sábado, 17 de agosto de 2013

Siria martirizada, el mundo engaña.


                                                                         
                                                                               

El calvario por el que está atravesando el pueblo sirio es de una dimensión y de una crueldad tal que nuestras mentes dificilmente pueden siquiera imaginar.
Esta situación los medios de comunicación y los  poderes occidentales nos la presentan como el enfrentamiento entre unos defensores del pueblo sirio que luchan por la libertad y un tirano cruel, Bhasar Al- Asad,  que dirige a un ejército que ataca y masacra a su población. De hecho los dirigentes occidentales  exigen al gobierno sirio que detenga su supuesto genocidio y que inicie  un proceso de negociación con las fuerzas de la “Siria libre”.
En el entretanto  se da apoyo de todo tipo (de armamento, logístico y diplomático) a estos supuestos “luchadores por la libertad” por parte de las potencias occidentales.

                                                                             


Es preciso que quede muy claro que los “luchadores por la libertad”, no son otra cosa que mercenarios que paga Occidente y  grupos de radicales islámicos procedentes especialmente de   Turquía y Libia los primeros y de Arabia Saudí los segundos, ambos actuando con una crueldad y salvajismo difícilmente imaginable por una mente sana y una conciencia civilizada.

                                                                   

  Estos grupos de la “Siria libre” encuentran en Turquía, país de la OTAN, las mayores facilidades y apoyos para entrar en Siria.
Las masacres y  bombardeos de la que son víctima el pueblo civil sirio y de los que se responsabiliza al ejercito regular de este país son llevados a cabo por los mercenarios  occidentales y por las milicias musulmanas radicales llegadas desde los países árabes. Cuantos más sean estos ataques y su crueldad  mayor más cerca se estará de lograr el objetivo de lograr una acción militar directa de  la OTAN y USA.
 Este primer objetivo es conseguir una resolución de las Naciones Unidas que mueva a que las tropas occidentales, USA y OTAN especialmente, a derrocar militarmente al gobierno sirio. Por otro lado  se precisa de un grado tal de terror que logre el apoyo a las opiniones públicas de los países citados para que exijan y aplaudan  esa intervención armada.

Tras de todo este escenario de  horror no se esconde otra cosa que intereses: económicos y geoestratégicos de los Estados Unidos y de sus comparsas de la OTAN.¿Cuales son estos intereses?

                                                                      
                                                                               

El interés geoestratégico  lo marca EEUU pues  se ha propuesto  el control de Oriente Medio, de ahí el autoatentado del 11 S  y la sucesiva caída de los regímenes de Irak, Afganistán, Libia y el desarrollo, fallido de la denominada “primavera acabe”. El siguiente paso  es el de controlar  y hacerse con Iran, país que  por un lado  es un vecino molesto para  el imperialista y racista  Israel, que por otro es uno de los pocos países del mundo cuya economía y sistema financiero no está sometido a los dictados del FMI ni es esclavo de los poderes financieros internacionales y que por otro resulta fundamental para que las riquezas  petroleras y de uranio  de la zona del Cáucaso, especialmente de las antiguas repúblicas sovieticas, puedan llegar al mar arábigo y  ser explotadas-

                                                                

comercializadas por los USA.
Para que Irán  pueda  ser ocupada y controlada es preciso que previamente el régimen de Bashar Al-Asad sea derrocado, puesto que  un ataque no puede llevarse a cabo con  cierta seguridad si  la retaguardia no está  controlada.

                                                              


Las víctimas de este sucio juego de intereses es el pueblo sirio en general, pero muy especialmente lo son los católicos de ese país.
El odio salvaje de la jauría  de mercenarios y de islamistas radicales se  vierte muy especialmente sobre la comunidad católica y sus templos, tanto es así que la comunidad siria prácticamente ha desaparecido, masacrada o exiliada, y hace un mes fue  derruido la última iglesia que quedaba en pié en una zona del país.

En el entretanto. el actual Papa  parece no acordarse en sus alocuciones de los hermanos exterminados en Siria, mientras que no pierde ocasión de llamar a los musulmanes  “hermanos” sin a la vez exigirles respeto.

                                                           

                                                           
    
   


Es fundamental que en este, como en tantos otros, tema no nos dejemos  engañar por las interesadas y facilotas explicaciones que  de conflictos y sucesos nos dan los  medios de comunicación  al servicio del  poder mundial.

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