lunes, 15 de junio de 2020

MANIPULACIÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA.


                                                                                           


No tengo elementos de juicio ni conocimientos suficientes como para afirmar o negar que la pandemia que el mundo ha padecido y continúa padeciendo ha tenido su origen en la manipulación humana o por el contrario su origen ha sido plenamente natural.
 Pero sea el que sea el origen del virus que ha dado lugar a la pandemia no tiene influencia alguna a la hora de poner de manifiesto las cuestiones que sostienen la presente entrada. Y no influye pues como se verá en las siguientes líneas   lo fundamental es el hecho de que la situación sanitaria y el shock personal y social están siendo aprovechados para implantar una serie de medidas sociales, políticas y de control que muy difícilmente podrían imponerse a la sociedad fuera de una situación crítica como la que nos ocupa.
 Es así que estamos ante un proceso de manipulación que nos determina hasta el punto de imponernos una nueva realidad.
Una cosmovisión nueva, un paradigma impuesto por unas élites que desde su sectarismo pretende subvertir el orden natural que informa la cosmovisión occidental y cristiana.

Y es precisamente esa voluntad de acabar con el Orden Natural y con lo poco de la Cristiandad que aun sobrevive en Occidente la que dirige la estrategia subversiva de sionistas, masones y social- comunistas que desde el dominio que les confiere su poder financiero, económico y por ende mediático y político.
La estrategia general se acomoda a las situaciones concretas buscando acercarse lo más posible a los fines a los que anteriormente hemos hecho referencia, son precisamente las situaciones de crisis y/o caos social aquellas que resultan ser las más útiles para implantar aquellos puntos que sirvan de peldaños para alcanzar los fines marcados. Antes de nada, no se debe olvidar que en la base de la estrategia subversiva se encuentra el servirse del caos para crear el orden, el orden subversivo basado en la desaparición de los principios occidentales de origen cristiano por supuesto.

Es así que esta trágica situación, ya sea natural o artificial el origen del virus causante de la pandemia, resulta ser un     escenario que de ningún modo podían dejar pasar los globalistas para sirviéndose de él dar nuevos pasos hacia la instauración de ese nuevo Orden Mundial que tanto ansían establecer.

                                                     


¿Cuáles son las cuestiones que las élites que verdaderamente gobiernan nuestra patria, las que aquellos que están en el   gobierno y las que sus medios financieros, económicos y mediáticos han utilizado y continúan utilizando dentro de la ingeniería social?
La base de sobre la que se levanta no es otra que la manipulación de la realidad incrementando la sensación de pánico e indefensión en la ciudadanía.
A la hora de considerar toda esta cuestión no hay que perder nunca de vista que siempre se basan en la idea de la implantación del orden a través del caos.
Pues sin tomar en consideración esa premisa difícilmente podrán entenderse todas esas situaciones anómalas que han venido sucediéndose en nuestro país a lo largo de esta pandemia.
Unas situaciones que como veremos no eran meramente casuales e iban dirigidas a aumentar el caos y el miedo en la población para de esa manera poder crear ese nuevo orden que ahora se ha dado en llamar eufemísticamente Nueva Normalidad.

Si no fuese con la intencionalidad de implementar esta estrategia difícilmente se puede entender que un Estado como el español haya podido incurrir en tal cúmulo continuados de errores de bulto, inexplicables “errores” que han dado lugar a la mortandad más alta del mundo por millón de habitantes debido a la pandemia.  No se puede entender que de modo tan repetido no se tomasen al principio medidas de distanciamiento y de profilaxis cuando desde meses antes el gobierno había sido advertido por organizaciones internacionales, gobiernos como el italiano o el chino. Tampoco se puede adjudicar a la mera torpeza la repetida compra de mascarillas, respiradores y  medios de análisis que  hubieron de ser retirados  debido a su falta de  funcionalidad.  El desabastecimiento que los profesionales de la salud sufrieron al encontrarse sin equipos de protección, con los numerosos sanitarios afectados que nuevamente muestran la mayor cantidad de médicos y enfermeros afectados en todo el mundo. Con el gran problema de extensión del virus entre pacientes carentes también de respiradores.

Pero si un hecho resulta especialmente lacerante es el de las decenas de miles de ancianos muertos en las residencias de mayores, unos ancianos carentes de respiradores y a los que se les impidió poder acudir a los hospitales cuando la situación lo requería. Todo este calculado desbarajuste dio lugar a un verdadero genocidio de ancianos que concuerda perfectamente con la política eugenésica públicamente expresada por las élites globalistas afirmando que la población mundial ha de reducirse de manera drástica, con el intento de implantar en España la   eutanasia y la cada   vez más difícil manera de pagar las pensiones a los jubilados.

Todo lo señalado creó en la población un ambiente de miedo que aderezado por la incertidumbre llevó a esa población a un grado de sumisión y aceptación de medidas que iban mucho más allá de medidas meramente sanitarias, y es que mientras que por un lado España era uno de los países europeos sometidos a una más dura política de confinamiento de la población por otro era unos de los que la población era sometida a menos análisis médicos sobre el covid-19.
En esta situación se dieron indicaciones y órdenes contradictorias, consejos que finalmente se han convertido en ordenes como el uso de la mascarilla obligatoriamente y un distanciamiento social que dura ya meses.  Se está creando un ambiente de ruptura de las relaciones interpersonales con graves consecuencias psicológicas y sociales que llevarán a una menor capacidad de reacción social.

Coincidiendo con la pandemia y sirviéndose de la situación de temor inducido se ha desarrollado una campaña de mayor control de las denominadas   redes sociales. Del mismo modo, coincidentemente, el Partido Socialista ha solicitado al gobierno, también socialista, que paulatinamente sea retirado y prohibido el dinero en efectivo y que todo funcionamiento monetario tenga que ser bien     telemático bien mediante tarjetas. Una de las razones es que el virus se puede transmitir a través de los billetes y monedas.

El hecho es que se aprovechando la crisis se han aprobado una serie de cuestiones que no se hubiesen puesto en marcha en una situación normal, y digo normal puesto que en el Estado de Alarma declarado se están imponiendo una serie de recortes de derechos, como el de concentración, libre tránsito, etc. que junto a la duración de este Estado de Alarma funciona más como un Estado de Excepción.

El pánico que se ha instaurado en la población ante la posibilidad de un posible contagio permitirá que más adelante se imponga la obligación de la vacunación, la colocación en nuestros móviles mecanismos de localización para supuestamente indicar la proximidad de quién esté infectado.

A partir de aquí todo es posible, la colocación de un microchip bajo nuestra piel de un chip también obligatorio bajo la amenaza de multa e incluso de cárcel y sufrir aislamiento y reprobación social.

                                                        






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