Los hermanos
argentinos han de tomar clara conciencia de que el Reino Unido es el enemigo, pero
no lo es tanto por su intención de recuperar su ya perdida realidad imperial
cuanto por su estrecha alianza con el Estado de Israel, una alianza que es
consecuencia de la secular dependencia que la pérfida Albión ha tenido y
continúa teniendo de la masonería y del sionismo.
Siendo que en este momento histórico los
intereses sionistas coinciden plenamente con las ambiciones territoriales
derivadas del anquilosado sentimiento imperial británico que se ha acentuado al
verse libres los piratas británicos de la legislación de la Unión Europea
debido al Brexit, las acciones de los hijos de la Gran Bretaña adquieren una
mayor gravedad dado que ponen en serio peligro la unidad territorial y la
existencia misma de la hermana república de Argentina.
Ante esta
circunstancia nuestros pueblos y sus dirigentes deben ser conscientes de cuales
son los frentes por los que son atacados y de cuáles son las estrategias que el
enemigo anglo-sionista utiliza, porque sólo conociéndolo y fomentando en el
pueblo una voluntad de lucha basada en una conciencia nacional el peligro
anglo-sionista podrá ser erradicado.
Para conocer
cuales son los frentes en los en los que actúan las fuerzas enemigas es preciso
considerar sus objetivos, para ello hay que hacer un poco de historia a la par
que considerar los intereses geoestratégicos que en la actualidad están en
juego.
Lo primero
es ver que el Estado de Israel tiene grandes problemas de supervivencia y de
continuidad por la fortaleza que naciones como Irán, países árabes o el
movimiento Hezbollá están tomando fuerza y que tienen entre sus objetivos
fundamentales la recuperación de los territorios que los sionistas han robado
al pueblo palestino.
Tras ello
podremos considerar las estrategias que en la actualidad utilizan para lograr
su objetivo de conseguir un territorio en el que emplazar su Estado.
Para
comprender la situación hemos de retroceder hasta el siglo XIX, al momento en
el que el gobierno británico, como sabemos sometido a la masonería y al sionismo,
dudaba entre instalar el Estado judío en Palestina o Argentina.
En 1896 Theodor Herzl, el creador del sionismo
internacional, escribió en su libro “El Estado judío”, en un capítulo de este
titulado ¿Palestina o Argentina? cosas como: “Debemos elegir,
Palestina o Argentina. La república argentina es, por naturaleza, uno de los
países más ricos de la Tierra, con un inmenso territorio, población escasa y
clima moderado, La República Argentina tendría el mayor interés de cedernos
parte de su territorio…” Esa parte del
territorio argentino, y chileno, al que Herzl hace referencia es la Patagonia.
Ya en el
siglo XX, tras el derrocamiento del general D. Juan Domingo Perón, se extendió
entre las fuerzas armadas y en amplias capas de la población argentina una
corriente antisemita que claramente tenía su origen en la declarada intención
sionista de atacar la integridad de su territorio.
En la década
de los 70 grupos nacionalistas tildados de extrema derecha difundieron la
existencia del denominado “Plan Andinia”, que pretendería la implantación de un
Estado judío en el territorio patagónico, tanto argentino como chileno.
Pero una vez
que se produjo en 1982 la guerra de las Malvinas la atención de la parte de la
población argentina que era consciente del peligro que corría la Patagonía
pareció disiparse al centrarse exclusivamente en el problema, importante sin
duda, de la ocupación británica de las argentinas Islas Malvinas.
Respecto a
este tema el problema radica en que el conflicto de las Malvinas no fue sino una
bandera falsa que sibilinamente desarrolló la pérfida Albión provocando a
Argentina con el fin de mantener un control sobre el Atlántico sur, hacerse con
una parte del territorio del continente antártico y presentar a la Argentina
como una potencia agresiva, lo que justificaría un ataque posterior.
Pero otro de los fines de la provocación
británica era mantener un emplazamiento militar que permitiese un acceso a la
zona de la Patagonia a la par que mediante la victoria acabar con la conciencia
de defensa nacional.
De este modo
el tema de la Patagonia ha dejado de ser una cuestión peligrosa y un elemento
de atención por parte de la población y las autoridades argentinas y chilenas,
pues el denominado Plan Andinia es visto ahora como un cuento fruto de la
extrema derecha y de los antisionistas.
Llegados a
este punto los sionistas, tanto israelíes como británico, pueden desplegar sin
temor a respuesta alguna todas las estrategias necesarias para hacerse con esa
parte del territorio argentino.
La
estrategia sionista, que funciona en conjunción con la acción británica, se
plasma en los siguientes puntos:
1.- La
“invasión” que cada año llevan a cabo entre 8 y 10.000 militares israelíes de
la Patagonia bajo la excusa de descansar un año tras haber servido durante dos
en las Unidades de Defensa de Israel, es decir después de haber estado dos años
reprimiendo a la población palestina, niños incluidos, y ocupando los
territorios ilegalmente robados al pueblo palestino, algo muy similar a lo que
Herlz señaló en su libro fundacional del sionismo y que los actuales sionistas
tanto anhelan.
Estos
jóvenes militares, supuestamente recién licenciados, tras esa imagen de
turistas benefactores que recorren la Patagonia congeniando con sus gentes y
colaborando con las comunidades de la zona a través de esa filantrópica O.N.G.
llamada “mochileros sin fronteras”, llevando a cabo fundamentalmente dos actividades
para nada filantrópicas, una es la de realizar un meticuloso mapeo de la zona
explorando los mejores lugares para levantar con posterioridad colonias, otra
es confraternizar con la población de manera que se acostumbren a su presencia
e incluso les lleguen a echar de menos puesto que las carencias sociales,
escolares que cubren no son llevadas a cabo con eficacia por el Estado
argentino. En dos palabras, preparan una más que posible toma del territorio en
no demasiados años.
2.- La segunda actuación que llevan a cabo para
desarrollar la estrategia de conquista pasa por la compra de grandes
extensiones del territorio de la Patagonia por parte de multimillonarios
sionistas, de nacionalidad británica y/o norteamericana, excusándose siempre en
la preservación del medio ambiente y en la salvaguarda de la fauna y flora de
la región.
Otra
finalidad que aducen para la compra es dedicar el territorio a una explotación
turística salvaguardando siempre la vida silvestre. Ahora bien, los hechos nos muestran que las
actuaciones llevadas a cabo no se ciñen a los fines que en principio habían
sido apuntados, todo esto sólo puede ser bien interpretado si partimos del
interés sionista por Argentina en general y por el territorio de la Patagonia
muy en particular.
Hay acontecimientos
que llaman poderosamente la atención y que ponen sobre aviso de la realidad de
las cosas, son cuestiones como la edificación en esas tierras de más de cien
mil alojamientos vacíos, o la construcción en los inmensos territorios
adquiridos por el multimillonario británico Joe Lewis de una pista de aterrizaje en Sierra Grande de
más de dos kilómetros, pista que no es controlada por nadie y que por sus
dimensiones permitiría el aterrizaje de aviones militares de gran tamaño
dedicados al transporte de tropas y material bélico. Pero por si todos estos
datos resultan insuficientes y ven en estas conclusiones algo meramente
conspiranoico hay que añadir que resulta imposible verificar cuales son las
actuaciones sobre el terreno ni las instalaciones que allí se están ubicando
dado que se trata de tierras privadas y a que Eoogle Barth neutraliza las
imágenes satelitales de esa zona, tal y como hace sobre sobre los terreno de
las bases militares de la O.T.A.N.
Los terrenos
adquiridos por el citado multimillonario Joe Lewis tienen unas dimensiones que
superan varias veces la extensión del Estado de Israel, y hay que reseñar
también que tierras adquiridas por este británico llegan a rodear el Lago
Escondido, impidiendo el acceso al lago a pesar de lo que ha declarado y decidido
la justicia argentina.
Pero el
hermano pueblo de Chile no se libra, ni mucho menos, de la problemática que
hemos venido describiendo, y no se libra dado que el sionismo también tiene
puestos sus ojos sobre su zona patagónica. De hecho, tanto la compra de
terrenos por parte de multimillonarios sionistas como las “visitas” de
mochileros ponen de relieve como las zarpas del “pueblo elegido” buscan caer
sobre Chile.
Aun así,
Chile está dando pasos difícilmente comprensibles tales como el haber cedido a
Israel una base militar que tiene en la zona, zona en la que han cavado túneles
con la intención de facilitar la vida ante la climatología invernal.
La
diferencia con la República Argentina la encontramos en una mayor conciencia
del problema que se cierne sobre la zona Austral, controlando tanto a los
mochileros como a las adquisiciones y construcciones que en la zona se llevan a
cabo.
Ahora bien,
al igual que acontece en Argentina, las autoridades civiles parecen no ser
conscientes del peligro y llevan a cabo actuaciones gravemente lesivas para la
nación.
3.- En tercer lugar, los sionistas desde Gran
Bretaña han desarrollado un plan para desestabilizar la zona con la que tratan
de hacerse y para ello pretenden que en esos territorios se desarrolle cierta
autonomía con respecto a la nación argentina y así controlarla mejor. Como
muchos habrán supuesto me estoy refiriendo al fenómeno de los Mapuches, sus fantasiosas
reivindicaciones y últimamente sus acciones terroristas.
La
denominada R.A.M. (Resistencia Ancestral Mapuche) con sede en Bristol,
casualmente en la calle Logia, dice defender el derecho de unos aborígenes supuestamente
originarios de esa zona del sur de Argentina sobre las tierras que señalan. La
cuestión está en que los miembros de esas tribus desaparecieron hace ya siglos,
y los autodenominados mapuches no son otra cosa que meros subversivos al
servicio del anglo-sionismo que buscan la autonomía de ese territorio. Últimamente
los miembros de este grupo han comenzado a realizar acciones terroristas con el
resultado de muerte asesinando a miembros de las fuerzas del orden y
amedrentando a la población de la zona.
Sobre la
internacionalización, que es buscada por los sionistas británicos, del tema
mapuche hay que resaltar el apoyo y la publicidad que lleva a cabo la marca Benetton
y el icono que la extrema izquierda hace
del indigenismo y de las reivindicaciones de este grupo.
Pero con ser
gravísimo todo lo que hasta aquí se ha presentado resulta más grave aún que
gran parte de la población argentina no sea consciente, o se mantenga al margen
de este peligro. Ahora bien, la falta de actuación de los últimos gobiernos
argentinos frente a las distintas acciones referidas no tiene perdón de Dios.
El hermano
pueblo argentino debe despertar si quiere sobrevivir al ataque de que es
objeto, y para ello ha de tomar consciencia de que este existe y ha de tener bien
claro que el verdadero enemigo es el sionismo, Gran Bretaña también lo es, pero
lo es en tanto que mero tentáculo al servicio de este.
interesante; se requiere más precisión en el complejo asunto indígena, es cierto el panfletismo que genera el marxismo cultural, y la manipulación foranea, pero no hay que desconocer la historia de esos pueblos , puede caerse en un negacionismo absurdo sobre su presencia y validez de cultura originaria aun viva. los pueblos indígenas pueden ser excelentes aliados en la lucha contra el NOM
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