sábado, 23 de diciembre de 2017

Otra campaña de manipulación.


                                                            

Asistimos nuevamente a otro intento de manipulación a través de una imagen, para  acudiendo a lo lacrimógeno moldear la opinión pública respecto de un tema con implicaciones geopolíticas claras, nos encontramos una vez más ante  una campaña diseñada para conseguir que la opinión pública acepte como cierta una posición falsa recurriendo a un sentimentalismo fácil y simplón, llegando a través de este a la aceptación de una posición que se basa en la falacia y en la mentira. El método del que se sirven no es para nada novedoso, lo vienen utilizado desde hace bastante tiempo, y con excelentes resultados, por cierto.
 Para desarrollar este tipo de actuaciones los globalistas se sirven de imágenes que conmuevan al individuo y movilicen el sentimiento para de esa manera nublar la capacidad de análisis crítico y de   raciocinio y para que de este modo el mensaje que acompaña a la imagen impactante se imponga a todo juicio racional.
Lo que se busca es poder imponer el mensaje que les interesa difundir, y esto lo consiguen sobreexponiendo a los sujetos a la imagen y al mensaje en cuestión, y esto sólo se logra con la presentación conjunta de la imagen y mensaje gran número de veces a través de los medios de comunicación, esto lo hacen para conseguir que se termine por identificar el peso del doloroso sentimiento de la imagen con la supuesta verosimilitud del mensaje que a él va unido. Si aún así el pensamiento crítico y la razón logran superar el engaño al que el sujeto se ha visto sometido, se encontrará con que se ve atrapado por una suerte de culpabilización, pues nuestra mente terminará moviéndose merced a un funcionamiento psicológico denominado disonancia cognitiva, mecanismo mediante el cual se produce un profundo malestar siempre que se da una contraposición entre nuestras creencias o sentimientos y nuestras acciones o pensamientos críticamente alcanzados.
En otras palabras, considerar nuestro razonamiento alejado de la afirmación del mensaje tan íntimamente unido a la imagen lleva a que el mensaje no pueda ser cuestionado y de modo automático se asume como cierto.  
Como ya se ha dicho, esta estrategia de desinformación es utilizada de manera cada vez más corriente dada la gran efectividad que ha demostrado tener.   
Por regla general estas campañas son preludio de una actuación de la élite, una actuación que precisa del acuerdo, o al menos no enfrentarse con la oposición de la población.
Un claro ejemplo de este tipo de estrategias lo encontramos cuando en el año 2015 todos los medios de comunicación occidentales, de manera unánime, coincidente y reiterativa, publicaron hasta la saciedad la fotografía de un pequeño inmigrante sirio ahogado en las costas turcas. El cuerpo de Aylán, ese era su nombre, había sido convenientemente colocado para posteriormente fotografiarlo, y aunque la población europea fue bombardeada hasta la saciedad con la imagen del niño ahogado y se “informó” de las edades de la de sus hermanos y del pueblo del que procedían no conoció la realidad del viaje a través del mar para llegar a Canadá para que el padre fuese operado en la boca con la ayuda económica de un familiar, resultado hijo ahogado.

                                                          





Lo que si conoció la población europea fue la acusación de no tener humanidad para con los refugiados que llegaban a nuestro continente, el mensaje era claro, había que acoger a todos aquellos inmigrantes, supuestamente refugiados, que llegasen a Europa. Se trataba de preparar a la población europea para que aceptase sin protestar las medidas de fronteras abiertas y ayudas socio-económicas que la Unión Europea estaba preparando llevar a cabo para provocar  la sustitución poblacional mediante una inmigración masiva e ilegal que permitiría implementar el plan Kalergi.
                                                             




De igual modo las imágenes de filas de cadáveres en Siria, en gran parte niños, llenaron las pantallas de todas las televisiones y portadas  de los periódicos del mundo señalando que habían muerto como    consecuencia de misiles con gas tóxico lanzados por el ejército sirio de Bashar Al Assad, acusación que sirvió para justificar ante el pueblo norteamericano el ataque con misiles  a una base aérea siria. Igual ocurrió con el montaje de la fotografía que dio la vuelta al mundo del niño Omran que estaba en una ambulancia cubierto de tierra y que supuestamente acababa de ser rescatado de las ruinas de su casa en Alepo, por supuesto la culpa se la adjudicó a las bombas del ejército de Bashar Al-Assad.
                                                              


                                                              

Y ahora que los sirios e irakíes con la colaboración de Hezbollá han vencido y expulsado a los terroristas de Daesh-ISIS, aliados de los sionistas de U.S.A, Israel y Gran Bretaña, esos mismos sionistas han considerado preciso llevar a cabo un ataque frontal contra el victorioso amigo de Irán y Hezbollá  Bashar Al-Assad, es decir atacar e incluso invadir Siria.
                                                                

Todo esto lo consideran imprescindible dado que con la liberación de Siria del terror de Daesh  Israel no encuentra ninguna separación entre Irán y la entidad sionista , amén de que los jázaros han perdido el control  sobre la zona de Oriente Próximo.
Un ataque fulminante y de grandes proporciones contra Siria resulta algo práctica decidido por el Estado judío, pero previamente  Israel y sus apoyos occidentales han puesto en marcha la estrategia que arriba hemos descrito, y esto es así dado que el ataque “preventivo”- agresión contra Siria precisa de ofrecer previamente a la opinión pública internacional, especialmente a la europea y norteamericana, una seria razón que justifique tal ataque, y la mejor opción es presentar la agresión como una respuesta humanitaria. Que busca defender a población civil inocente de un cruel tirano.

Para crear un estado de opinión contrario al presidente sirio Bashar Al Assad, nada mejor que llevar a cabo un programa de intoxicación como el que acaba de iniciarse.
 Dicho programa nuevamente acude a lo sentimental al presentar la imagen de un pequeño bebé sirio de tres meses, que tras haber sido rescatado de entre las ruinas de su casa, derrumbada fruto del bombardeo de las fuerzas del cruel dictador sirio, ha perdido la mitad de su cara y con ello el ojo izquierdo.
                                                             


La terrible y conmovedora imagen es exhibida por los medios de comunicación una y otra vez, siempre unida al mensaje de que el culpable de tan terrible suceso es el líder sirio. Pero en este caso a la propaganda señalada se añade un nuevo elemento que servirá para proporcionar una mayor extensión y movilización de la población, en este caso se propone llevar una acción contra la guerra en Siria que consiste en realizar un gesto, taparse el izquierdo con la mano izquierda, gesto al que se sumarán gran cantidad de artistas y que se generalizará a través de las redes. Con todo esto el impacto es mucho mayor y la extensión y generalización del mensaje contra la “crueldad” de Bashar Al -Assad es aún mayor.

Lo que pone claramente de manifiesto la tendenciosidad y la manipulación buscada sobre la opinión pública es que de la guerra en Siria, con las innumerables muestras gráficas de crueldad por parte de Daesh y de la denominada oposición democrática, no han sido objeto de campaña alguna,es sólo ahora que se pone en marcha una campaña de este tipo. Una campaña que se inicia sólo para incriminar al legítimo régimen sirio y en el momento en el que tras la derrota de Daesh conviene a los sionistas desatar un ataque que puede dar lugar a una guerra de proporciones incalculables ya que muy probablemente se verían involucradas potencias como Irán e incluso Rusia.
Como se puede ver estamos ante una nueva manipulación de la sociedad con la connivencia de los medios de manipulación.
Sólo hay que plantearse el porque  esta imagen es ahora publicitada de esta manera  contra Bashar Al Assad cuando  son miles las imágenes mucho más duras y claras a las que la prensa puede acceder y no son utilizadas para realizar campañas en pro de los cristianos,
                                                                   



o en contra de Daesh buscando una actuación militar norteamericana, europea o israelí  para acabar con estos crueles terroristas, unas acciones militares que hasta hace muy poco no se han llevado a cabo, todo lo contrario puesto que han recibido el apoyo del sionismo de Israel y Estados Unidos así como el del eje anglo saudí.

                                                                             


La  única manera de no caer en el lavado de cerebro que estas campañas pretenden realizar en nosotros es conocer su existencia y saber cuales son las estrategias de las que se sirven.


                                                               


No hay comentarios:

Publicar un comentario