martes, 13 de septiembre de 2011

Dos asesinatos similares, una reacción diferente

En otoño de 1983, concretamente el 5 de Octubre, era secuestrado por ETA en Bilbao el capitán de Farmacia D. Alberto Fernandez Barrios. La intención de los terroristas era la de chantajear al gobierno español para que este pusiese en libertad a los terroristas que estaban siendo juzgados por el asalto al cuartel de Berga. A cambio de tal liberación  se pondría en libertad al capitán Fernandez Barrios, caso de que esta liberación no se produjese  el  oficial sería asesinado.
El capitán  acababa de cumplir 39 año, estaba casado y tenía tres hijos ( de 11,7 y 2 años).
El gobierno se negó a ceder al chantaje y  el cuerpo del secuestrado apareció en Galdácano  con dos tiros en la cabeza el día 20 del mismo mes.
Catorce años después, el 10 de Julio de 1997 es secuestrado por la misma banda terrorista el concejal del PP D. Miguel Angel Blanco.
El secuestro se trataba también de un chantaje al gobierno para que  este anunciase  el traslado a Vascongadas de todos los presos vascos. En esta ocasión   se da al gobierno un plazo de 48 horas para que se ceda a tal pretensión o caso contrario será asesinado, justo al cumplirse el plazo dado el concejal es asesinado.
Tenía 29 años de edad, era soltero y no tenía hijos.


Ambos asesinatos tienen  inequívocos paralelismos, ahora bien la publicidad que se produjo en los medios de comunicación y la reacción popular  no tuvieron  parecido alguno, y es esta  diferencia la que  pretendo  poner de manifiesto. Mientras que en el primer secuestro-chantaje y posterior asesinato, la prensa no hizo un seguimiento tan profundo ni acudió a la fibra sensible al no hacer  una campaña sobre la esposa e hijos del secuestrado, en el caso segundo fue todo lo contrario pues  se hizo incapié  en todo lo referente al secuestrado,a sus aficiones, se habló de sus padres, de su novia, su hermana  aparecía  constantemente en los medios de comunicación, supimos de su afición por tocar la batería, etc. La acentuada intervención de los medios de comunicación y la intervención  política fue tal que se produjo una movilización social  sin precedentes en España en contra del terrorismo etarra.
Por contra en el caso del capitán tal movilización  brilló por su ausencia.
¿Donde se encuentra la diferencia que explica tan diferente reacción?. A mi entender esta diferencia se centró en que  uno era un militar, y  el otro un político, del partido en el poder para más inri.
Para muchos, los militares y las fuerzas del orden tenían  ese riesgo incluido "en el sueldo", amén de ser considerados como ocupantes. En el caso de Miguel Angel Blanco, se tocaba a un político, y el resto de ellos se vieron en peligro. El político era tan sólo víctima, no así el militar.
Se podrá argüir que en el caso de Miguel Angel Blanco un plazo tan corto  resultaba mucho más  terrible el caso, ahora bien, la situación familiar era infinitamente más  triste en el caso del capitán Barrios y no recibió ni de lejos el tratamiento sensiblero y por tanto   moilizador que recibió el caso del concejal.Y no hay que olvidar el hecho de que  el concejal fuese miembro del partido que en ese momento gobernaba.
Menuda vergüenza, victimas de primera y de segunda. Y que luego nos vengan con que hubo una transición pacífica.


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