Resulta
extraño, por no decir que es sumamente sospechoso, que los medios de comunicación
no hagan partícipes a los ciudadanos del serio peligro que amenaza a Barcelona
y a la estación de Sants en particular.
Del mismo modo resulta como mínimo extraño que
las autoridades municipales, autonómicas y estatales, y por supuesto las
policiales, no den muestra pública de haber puesto en marcha las medidas de protección
y disuasión precisas para evitar el más que posible ataque terrorista, que
cual espada de Damocles pende sobre la ciudad condal.
Todo lo
señalado y lo que se va a exponer en la presente entrada hay que relacionarlo
con el atentado acontecido en Barcelona la tarde del 17de agosto del año en
curso y sobre todo con los avisos de inteligencia e información que se
hicieron llegar a las fuerzas de seguridad los meses previos a la
realización del criminal atentado.
De todos es
conocido, de hecho la cuestión ha sido objeto de una agria polémica acontecida
entre los medios de comunicación de un lado y los mandos políticos policiales,
de otro, que en marzo del 2017 el
N.C.T.C. ( Centro Nacional Contra el Terrorismo), centro norteamericano del que entre otras agencias forma parte la C.I.A., había mandado una información
poniendo en alerta a los Mossos respecto a que las Ramblas de Barcelona eran un
objetivo prioritario de los terroristas Yihadistas y que se temía que de modo
inminente se llevase a cabo una acción terrorista.
Como de
todos es sabido tal advertencia no sirvió para nada y los terroristas atentaron
en las Ramblas llevándose por delante 16 vidas.
Como el
tiempo no se puede desandar y con ello evitar la muerte de ninguna de las personas
que fallecieron asesinadas por el terrorismo aquel aciago 26, al menos hemos de
evitar nuevas muertes gracias a los datos de inteligencia que entonces no
fueron utilizados.
De igual
forma en que el 24 de marzo la N.T.C. había alertado respecto a la inminencia
de un ataque yihadista en las Ramblas también señalaba que otro de los
objetivos “yihadistas”, las comillas están colocadas con intención, sería la estación
de Sants.
La estación
de Sants es la principal estación de ferrocarril de la ciudad condal, con un
volumen de viajeros muy cercano a los treinta millones anuales, de los que algo
más de dieciocho millones corresponden al tráfico de cercanías.
Atentar
contra esta estación produciría un caos monumental en Barcelona, tanto por ser
un nudo fundamental en las comunicaciones como por el hecho de conectar
destinos nacionales e internacionales como por confluir en ella las líneas R1,
R2,R3 y R4 de cercanías de Barcelona, a todo esto hay que añadir que sobre la
estación hay construido un hotel de la cadena
Barceló.
Es decir que
tanto atendiendo a la lógica en una situación de peligro terrorista y prestando
una especial atención a la comunicación antiterrorista procedente de EEUU
convendría prestar una muy especial atención a este más que posible objetivo
terrorista.
Si esto no
fuese suficiente nos encontramos con que en estas fechas se desarrolla en esta
estación un conflicto laboral por el cual los trabajadores de seguridad privada
realizan paros parciales y se plantean llevar a cabo algunos de tipo total, con
lo que, pese a la presencia de la guardia civil, la seguridad se ve afectada.
Esta empresa privada encargada de la seguridad en esta estación es la EULEN,
empresa cuyo logotipo está constituido por una lechuza dentro de un círculo, ¿a
alguien le suena esto de algo?
Ojalá me
equivoque, pero las informaciones enviadas, que tanto acertaron el terrible 17 en las ramblas, tampoco tienen visos de fallar nuevamente en la estación de
Sants, y más cuando por razones meramente políticas el gobierno no subió a 5 el
nivel de alerta antiterrorista.
Hay que considerar dos cuestiones fundamentales que empujarían a desarrollar pronto un nuevo atentado: De un lado estaría la venganza por los yihadistas abatidos por las fuerzas policiales de la generalidad y de otro el no haber alcanzado con el atentado de las Ramblas el objetivo buscado sobre el proceso secesionista.
Hay que considerar dos cuestiones fundamentales que empujarían a desarrollar pronto un nuevo atentado: De un lado estaría la venganza por los yihadistas abatidos por las fuerzas policiales de la generalidad y de otro el no haber alcanzado con el atentado de las Ramblas el objetivo buscado sobre el proceso secesionista.
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