lunes, 18 de junio de 2018

Otra evidencia de la mentira feminista radical.



                                                                                             
     
Nuevamente estamos asistiendo a una de esas incongruencias que ponen claramente de manifiesto como esos mensajes creados por el marxismo cultural freudiano son parte de una ingeniería social que busca acabar con la sociedad comenzando por minar la familia y poniendo en marcha una guerra de sexos. Hay un hecho que pone claramente de manifiesto esta incongruencia y que se viene poniendo de manifiesto durante el mundial de futbol que se está desarrollando este 2018 en Rusia.

                                                             
     


Parece haber pasado desapercibido para una gran mayoría el hecho de que ciertamente no participan modelos, azafatas ni cuerpos de baile de animadoras tal y como de modo histriónico manifestaban las feminiestalinistas, supuestamente para defender la dignidad de la mujer y luchar contra su cosificación. Pero todo ello era llevado a cabo por personas mayores de edad   que decidían libremente sobre su participar o no. Esas participaciones femeninas de personas adultas han sido sustituidas por la inclusión de menores de edad, y de muy pocos años, que acompañan a las selecciones nacionales de los distintos países que participan en el presente mundial.

                                                                  



Hay que poner de manifiesto que esos niños y niñas que participan, siendo plenamente identificables, lo están haciendo sin tener una capacidad volitiva que les permita, al contrario que ocurría con las azafatas y modelos, decidir libremente y con los elementos de juicio necesarios su participación o no en esos eventos.

                                                                        

Todo esto pone de manifiesto que para la sociedad que lo asimila sin crítica alguna, muy especialmente las feministas radicales, la protección de la mujer es considerada como más importante que la de los menores indefensos, sean estos niños o niñas.
En el caso de las azafatas de las carreras, de las animadoras de los partidos de futbol o baloncesto se considera que son cosificadas cuando participan en estos eventos libremente en función de la belleza femenina. En cambio, cuando se juega con la inocencia y la belleza de menores que no actúan con plena libertad pues no tienen capacidad volitiva y son plenamente identificables con el peligro que esto lleva aparejado, su participación no es criticada.

Cualquiera que se plantee las cosas de manera crítica podrá deducir que para las feministas radicales la libertad de las personas   es algo que para nada cuenta y que consideran a la mujer como un ser inmaduro incapaz de tomar sus propias decisiones, a menos que sus decisiones coincidan con las de estas femiestalinistas claro.

                                                                            
       

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