Cuando se
produjo la toma de posesión del cargo de presidente del gobierno por parte de
D. Pedro Sánchez en la Zarzuela, asistimos a la exteriorización de esa pérdida
de identidad que España y Europa viene padeciendo, acudimos a un paso más de
los miles que desde hace décadas se están dando en esta Europa liberal y vacía
que nos ha tocado vivir.
Todo esto comenzó hace más de trescientos años,
pero ha sido a partir de la segunda mitad del siglo pasado cuando todo se ha
acelerado de una manera que parece imparable.
La pérdida de la identidad de España y de
Europa, que es cristiana por mucho que pueda molestar a esos que desde su
fanatismo ideológico confunden la realidad con sus deseos, es algo
infinitamente más grave de lo que pudiera ser una debacle económica e incluso
cultural. Y esto es así dado que cuando se acaba con la identidad espiritual de
un pueblo se han socavado sus cimientos sobre el que se levanta el edificio que
constituye la realidad nacional, con lo que esa destrucción de la identidad
imposibilita que se pueda levantar cualquier tipo de sociedad, cultura o
civilización que se sostenga sobre elementos que en la actualidad son
considerados básicos como son la libertad, la igualdad en lo que se refiere a
dignidad, la defensa del bien común y la consideración de la mujer como ser
humano.
Es así que resultaría
imposible levantar una sociedad basada en esos principios básicos para la
mentalidad occidental, y esto es así dado que todos y cada uno de esos
principios se sostienen , aunque muchos pretendan negarlo, en la cosmovisión
que el cristianismo aportó y gracias a la cual se pudo romper con un
pensamiento bárbaro y oscuro que
originaba una concepción del ser humano meramente instrumental susceptible de
la voluntad de aquel que en cada momento detentase un poder legitimado por el
abuso de la fuerza, por no hablar de la consideración de la mujer como un mero
elemento carente de dignidad verdaderamente humana y de cualquier derecho.
Del mismo
modo, el cuidado, la ayuda o el cuidaso hacia el otro no pasaría de ser
igualmente instrumental a la par que sometido a la dignidad que le daría la
pertenencia a tal o cual entidad política.
Pero esta
concepción fue absolutamente trastocada desde el momento en que el ser humano
pasó a ser visto como un ser creado a imagen y semejanza de Dios y por tanto
dotado de una dignidad intrínseca.
También varió la concepción meramente
utilitarista de la mujer cuando una mujer, la Santísima Virgen María, es la madre
del mismo Dios encarnado.
Y por último
las relaciones sociales de egoísmo, de enfrentamiento personal y de ausencia de
preocupación por el bienestar del otro son sustituidas, gracias a las
enseñanzas que Jesús trajo a la humanidad. Sin esa buena nueva toda la concepción
occidental no se habría podido desarrollar.
Regresando
al inicio nos referimos a como la toma de posesión de Pedro Sánchez fue una
clara muestra de combate a la identidad de España, ya que al prescindir de la
presencia de la Cruz y de la Biblia a la hora de jurar, prometer en este caso,
el cargo de presidente del gobierno de España estaba rompiendo con la tradición
y negando de hecho la misma identidad nacional.
Pero este
hecho va mucho más allá de una mera expresión de aconfesionalidad, dado que de
todos es conocido el interés mostrado por los políticos, liberales tanto de
izquierda como de derecha, por el hecho de que los inmigrantes procedentes de
otras culturas mantengan sus identidades y los signos propios de ellas. Siendo
así que, al igual que ha ocurrido con la toma de posesión del alcalde musulmán
de Londres, jurasen sobre el Corán si se tratase de un edil seguidor del islam.
En ese caso no
se vería tan importante mantener la aconfesionalidad del acto, lo que pone de
manifiesto que lo que realmente se está haciendo es combatir todo signo
cristiano y con ello la identidad misma de España.
Pero no
caigamos en la trampa de escandalizarnos por la realidad externa de este acto y
a su vez tratemos de obviar, cuando no justificar, hechos que del mismo modo
van contra la identidad española y la enseñanza cristiana que ha llevado a cabo
o permitido la derecha así mismo liberal (aborto, “matrimonio” de homosexuales,
leyes de género, que no han sido derogados por el partido popular contando con
mayoría para hacerlo).
Puesto que
si mostramos escándalo ante el hecho de
que el líder socialista haya precindido de la cruz durante el juramento pero
callamos cuando los populares, liberales según ellos mismos se definen,
mantienen la ley del aborto y la del “matrimonio” entre homosexuales estaremos siendo
partícipes del mismo combate contra la
identidad de España y Occidente que siendo no consiente de ello ambos
llevan adelante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario