Lo sucedido unos días en Italia pone claramente de manifiesto algo que era por
todos nosotros sabido y que no nos hemos cansado de repetir una y mil veces.
Por supuesto me estoy refiriendo al hecho de
que con esa Unión Europea fruto del desarrollo de la idea paneuropea de Kalergi
y que llevaron a cabo los “padres” de esta asociación de mercaderes usureros al
servicio de la logia y la sinagoga, la soberanía de los países-nación que
componen Europa ha terminado por desvanecerse.
Y esto es así
por mucho que las masas de borregos con cabeza de esponja que llenan de votos
las urnas piensen lo contrario, o porque los estómagos agradecidos vendidos al
dinero fruto de la especulación llevada a cabo con el trabajo de ese mismo pueblo
al engañan hablen de las bondades de la U.E., de la libertad, de una paz y prosperidad
que la Europa que esos mercaderes usureros han traído supuestamente a nuestro
continente.
Lo único
cierto es que a raíz de la invasión de Europa en 1945, nuestros pueblos han
caído en la que quizá sea la mayor regresión moral e identitaria que nuestro
pueblo ha padecido a lo largo de su ya milenaria historia.
Y es que los
padres putativos de este engendro que es la Unión Europea, aunque iniciase sus
pasos con otro nombre, han adquirido la gran responsabilidad de haber sometido
a los pueblos europeos a una homogeneización que les ha privado de sus
identidades y de unos medios legislativos y económicos adaptados a cada una de
sus realidades, medios que les permitían desarrollar unas actividades
económicas individualizadas y llevar a
cabo una política exterior soberana no
sometidas al camino que marcasen los intereses de las altas finanzas
internacionales o impusiesen los ideólogos de ese Nuevo Orden Mundial
judeo-masónico que pretende dominar al mundo empezando por Europa.
Es así que
no debemos olvidar el nombre de los infames que siguiendo las directrices de
Kalergi contribuyeron a dar al traste con ese faro de la humanidad que ha sido
Europa, no olvidemos a Adenauer, Bech, Beyen, Churchill, Gasperi, Hallstein,
Monnet, Schuman, Spack y Spinelli.
Como se
señaló al principio de esta entrada lo sucedido en Italia los días pasados no
hace otra cosa que ratificar todo lo que posteriormente se ha señalado, es así
que ahora paso a describir lo acaecido en Italia.
Pues bien, Los
resultados de las elecciones generales italianas de las 2018 llevadas a cabo el
4 de marzo resultaron sumamente dispersos, pero si algo mostraron fue un importante
aumento del populismo y de la llamada extrema derecha. Siendo así que el
Movimiento cinco estrellas obtuvo el 32.66% de los votos y la Liga Norte el
17.37%.
Aun siendo sumamente distintos a nivel
ideológico coincidían en aspectos prácticos tales como el endurecimiento de la
política inmigratoria y la salida del Euro para recuperar soberanía y poder
económico para poder hacer frente a la problemática económica y social por la
que atraviesa el país transalpino.
Siendo así
que ambos grupos políticos se coaligaron para conformar un gobierno que tendría
entre sus principales pilares el combate a la inmigración ilegal y la lucha
contra el sometimiento económico que deriva de la pertenencia a la eurozona.
Ambos
aspectos resultan ser absolutamente tabú para aquellos que dirigen y pretenden
mantener el chiringuito de la Unión Europea, con lo cual estos dirigentes y sus
lacayos pondrían todos los obstáculos precisos con tal de impedir que tales objetivos
pudiesen ser llevados a cabo. Para ello buscaron desestabilizar la economía de
Italia atacando la prima de riesgo, pero en este caso el ataque frontal al
nuevo gobierno y de este modo impedir que se pusiesen en marcha el tema de la
inmigración y la salida del euro se centró en la utilización de una
prerrogativa que la Constitución italiana que permite al presidente de la
república del país bloquear los nombramientos que haya propuesto el gobierno.
Pues así se
hizo, el presidente italiano Sergio Mattarella vetó al economista Paolo Savona,
partidario de la salida del euro, como ministro de economía. Lo que llevó a que
el que debía ser nuevo primer ministro de Italia, Giuseppe Conta, a presentar
su dimisión. Señalando Di Maio, líder del Movimiento cinco estrellas, que
habían decidido las agencias de clasificación, y que lo importante no era tanto
Savona si no saber si Italia es o no soberana.
Pero la
aplicación del veto y la dimisión de Conta no pareció suficiente a Mattarella,
ya que tras ello convocó al economista, antiguo directivo del Fondo Monetario
Internacional (F.M.I.), Carlo Cottarelli con objeto de que formase un gobierno
de técnicos, lo que es lo mismo que decir un gobierno títere en manos de la
U.E., del F.M.I. y de las finanzas usureras internacionales.
De esta
manera a través de un gobierno de tecnócratas que no había elegido el pueblo se
paraliza toda política contraria a los intereses del gobierno internacional en
la sombra.
Y la
estrategia de imponer un gobierno “técnico” no es la primara vez que se aplica
en algún país del sur de Europa.
Una prueba
más de que estamos en manos de quienes buscan acabar con nuestra soberanía y
destruir nuestras identidades.
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