miércoles, 27 de diciembre de 2017

La Unión Europea es criminal, Europa una víctima.



                                                                           


No nos podemos permitir caer en la deshumanización de no sentir pena y lástima por los miles de inmigrantes, gran parte de ellos niños de corta edad, que mueren ahogados en las aguas del Mediterráneo tratando de alcanzar las costas europea. Y no lo podemos hacer ya que caso de hacerlo estaríamos concediendo una victoria a los globalistas, los cuales tratan de acabar con nuestra identidad, estaríamos perdiendo parte de ella puesto que esos sentimientos son el resultado que deriva de esa parte de  nuestra identidad, que es la moral y la religión cristiana.
Ahora bien, el mantener esta actitud no puede ser algo que nos impida buscar la realidad que se esconde tras ese cúmulo de sufrimiento y muerte.

                                                                           

                                                               


Nuestro análisis de la realidad ha de ser completo a la par que debe sustentarse en un razonamiento crítico, no nos podemos someter al sentimentalismo buenista ni podemos dejarnos controlar por ese pensamiento único que pretende que no veamos más allá de lo que aquellos que dirigen los procesos a los que asistimos quieren que veamos.



En lo que hace al tema con el que comenzábamos esta entrada, la inmigración ilegal y las muertes que esta provoca en el Mediterráneo, realmente hay que considerar la existencia de dos víctimas y un responsable de la situación así como de las consecuencias que la situación creada provoca.

Solamente desde una visión libre de prejuicios ideológicos, desde una visión vacía de un buenismo malsano y sin dejarse manipular por el pensamiento único resulta posible llegar a la conclusión acertada, de otra manera caeríamos en el engaño de una idea maniquea que busca esconder la verdadera responsabilidad, con lo que tan solo conoceríamos la mitad de la realidad y no dispondríamos  de una visión de conjunto que nos permita conocer la realidad.

 De no mantener el juicio crítico y la independencia respecto al buenismo y al pensamiento único, todo juicio estaría mediatizado y dirigido, o sea habría sido voluntariamente equivocado.

El análisis del problema migratorio con el que se enfrenta ahora Europa parece haber estado profundamente equivocado, debido a que la realidad de las cosas han sido consideradas desde una ideologización simplista al que se añade un buenismo sentimentaloide más simplista aún, todo esto ha llevado a considerar como víctimas tan sólo a uno de los grupos de sujetos afectados por el conflicto, inmigrantes o población europea, pasando de modo automático a considerar a los miembros del otro grupo como culpables de lo que acontece. 

El error de los juicios generalizados que se han desarrollado tiene su origen en poner el foco de atención exclusivamente en los inmigrantes que llegan, o intentan hacerlo, y en la población europea, cuando la realidad es que hay un actor más, el verdadero director de la escena a la que estamos asistiendo.

                                                                       


Este tercer elemento al que me estoy refiriendo es lo suficientemente poderoso e inteligente a la par que sibilino como para servirse de los dos actores, inmigrantes y población europea, y enfrentándolos conseguir alcanzar la meta que pretende alcanzar. Es el divide et impera del que “el pueblo elegido” se ha servido siempre para dominar y llevar a cabo sus objetivos.

El tercer elemento, verdadero director de la acción que nos ocupa, ha sido lo suficientemente sagaz como para engañar y enfrentar a los actores mientras que sale de escena y oculta el fin último de todo el embrollo en el que estamos planes.

Ese tercer elemento que la inmensa mayoría de la población no tiene en cuenta como factor directivo de este asunto es la sucursal europea del sionismo internacional, se trata de la Unión Europea, ese ente supranacional y globalista que actúa para implementar el Plan Kalergi, desarrollándolo en su integridad.

El plan que desarrolló el conde Richard Nikolaus Coudenhove-Kalergi en colaboración con sus hermanos masones señaló que Europa habría de ser dominada y gobernada por una élite aristocrática judía, pues se supone que al ser dominada Europa el mundo entero pasaría a estarlo también.
                                                                                 

Ahora bien. el dominio de Europa resultaría sumamente difícil, por no decir imposible, dado que los pobladores del continente europeo son sumamente refractarios a aceptar cualquier tipo de sometimiento o yugo. Esta característica deriva tanto de la naturaleza combativa y de la capacidad de resistencia que ha mostrado a través de la historia la raza blanca europea, así mismo estas características derivan también  de la identidad racial, espiritual y cultural que hace de ella un verdadero impedimento para que la élite judía pueda controlar y someter a la humanidad, humanidad compuesta por goyim, así se refieren a los que no somos judíos y según ellos aunque tengamos forma humana no pasamos de ser  bestias creadas para estar al servicio de los que componen el “pueblo elegido”.
                                               

Superar el obstáculo  que supone la realidad e identidad de la población europea resulta fundamental para el dominio sionista internacional es esta la razón por la que  el conde Kalergi desarrolló el plan que lleva su nombre, dicho plan pretendía terminar con la realidad identitaria y racial europea creando para ello una sociedad racialmente mestiza y carente de una identidad que los aglutinase, propuso que esto podría alcanzarse “cruzando” la población autóctona europea con población negra o magrebí, de este cruzamiento Kalergi esperaba conseguir una clase humana fácilmente gobernable que sirviese a los intereses de la “aristocracia judía” que habría de gobernar una sociedad mundial homogénea.


La Unión Europea es plasmación de la idea paneuropea que Kalergi había esbozado, sería la herramienta  para poder aplicar el plan que había ideado, siendo así que tanto sus impulsores como sus actuales dirigentes están al servicio de la causa que más arriba hemos descrito.

Para llevar a cabo  el Plan Kalergi  resulta absolutamente precisa una inmigración masiva procedente de África, una población que de lugar a una población mestiza que rompa la identidad europea, pero llegando inclusive a reemplazar la cada vez más envejecida y menos fecunda población europea, un envejecimiento fruto de un ataque a los nacimientos a través del aborto, de la generalización de los medios anticonceptivos o las microabortivas píldoras del día después y de un estilo de vida que ha convencido a la mujer de que para “realizarse” ha de salir de casa y dejar de lado la reproducción y el cuidado de la familia, a todo esto hay que añadir la ausencia de ayudas económicas para favorecer la natalidad.

                                                                       


Teniendo en cuenta todo esto no es muy difícil deducir cual es la dirección que sigue la política que lleva a cabo la Unión Europea, toda ella va dirigida a implementar el Plan Kalergi. Lo que trata, y para ello no duda en poner en peligro la vida de los inmigrantes,  es   atraer a Europa el mayor número de inmigrantes africanos posible, recurriendo para ello a todo tipo de artimañas, especialmente provocando un efecto llamada entre los africanos y magrebíes  a través de la aceptación de la entrada ilegal,  de dar ayudas económicas, sanitarias y sociales a todo inmigrante aunque sea ilegal  llegando incluso a que las armadas de los países europeos se dediquen al rescate de las barcas y barcos en los que las mafias trasladan a los inmigrantes ilegales, obedeciendo a la órdenes de Frontex, dependiente de la Unión Europea, rescatan a los inmigrantes  en las aguas del Mediterráneo para trasladarlos al continente europeo, pero no se hace esfuerzo alguno por informar de la situación laboral, social y económica tan precaria que hay en los países europeos de la cuenca mediterránea y el futuro laboral de explotación y desempleo que les espera.

A todo ello la élite que dirige desde la sinagoga de Satanás la Unión Europea no duda en llevar a cabo ese mensaje de llamada a pesar de que miles de inmigrantes africanos mueran ahogados en el mar al tratar de llegar a ese supuesto paraíso que es Europa.

                                                                   



Creo que ha quedado claro que realmente son dos los actores que padecen esta tragedia que se viene produciendo en el Mediterráneo, los primeros actores son los inmigrantes africanos que tratan de llegar a Europa engañados por falsas promesas de trabajo amen delefecto llamada premeditadamente buscado.  Los segundos actores y víctimas de esta obra es la población europea, una población que se ve agredida al ver como su identidad se disuelve, como sus condiciones y derechos laborales se rebajan, como las ayudas sociales y sanitarias se reducen al tener que atender a una población ilegal que no ha cotizado ni pagado impuestos para el funcionamiento del sistema público de atención social, económico y sanitario. Todo esto por no hablar de la inseguridad que cada vez es mayor.

                                                                     


Como hemos podido comprobar, la responsabilidad no se puede depositar en la población europea ni culpar a los inmigrantes que llegan o intentan hacerlo, la culpa se encuentra en los dirigentes de una Unión Europea que favorece esta inmigración masiva y descontrolada para servir a sus amos, los de siempre, desarrollando el genocida Plan Kalergi.
      



Ahora que disponemos de todos estos elementos de juicio podemos afirmar con absoluta certeza que la Unión Europea desarrolla una política criminal, tanto contra los inmigrantes  favoreciendo su muerte al tratar de llegar a Europa y empujándolos hacia la esclavitud laboral o a la delincuencia o prostitución, como contra la población europea al promover un genocidio  o limpieza étnica contra la  población oriunda del continente europeo al acabar con sus rasgos característicos y desplazarla o sustituirla por  una población mestiza diferente a la actual. Pero ese genocidio que la Unión Europea a las órdenes de la mafia jázara realiza cuenta con la inestimable ayuda de globalistas y sionistas como George Soros y su fundación Open Society, la cual sufraga gran parte de lo que cobran las mafias que comercian con los inmigrantes para su traslado a Europa, a la par que subvenciona  la mayor parte de los grupos encargados de llevar a puertos italianos o griegos a los que aún están en aguas del Mediterráneo.                          




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