sábado, 11 de febrero de 2012

salir del euro y de la UE

España se encuentra sometida a una situación que le impide tomar medidas de forma autónoma, y esto es así dado que  ha perdido la soberanía en todos los terrenos.
Aunque este  juicio pueda parecer una afirmación tremendista movida por un pensamiento negativista no es así, y en las  siguientes líneas paso a argumentar  tal aseveración, la causa de tal pérdida de soberanía y las consiguientes medidas para recuperarla.

                                                             

Al pertenecer a la Unión Europea, las directrices que esta marque son de obligatorio cumplimiento, aunque se afirme lo será tan que sólo  esta sea traspuestas a la legislación propia. No dejan de ser por ello  de obligado cumplimiento en tanto que de modo obligatorio  han de ser traspuesta a la legislación nacional.


De este modo la independencia legislativa, incluido todo lo derivado de las normas legales, dejan de ser algo soberano al no ser nosotros ni nuestros legisladores quiénes  deciden. ´

                                                                  
En lo económico la economía nacional deja de ser algo propio pasando a estar sometida a las normas y ordenes que procedan de Europa, Es así que desde la UE se indican cuales pueden ser las cuotas máximas  de elementos agrícolas, ganaderos o de pesca  que pueden producir.Del mismo nuestra nación carece  de autonomía  para subvencionar o ayudar económicamente a  sectores  determinados que pudieran necesitarlo.
La política exterior nacional se ve absolutamente mediatizada, por no decir anulada por la que desarrolla la Unión Europea.
Considérese si no cuestiones como la negociación con  Marruecos de la pesca en aguas que España no considera pertenecientes al reino alauí, o como de facto se reconoce la soberanía de Inglaterra sobre ese trozo del territorio español que es el peñón de Gibraltar, ya que participamos en una misma comunidad política con una potencia que nos ocupa militarmente.

                                                                    

Una situación que acaba por dar  el tiro de gracia a nuestra independencia como Estado es la pertenencia a la eurozona al haber prescindido de una moneda nacional propia y haber tomado como tal una moneda trasnacional europea, el euro.

                                                                  
Esta opción por el euro nos lleva a profundizar  aún más en la pérdida de soberanía, ya que nos hemos desprendido de la posibilidad de tomar medidas  económicas que pensemos puedan  servir para evolucionar económicamente de modo satisfactorio o para enfrentar situaciones de crisis como la actual.
Medidas como  la depreciación de la moneda dejan de estar en nuestras manos para pasar a manos del BCE (Banco Central Europeo), o sea a manos del eje Franco-alemán.  Nos encontramos con que  la problemática con las que se encuentran países como Francia o Alemanía es muy distinta a la que padecemos los países del sur.
Mientras los países centroeuropeos  tienen en la deuda su problemática y por tanto en ello se centran, España encuentra en el desempleo  su mayor problema. Como es lógico cuando los problemas son distintos las soluciones también lo son, y si la política  es general  las soluciones irán dirigidas a enfrentar los problemas de aquellos que de hecho dirigen la institución monetaria europea, o sea  Francia y Alemania alternativamente.

                                                                      

El ejemplo más claro de pérdida de soberanía de los estados, ahora verdaderas colonias, es lo que acontece en Grecia.

                                                                
La Unión Europea (U.E.) niega de hecho la soberanía del país heleno  al exigirle  la aplicación de una serie de medidas laborales, sociales y de control económico para poder ser “rescatado” es decir intervenido-ocupado por las altas finanzas internacionales: los llamados mercados que no son si no grupos de presión 
especulativos.

                                                                 
En estos momentos de crisis,  los dirigentes de la Unión Europea han puesto las cartas boca arriba al señalar la posibilidad, que por otro lado ha sido siempre su objetivo, de que se cree una Europa de dos velocidades: una primera división digamos constituida por Francia, Alemania y los países centroeuropeos y nórdicos y otra segunda división que la compondrían los países sureños, entre ellos España, a modo de colonias al servicio de los otros.

Al habernos incorporado al Euro no hemos hecho si no someternos a la tiranía de los mercados a los que antes nos referimos, y desde la Unión Europea nos ponemos a los piés de los caballos de aquellos que pretenden  ser los dueños económicos de Europa.

Hemos de potenciar una Europa de las Patrias  que reconozca y  respete sus soberanías y no  una Unión mercantilista dominada por los países centroeuropeos y los poderes financieros.

Si España quiere remontar el vuelo, siquiera mínimamente, enfrentar la actual crisis y recuperar su soberanía ha de abandonar la Unión Europea y recuperar la peseta como moneda nacional liberándose de la dictadura que ejerce el BCE a través del euro.

                                                                     

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