos estamos siendo testigos de un enfrentamiento  entre los judíos ultra-ortodoxos, judíos religiosos talmúdicos, y los sionistas: judíos nacionalistas chauvinistas, centrados en la cuestión territorial y en el poder.
El sionismo no pasa de ser una mera idea nacional que desde una concepción pseudo-religiosa de superioridad  racial del pueblo judío busca instalarse en un territorio donde crear la nación judía.
La formulación clásica del sionismo la realizó Theodor Herzl  en 1896 en su libro  “El Estado Judío”.

                                                               


El sionismo que propiciaba Herzl se puso como objetivo la creación de un Estado judío moderno y así devolver  al pueblo judío su estatus de nación después de casi dos mil años viviendo en la diáspora (galut en hebreo) o dispersión  por todo el mundo , viviendo separados en distintas naciones de las que por regla general eran finalmente expulsados.
Tras la Segunda Guerra Mundial, concretamente el 14 de mayo de 1948, el Estado de Israel declaró su independencia. Previamente, en 1947, las Naciones Unidas habían aprobado la partición de Palestina en un Estado palestino y otro árabe. Como de todos es sabido Israel se saltó a la torera la existencia del Estado palestino y poco a poco fue ocupando sus tierras, hasta ahora en que las tierras árabes son mínimas y poco a poco son  ocupadas por colonos, además están sujetas a ataques militares, aéreos y terrestres, continuos.

                                                              



El judaísmo ortodoxo, que sigue las enseñanzas completas del Talmud, se opone de manera radical al sionismo en general y al Estado de Israel en particular. Esta oposición se debe a que según sus textos sagrados, el Talmud en particular, el pueblo judío no abandonará la diáspora hasta que llegue el Mesías, que como sabemos ya vino y al que asesinaron aunque ellos sólo consideren al Hijo de Dios un mago blasfemo.

                                                                 

Es así que como para ellos el Mesías aún no ha llegado el pueblo judío no puede conformar un Estado ni poseer un territorio  nacional.
Por esta razón  muchos judíos ultra-ortodoxos  llegan a apoyar la causa palestina defendiendo sus derechos territoriales.

                                                                  



Resulta muy  importante tener bien claro que el sionismo no es un planteamiento  religioso, tan solo una cuestión nacional que considera un supuesto derecho  sobre Palestina. Eso sí, el sionismo se servirá de las enseñanzas del Talmud para considerar al pueblo judío superior al resto de la humanidad y con derecho a dominarla

Debemos concluir con que tanto unos, los sionistas, como otros, los judíos en general, tienen el mismo planteamiento al considerarnos a los goyim inferiores a ellos y que debemos servirles, pues consideran que sólo ellos como supuesto Pueblo Elegido son sujetos de derecho.

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