lunes, 15 de mayo de 2017

El sionismo es el problema.



                                                                                 


Por primera vez desde que finalizó la guerra de los seis días, hace ya 50 años, el belicoso y agresivo Estado de Israel ha dejado de considerarse dueño y señor de todos los territorios que les rodean, es la primera vez que el terrorista Estado judío ve limitada su voluntad expansionista debido a ver en peligro su seguridad.

Esta limitación no se debe tanto a que otra potencia o grupo de potencias de la zona cuenten con un poder militar que haga sombra al suyo. Todo lo contrario, son el armamento nuclear y las reservas químicas que forman parte de sus arsenales las que han dejado de ser la más importante fuerza disuasoria para convertirse en su talón de Aquiles.



Y es que como más adelante se podrá comprobar se repite la historia del enfrentamiento habido entre un David físicamente inferior que puede acabar con un Goliat inmensamente más fuerte.

                                                          


En este caso el Goliat sionista se enfrenta a un grupo de resistentes que ha optado, al igual que se hace en el judo, por utilizar la fuerza del contrincante para así vencerlo.

Me estoy refiriendo a la resistencia libanesa conocida con el nombre de Hezbollá.

                                                               


El Secretario general de Hezbollá Sayyed Hassan Nasralá señaló este jueves, en un discurso retransmitido por televisión, pronunciado con motivo de cumplirse un año del martirio de tres comandantes de la resistencia islámica libanesa, que la estrategia bélica que pondría en marcha Hezbollá   se centrará en las instalaciones nucleares y de amoniaco que tiene Israel, y que de ser alcanzadas podrían causar un verdadero apocalipsis en el Estado judío.

                                                              


                                                                

En lo que hace referencia al amoniaco señaló que seguirán la pista a los contenedores de amoniaco de Haifa, ocupada en 1948, y que un tribunal israelí ordenó su cierre en diez días. Apuntó que de ser alcanzados por los misiles de Hezbollá la explosión estos contenedores tendría la fuerza destructiva de una bomba nuclear.

En este mismo discurso Nasralá no sólo hizo referencia a los contenedores de amoniaco, sino que también se refirió a la central nuclear de Dimona recomendando a los israelíes que la desmontasen ya que señalaba que los misiles de la resistencia libanesa son capaces de alcanzar esa planta tan obsoleta, amenazando de esa manera a la entidad sionista

                                                       

Todo esto lo puso en relación con la posible intención de Israel de enviar tropas al Líbano, recordándoles de paso que cuando envió durante la guerra contra Gaza a la unidad Golán, una de sus mejores unidades de las fuerzas especiales israelíes, esta no logró entrar en el área de Shuyaiya. En aquella ocasión sus tropas fueron claramente derrotadas y humilladas.

Tras amenazar a Israel mostró la realidad de un Estado que se cierra sobre sí mismo y que ha comenzado a construir muros en la frontera con el Líbano, algo que desde luego no es precisamente un signo de fortaleza sino todo lo contrario.

Pese a manifestar que la gente puede estar tranquila puso de manifiesto que la Resistencia debe permanecer en estado de alerta para enfrentarse al enemigo israelí, recordando de paso que la judaización con la construcción de viviendas, la destrucción de viviendas y tierras agrícolas, la colonización y la confiscación de territorios palestinos en Cisjordania sigue en marcha.


Vamos a reproducir un trozo del discurso de Nasralá que deja perfectamente clara la amenaza señalada:

“Vamos a   transformar el arma nuclear de Israel, que constituye una amenaza para toda la región, en una oportunidad. Esta amenaza afectará ahora al propio Israel. Las acciones de la entidad sionista demuestran la veracidad de las palabras y las amenazas de la resistencia”.

Lo cierto es que estas palabras no han caído en saco roto y los medios de comunicación, incluidos programas de televisión, las han tratado con amplitud. Las autoridades civiles y militares no han ocultado su preocupación ante estas amenazas y la nueva estrategia que proponen.

Me alegro mucho de que de una vez el Estado judío se vea obligado a abandonar esa suficiencia de matón de barrio que desde su nacimiento ha venido exhibiendo, ya era hora de que alguien parase los pies a este Estado terrorista y que el apoyo ilimitado de unos Estados Unidos dominados por el poder sionista dejase de servirles de escudo para considerarse libres para llevar a cabo cualquier tipo de tropelía, invasión o indignidad.


Llegados a este punto y dada la manipulación mediática respecto a todo aquello que suene a musulmán hay que hacer varias puntualizaciones respecto a la realidad de Hezbollá.

Hezbollá,  que en español puede traducirse por partido de Dios, es un grupo de resistencia musulmán libanés de base chií, aunque en 1997 decide formar una brigada libanesa multiconfesional para luchar contra la ocupación israelí, los cuales fueron expulsados del país en mayo del 2000 tras 18 años de ocupación del Líbano.

Por presiones de Israel a través de los Estados Unidos se ha tratado de que Hezbollá pasase a formar parte de la lista de Naciones Unidas y de la Unión Europea de organizaciones terroristas, cosa que no lograron y no es por tanto considerado como grupo terrorista.

Además de recibir un apoyo total de Irán y contar con la simpatía de la población chií de los países musulmanes, su actividad militar, en ciertas ocasiones fundamental, en la lucha contra el autodenominado Estado Islámico, Daesh en árabe, le ha llevado a ganarse la simpatía y el apoyo de numerosas comunidades de Irak y de Siria.

De hecho la jerarquía católica de Irak y Siria agradecieron públicamente a Hezbollá la defensa que sus templos y fieles recibían por parte de las tropas de Hezbollá.

                                                                   


Los enemigos fundamentales hacia los que ahora dirigen su lucha son los sionistas y los takfiríes de Daesh. La lucha la dirigen contra el sionismo y todas sus manifestaciones, es por ello que Israel, Daesh, Arabia Saudí y la intervención yanqui son sus principales adversarios, pero para nada los cristianos. De hecho, Hezbollá ha hecho público un comunicado en el que denuncia un plan sionista para expulsar a los cristianos de Oriente Medio.

En él  condenó los horribles crímenes cometidos por el grupo terrorista E.I., Daesh, cuando atentó contra iglesias en Tanta y Alejandría matando y dañando a cientos de civiles inocentes.

 El 11 de abril de  este 2017 Hezbollá difundió un comunicado a través de la Oficina de Relaciones con los Medios del partido, en él Hezbollá ofreció condolencias a las familias de las víctimas, pidiendo unir esfuerzos para confrontar al terrorismo en la región.

                                                          


El comunicado dice literalmente: “Esta escalada de homicidios llevados a cabo en nombre de la religión es una de las mayores catástrofes que nuestra humma (nación) ha estado presenciando”.

Del mismo modo Hezbollá señaló que esos crímenes habían sido planeados por las grandes potencias y algunos países regionales, que han estado ofreciendo diferente tipo de apoyos a los terroristas, en un intento de sembrar la discordia entre los pueblos de la región que han convivido durante siglos.

En otro momento el partido de la resistencia libanesa señaló que los atentados contra las personas fieles el Domingo de Ramos constituyen actos salvajes que indican que estos grupos no tienen características humanas.

Pero desde mi punto de vista en el comunicado se hace un análisis sumamente acertado, que todo el mundo ignora u oculta de la realidad que hay tras los ataques a los cristianos en Oriente Medio. Dada su importancia y el valor que tiene paso a reproducirlo:

Este crimen “forma parte de un gran plan para desplazar a los cristianos del Sinaí y otras áreas de Egipto, Siria, Irak y Líbano, allanando así el camino para una federación sectaria y étnica a favor del enemigo sionista”.


No puedo hacer otra cosa que aplaudir y congratularme con la postura que mantiene la comunidad chií , en especial la resistencia libanesa con respecto a los cristianos masacrados por ese autodenominado Estado Islámico creado por el gobierno sionista de los Estados Unidos al servicio de Israel y mantenido con el apoyo económico de las monarquías árabes y el silencio cómplice de la O.T.A.N.

                                                         


Como ya he indicado en otros escritos los musulmanes que sabiéndolo o no sirven al sionismo son un problema, pero el sionismo ES EL PROBLEMA.

1 comentario:

  1. LOS CRISTIANOS EN SIRIA AGRADECEMOS A HEZB ALLAH POR SER HERMANO Y UNIFICADOR DE CREDOS, CONTRA EL ASESINO DEL ISLAM MAL LLAMADO HERMANDAD MUSULMANA, CON SUS HIJOS ACTUALES , AL NOSRA DAESH E.L.S... CREADOS TODOS POR EL SIONISMO INTERNACIONAL.... TAHIA SURYA

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