martes, 7 de marzo de 2017

La responsabilidad criminal de la Unión Europea.



                                                                           


Poco a poco se acerca el buen tiempo, y con él decenas cuando no centenares de miles de africanos se lanzarán a las aguas del Mediterráneo con la intención de alcanzar las costas europeas, lo hacen para llegar al inexistente paraíso europeo cuya existencia le han vendido las mafias que se lucran cobrándoles para enviarles a una muerte casi segura,  les llegan a través de  informaciones que reciben a través de radios y televisiones  occidentales que ven en sus pueblos o las informaciones que les llegan a través de los comentarios generalizados que allí se esparcen interesadamente.

Ciertamente que las circunstancias económicas y de vida, así como el grave peligro que corren por las situaciones derivadas de las guerras o conflictos tribales, mueven a que parte de esa población opte por emigrar a nuestro continente suponiendo que están optando por una solución a sus problemas.

En esta entrada pretendo dejar a un lado la gravísima repercusión negativa que la llegada a nuestro suelo de una inmigración masiva y descontrolada de otras razas, culturas y cosmovisiones tiene para la supervivencia de nuestro pueblo, de su identidad y de la civilización occidental.

En la presente entrada voy a centrarme en la terrible problemática de los miles de inmigrantes que mueren ahogados en las aguas del Mare Nostrum, en esta ocasión obviaré el problema que la inmigración masiva e ilegal representa para Europa.

 Pretendo dejar clara la responsabilidad criminal de todos esos buenistas “humanitarios” en gran medida responsables de las muertes que se vienen produciendo en el Mediterráneo, culpa que quieren hacer recaer en las naciones y población europea cuando esta no pasa de ser una víctima más.



Antes que nada, se ha de señalar que el primer y más grave error lo cometen esas autoridades y grupos buenistas que desde un planteamiento supuestamente humanitario ocultan a los potenciales inmigrantes tanto el inmenso número de muertos ahogados en el viaje como la realidad que van a encontrar al llegar a Europa y la ausencia de futuro que les espera al llegar a un continente plagado de desempleo y necesidades.

                                                    



Pero como la intención de este texto no es meramente crítico vamos a presentar también las medidas que habrían de ponerse en marcha para hacer frente a los problemas arriba descritos.



El primer y fundamental aspecto es combatir la falsa información que llega a los potenciales inmigrantes que posteriormente y en función de la cual decidirán ponerse en manos de las mafias para cruzando el Mediterráneo alcanzar las costas europeas.

Lo que desde luego ha de frenarse en seco es la acogida en territorio europeo de cualquier inmigrante ilegal que arribe a nuestras costas , del mismo modo bajo ningún concepto se puede permitir que las armadas de los distintos Estados que conforman la Unión Europea, continúen recogiendo a los inmigrantes  a medio camino entre Libia u otros países del norte de África y las costas italianas o griegas para trasladarlos  a ellas.  No se puede seguir enviando el mensaje a esas gentes de que en Europa serán acogidos aunque lleguen de modo ilegal ni se puede asegurar a las mafias que comercian con seres humanos que tienen asegurado el “trabajo” dejando a los inmigrantes a la deriva  a la salida de las costas de África o a mitad de camino pues en cualquier caso llegarán, además de acrecentar el papel de las mafias se les estaría llevando a utilizar embarcaciones cada vez más inestables, induciendoles a dejar a la deriva a esos inmigrantes o a, como ha ocurrido en muchas ocasiones, romperles el suelo para tras una llamada de móvil esperar que acudan buques de la armada o de salvamento a rescatarlos y los trasladen a territorio europeo.

                                                     




Como se ha señalado, para poner fin al “efecto llamada” que el actual comportamiento de las autoridades de la Unión Europea provoca es preciso no admitir inmigrante ilegal alguno y no enviar las unidades navales a rescatar y traer a las costas de los países europeos del norte del Mediterráneo a ninguno de ellos.

Pero todo esto no significa para nada que se deje de acudir en socorro de aquellos que se encuentren en peligro de irse a pique o a los que hayan naufragado, contrariamente a ellos significaría socorrerles pero devolverlos a las costas africanas de las que han partido, para lo cual se deberían establecer zonas de seguridad en Libia hacia las cuales dirigirlos e impedir que nuevamente acudiesen a las mafias que viven del tráfico humano, dándoles salida exclusivamente hacia el sur si se trata de población subsahariana o hacia el este o el oeste caso de ser población magrebí.



Desde mi punto de vista sería fundamental normalizar y organizar políticamente esa Libia que la O.T.A.N. y los grupos insurgentes yihadistas han convertido en una tierra dominada por la pobreza y por los terroristas salvajes de Daesh. Sin pacificar y estabilizar este territorio nada se puede hacer, puesto que es desde sus costas desde donde parte la inmensa mayoría de los inmigrantes que posteriormente mueren ahogados en el Mediterráneo.

Otro punto también fundamental para hacer frente a esta sangría de muertos en las aguas de este mar, sería combatir de modo inmisericorde, exterminando físicamente si fuera preciso, a las mafias que colocan a esos miles de personas en lanchas o barcazas que apenas flotan. Creo que si no se acaba con ellos es porque desde una política mojigata no se quiere, porque  dominan intereses geopolíticos que buscan acabar con la identidad europea.

 El mar Mediterráneo es una especie de bañera pequeña cerrada por el estrecho de Gibraltar en el extremo este, por el Bósforo en el oeste, por la costa europea en el norte y por la africana en el sur.

 Con los actuales medios de control marítimo mediante aeronaves, sirviéndonos de los satélites que todo lo controlar se podría localizar a los integrantes de esas mafias y después proceder a detenerlos o directamente a exterminarlos.



Otro aspecto que considero fundamental es contrarrestar la política de desinformación que las mafias, los grupos supuestamente humanitarios y las imágenes que les llegan a través de los canales de radio y televisión occidentales originan esa visión falsa que llega a la población africana y de medio oriente a Europa que presenta a Europa como la tierra prometida que le facilitará una forma de vivir digna e incluso  le presenta a nuestros países como lugares donde podrán vivir sin trabajar recurriendo a las ayudas sociales.

                                                        



Es así que los países que conforman la Unión Europea deberían poner en marcha masivas y potentes campañas informativas con destino a los países del África subsahariana o del Magreb, campañas comunicativas que servirían para que los potenciales inmigrantes tuviesen información verídica, especialmente gráfica, sobre los muertos en el Mediterráneo y sobre   lo que encontrarán en Europa si optan por arribar a este continente (ausencia de  trabajo y manera de ganarse el sustento, imposibilidad de acceder a ayudas sociales, gran posibilidad de ser explotados y sobre todo haciendo hincapié  en el peligro de muerte que asumen ellos y sus hijos al echarse al mar para alcanzar las costas europeas.



Para llevar a cabo estas campañas tan sólo habría de poner en marcha, tal y como se hizo durante la guerra fría, emisoras de radio y de televisión de largo alcance dirigidas a esas zonas africanas o utilizar el poder de los satélites de comunicaciones para trasmitir mensajes utilizando sobre todo imágenes de la realidad de las muertas ahogadas intentando cruzar el Mediterráneo o de las condiciones de pobreza que sufren los inmigrantes ilegales.

La estrategia señalada habría de ir acompañada del lanzamiento de millones de panfletos desde aviones, en las lenguas locales o bien con mensajes presentados a través de gráficos y dibujos.



Dado que no me considero, ni mucho menos, con un conocimiento ni una inteligencia superior a la de las autoridades europeas ni a la de sus consejeros y analistas a su servicio, deduzco que todas las miles de muertes que se producen en el Mediterráneo son consideradas “daños colaterales” que se producen por llevar a cabo los planes de la élite oscura. Por mucho que muestren lágrimas no dejan de ser algo considerado necesario para llevar a cabo el plan Kalergi de acabar con la identidad cultural, religiosa y racial de Europa.

                                                        


Es hora de que las autoridades dejen de presentarse como victimas superadas por una realidad migratoria a la que sólo se puede hacer frente con la política que llevan a cabo.

El efecto llamado que esta política buenista produce es verdaderamente criminal.

Por otra parte, nos encontramos con que las O.N.G.s que aparecen luchando por los inmigrantes que mueren en el mar no luchan realmente buscando soluciones, tan solo están manteniendo su negocio bien pagado por subvenciones estatales, de la U.E. y de globalistas como el señor Soros.  Por supuesto no me refiero a las personas que movidas por buenos sentimientos actúan para proteger la vida de estos pobres infelices, me refiero a quienes dirigen estas asociaciones.

                                                 



Con todo lo dicho quiero dejar claro que gran parte de la responsabilidad de los miles de muertes que se producen en el Mediterráneo está en la Unión Europea, responsabilidad tanto por acción, al poner en marcha el “efecto llamada”, como por omisión al no aplicar estas medidas.

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