No hay crimen
más abyecto que un ejercito pueda llevar a cabo que atacar a civiles, incluidos
menores, desarmados.
Y si algo está
protegido por las normas militares y por los tratados internacionales es la de respetar
y proteger la presencia del personal médico en las zonas de conflicto.
Pero el “valeroso” ejército israelí, en
especial las Fuerzas de Defensa de Israel (F.D.I.), lejos de proporcionar seguridad
al personal médico encargado de asistir a los palestinos heridos a causa de los
disparos de francotiradores y del lanzamiento de gases por parte de las
criminales y cobardes fuerzas de Israel, no hacen otra cosa que disparar contra
ellos asesinándoles o hiriéndoles, y eso a pesar de ir perfectamente
identificados por sus batas blancas y chalecos o realizando ostensibles gestos mostrando
estar desarmados al levantar los brazos.
Aunque son
decenas de médicos y enfermeros los que han muerto en todo este tiempo consecuencia
de las balas israelíes
las instituciones
de la denominada “comunidad internacional” mantienen un silencio cómplice al
respecto, y del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no sale resolución ni
condena alguna, entre otras cosas por el
veto que impone los Estados Unidos a cualquiera que pudiera presentarse,
veto que se produce siempre que el Consejo de Seguridad trata de llevar a cabo
alguna condena o acuerda una resolución contra el Estado judío, y estos vetos
se producen debido a que la Administración
norteamericana, y muy especialmente la Secretaría de Estado, está controlada y
dirigida por el poder sionista y el lobby
israelí.
No quiero
imaginar que pasaría si un país que no fuese Israel llevase a cabo tales crímenes
sumados a las matanzas y asesinatos de civiles, muchos de ellos menores.
Eso sí, nos
encontramos con que ante la supuesta utilización, sin confirmación por fuentes
independientes, de armas químicas por parte del ejército sirio de Bashar Al
Asad o a causa de la mentira clamorosa de la existencia de armas de destrucción
masiva en el Irak del asesinado Sadam Huseim, Siria ha sido dos veces
bombardeada e Irak invadida y ocupada por la denominada coalición internacional
encabezada por Estados Unidos.
Uno de los
hechos más recientes y execrables ha sido el asesinato de la enfermera Raza al-Najjar
de 21 años, esta fue asesinada por un disparo en el pecho realizado por un
francotirador mientras asistía a un herido caído en el suelo.
El asesinato
se llevó a cabo durante los incidentes que se produjeron al intervenir con
fuego real las criminales fuerzas israelíes durante la Gran Marcha del Retorno,
en el que se produjeron 7400 heridos y alrededor de 700 muertos casi todos a
causa de la utilización de munición real por parte de las fuerzas de Israel y
en especial por sus francotiradores.
La única
protección que llevaba Raza, y en la que confiaba, era un chaleco médico que
perfectamente la identificaba como personal sanitario. Pese a ello el valeroso
francotirador no dudó en asesinarla.
Parece que los
francotiradores de las F.D.I. han cogido gusto a esto de “cazar” seres humanos,
palestinos claro, encerrados en la jaula en la que Israel ha convertido Gaza.
Ante estos
casos el presidente del Consejo General de Enfermería de España, don Florentino
Pérez Raya, refiriéndose al caso de Najjar condenó “la muerte de una
profesional cuya función no era otra que asistir a civiles heridos e intentar
salvar vidas humanas”.
A causa del
bloqueo total al que Israel somete a Gaza los sanitarios de la zona se ven desbordados
por los heridos que acuden a los dispensarios, dispensarios que por otro lado
carecen de las más básicas condiciones ni elementos precisos para llevar a cabo
las actuaciones médicas necesarias. Si a esto le sumamos las interminables e
injustificables dilaciones que los palestinos residentes en Gaza padecen para
acceder a zonas donde puedan recibir tratamiento más especializado, en el
último mes cuarenta palestinos murieron de cáncer esperando permisos para poder
seguir siendo tratados en Cisjordania o en países próximos.
Pero todo
esto contrasta con el hecho de que la sanidad israelí se encarga del
tratamiento de los heridos terroristas del ISIS, pero claro ellos son sus
aliados.
No creo que
nadie que conozca estos datos pueda defender a Israel.
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