sábado, 10 de diciembre de 2011

Otro crimen olvidado.


Al igual que en  unas entradas   anteriores en las que describí   episodios  desconocidos o al menos voluntariamente ignorados que se desarrollaron durante  la Segunda Guerra Mundial y de los que los vencedores de ese conflicto fueron  directos responsables  voy a reseñar ahora otro episodio que hace  siete años salió a la luz pública, aunque de hecho era  conocido por la inmensa mayoría de  los alemanes  que vivieron  los últimos días de resistencia de Alemania en la Segunda Guerra Mundial. El hecho de que unos sucesos tan salvajes como generalizados no fuesen conocidos nada más que por los que los padecieron directamente y aquellos que fueron testigos de ello pone de manifiesto hasta que punto las campañas propagandísticas y de “desnacificación”  de los aliados consiguieron convertir   en mudos a los testigos y en criminales a los que sufrieron crímenes. Ocurre que toda referencia a hechos negativos realizados por los aliados, incluido los  soviéticos, se había convertido en una afirmación sospechosa de “nazismo”. En el caso que nos ocupa se suman otras dos cuestiones: una el querer olvidar el ultraje para sobreponerse al dolor y por otro el no querer   compartir semejante problemática, macula para algunos, con los seres más próximos.
Antes de pasar a referir los crímenes, o crimen generalizado, al que nos estamos refiriendo vamos a   reproducir unas palabras del General norteamericano Frank Howley el 17 de Enero de 1950 en la revista Nesweek. “Los soldados del Ejército Rojo, en Berlín y en todas partes no fueron más que unos ladrones y unos violadores, y muy frecuentemente unos asesinos”.         
                                                                 
Estas declaraciones que podrían tomarse, por la época en que fueron hechas, como una simple consecuencia de la recientemente estrenada guerra fría  no fueron sino una referencia a la actuación que el Ejército Rojo tuvo en Alemania. Lo cierto es que  la practica totalidad de las mujeres, desde los siete hasta las más ancianas fueron repetidamente violadas. Fue uno de los dramas más trágicos y ocultos del siglo XX que ahora, medio siglo después, el libro de un historiador militar británico logró sacar a la luz a la par que consiguió que muchas  mujeres alemanas hablasen  al fin de ello. Se cifran en cerca de 2 millones y medio el número de mujeres que fueron violadas en Alemania  por las tropas soviéticas. El silencio de estas mujeres se muestra muy claramente en el caso de la esposa del ex canciller Helmut Kohl, que se suicidó el año 2001, Esta mujer fue violada cuando contaba con la edad de doce años, cuando su madre y ella no pudieron escapar de un tren que iba a Desdre.                                                                               
Y es  que cuando el Ejercito Rojo llegó a Berlín, los soldados  consideraban a las mujeres una especie de botín carnal de guerra sobre el que además  vertían toda la sed de  venganza que previamente habían alimentado los oficiales y los servicios de propaganda soviéticos.                            
El representante del Vaticano señaló: “Han violado a mujeres entre 10 y 75 años”. El historiador británico, y  oficial durante la segunda guerra mundial en Europa Anthony Beebor, ha descubierto aspectos aún más  siniestros como que “los rusos violaron incluso a reclusas liberadas de los campos de concentración, mujeres esqueléticas, vestidas con harapos”.
Pero estos crímenes del Ejército Rojo silenciados e ignorados  no son sino un pequeña parte de los que cometió la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial.
                                                                   


               http://www.elmundo.es/cronica/2002/329/1012823963.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario