lunes, 14 de agosto de 2017

Una bomba a punto de explotar.



                                                                             


Está a punto de explotar en las narices de los españoles una bomba, y mientras tanto la práctica totalidad de ellos permanece mirando pasar las nubes desde la playa, pensando en fichajes de futbolistas, entreteniéndose con los chillidos de los programas del corazón o “informándose” a través de los medios sometidos a lo políticamente correcto. Todo ello sumergido en el lacrimógeno, buenista y autoculpabilizante pensamiento actual que presenta a nuestra sociedad y raza como culpable de los males del mundo, todo ello para que desde ese complejo de culpa nos sintamos moralmente obligados a recibir a todo individuo que ilegalmente entre en nuestro continente, especialmente si es de raza negra.

Parece mentira que la población española no se dé cuenta de lo que se nos viene encima, ¿pero que se puede esperar de mentes de esponja que han sido emponzoñadas por el veneno de las serpientes que gobiernan el mundo desde la sombra?

Para ser consciente de la peligrosa realidad que nos acecha no es preciso recurrir a sesudos análisis ni a informes de expertos, bastaría con abrir los ojos y aplicar el sentido común, de ese modo podremos deducir que es lo que se nos viene encima.

 Pero ya se sabe que no hay peor ciego que aquel que no quiere ver, y la ideologización buenista actual resulta ser la más peligrosa de las anteojeras.

Los hechos que conforman la realidad a la que nos enfrentamos son claros y la conclusión a que estos nos llevan también lo es.

La abrumadora crisis social, económica y de orden público que ha golpeado y golpea los países mediterráneos del sur de Europa se ve seriamente agravada por una inmigración ilegal que ha tomado proporciones de invasión y que ha sido provocada estratégicamente por los de la sinagoga de Satanás, para mediante la mezcla o la sustitución racial acabar con una raza blanca que difícilmente se someterá a los dictados del “pueblo elegido”. Pero pese a la claridad de todo lo que acontece los planes que Kalergi diseñó para lograr lo que hemos señalado se acercan peligrosamente al objetivo señalado.



Lo que la indolente población española debería tomar en consideración son las causas que han llevado a que las rutas migratorias masivas hayan ido variando y tomando una u otra ruta afectando más a ciertos países que a otros.

Para conocer esta variación y sus causas nos hemos de remitir a lo que aconteció hace tan solo unos años:

La primera gran ruta de entrada de la masa migratoria hacia Europa fue la que penetraba en nuestro continente a través de Grecia tras pasar por Turquía o cruzar la parte más oriental del Mediterráneo. Una vez que se pactó con Turquía para que  cerrase ese camino, que se impidió el paso por los países del este y se hicieron más difíciles los pasos marítimos ese camino de entrada fue sustituido por el que se dirigía a las costas italianas desde las costas libias, pero ahora de nuevo esta entrada se ve amenazada por dos cuestiones, una por las protestas del gobierno italiano contra las mafias, las ONGs al amenazar con cerrarles sus puertos a las naves “humanitaristas” y criticar  la “colaboración” de las armadas europeas. Lo único cierto es que las ayudas humanitarias de las ONGs y de FRONTEX sólo han servido para facilitar el negocio a las mafias de los que se sirven de incautos inmigrantes ya que los recogían en aguas del Mediterráneo incluso cerca de las costas libias para llevarlos a las costas italianas.

Llegados a este punto las autoridades italianas han amenazado con cerrar sus puertos y han incautado por orden judicial un buque alemán de una ONG al servicio de Soros. Pero no acaba ahí la cosa puesto que la marina libia ha llegado a realizar disparos de advertencia contra un barco de una ONG, a la par que el gobierno de Libia ha afirmado que no permitirá la actuación de los barcos de las ONGs en sus aguas jurisdiccionales, llegando a amenazarles con abrir fuego.

                                                     
 


Con todo esto las mafias que tanto se sirven de las ONGs no podrán seguir con su negocio y la ruta inmigratoria nuevamente habrá de cambiar.



Y es ahí donde surge el gravísimo problema, nuestras costas y las fronteras de Ceuta y Melilla recibirán todo el flujo migratorio que por cientos de miles arriban a Europa, ya no coparán los servicios sociales y sanitarios ni provocarán malestar laboral por la competencia desleal en Italia o Grecia, sino que será nuestra patria la que lo padezca.

                                                     


Seguramente habrá gente que ante esta gravísima situación continuará manteniendo eso de que hemos de ayudar humanitariamente y recibir con los brazos abiertos a los que llegan, pero voluntariamente pasan por alto que una parte amplia de nuestros compatriotas no tiene trabajo
                                                   

, carece de ayudas sociales y que tanto ellos como el resto de la población pueden verse afectados por nuevas enfermedades y padecer una inseguridad tanto común, puesto que la inmensa mayoría de los que llegan no encontrarán trabajo y han de comer, como terrorista puesto que la inmigración es ilegal y no está sometida a control alguno.
                                                        





Este es el gravísimo problema al que la sociedad española se enfrena y ante el que el pueblo y sus autoridades cierra los ojos.

                                                       

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