martes, 26 de septiembre de 2017

Los intereses bastardos de Israel en Cataluña. IMPRESIONANTE.


                                                                           
Por su tremendo interés reproduzco un informe titulado: "Informe de Fósforo Blanco por parte de Chemicals Ltd.". Escrito en Insurgencia por Marcus Meson. Ha sido publicado en el espiadigital.com el 18 de septiembre de este 2017.
Este informe no tiene desperdicio y abrirá los ojos a todo aquel que quiera conocer la realidad de los intereses sionistas en el proceso secesionista catalán.

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Hasta hace bien poco era bien sabida y conocida la amistad del progenitor de Jordi Pujol y un tratante de piedras preciosas hebreo llamado Moisés Tenembaum, que colaboraron en la creación de Banca Catalana, cuyo germen embrionario fue la Banca Dorca d’Olot de nueve empleados y apenas 46 millones en depósitos. En poco más de dos décadas Banca Catalana, la catapulta del futuro presiente “honorable”, logró hacerse un nombre en el firmamento financiero con dos millares de empleados y 260.000 millones de pesetas depositadas en 1981.
Periódicos como La Vanguardia siempre han puesto de relieve las simpatías y acercamiento del presidente Pujol hacia el estado de Israel así como de muchos otros políticos de Convergencia y Unión y ERC. No solo existe un acercamiento a los políticos y políticas, también son notables las simpatías de muchos sectores intelectuales de Cataluña hacia los intereses de Israel; el Centre d’Estudis Estratègics de Catalunya: CEEC siempre ha mantenido (al igual que el gobierno español) una política pro Otan y podemos poner como ejemplo su continua defensa de la invasión de Afganistán como un freno a la yihad por el bien de la seguridad de Europa y Cataluña, política que al final en lo referente a lo de la seguridad y la guerra preventiva no parece haberles salido del todo bien.
Pero en este artículo vamos a centrarnos más en la relación de los políticos catalanes con el empresariado Israelí con un ejemplo empresarial que roza lo demencial. Muchos de esos políticos han venido actuando más como comisarios políticos del estado hebreo o agentes de negocios del mismo.
Hace una semana nos sorprendieron con la apreciación de que una Cataluña Independiente debería tener un ejército moderno y competente. Muchos nos llevamos las manos a la cabeza por estas palabras de la derecha catalana pero, a tenor de los hechos, deberíamos analizar que en la Cataluña de Convergencia siempre han estado codo a codo con el militarismo económico (al igual que España), incluso vendiendo armas a Arabia Saudí (es de justicia decir que ERC ha planteado enmiendas en contra de ventas a Arabia Saudí).
Según las Cámaras de Comercio y Aduanas, dependientes de la Agencia Tributaria, Cataluña ha exportado en los últimos tres años entre el 24 y el 26 por ciento de todo el material calificado como «armas, municiones y sus partes accesorios» del comercio armamentístico de España, es decir, la cuarta parte del negocio de la guerra español (segunda tras Euskadi).
A pesar de que los negocios bélicos de Cataluña no son nada envidiables a los que tiene España, existe una estrechísima relación entre uno de los países más belicistas del mundo y el partido nacionalista catalán de Pujol: Convergencia/PDCat-Israel.
Vayamos más directamente a lo que nos ocupa en este artículo.
¿Nunca has pensado por qué el agua de Barcelona sabe tan mal? Bien, es agua contaminada.
Un gran ejemplo de facilidades extremas, miradas hacia otro lado y numerosos privilegios por parte de la Generalitat hacia intereses Israelíes es la empresa Iberpotash, empresa química y minera que explota yacimientos en la zona de la comarca del Bages en Cataluña y que constituye la mayor inversión industrial de Cataluña del momento. Pertenece al grupo empresarial israelí con gran implantación en Cataluña Israel Chemicals ICL. En la comarca del Bages ICL Iberia explota las minas de Súria y Sallent de Llobregat desde 1998, y ha tejido una gran red empresarial, de inversión e incluso de apoyo a una parte del tejido social, deportivo y educativo catalán, que le proporciona una gran capacidad como lobby ante las instituciones catalanas.

                                                                                                        

Según un informe del Observatorio de Derechos Humanos y Empresas de Cataluña, Israel Chemicals ha vendido durante años fósforo blanco para proyectiles en Estados Unidos, proveedor del ejército israelí y cómplice del uso de este tipo de proyectiles contra zonas densamente pobladas de Gaza que han causado decenas de muertos y heridos.
Pero los crímenes de esta empresa no solo quedan en ser el mayor cómplice de la militarización del conflicto en Oriente Próximo. La actividad minera de esta empresa en Sallent de Llobregat ha dejado como resultado una de las mayores montañas de residuos salinos más grande de España. Dicha montaña, de 500 m de altura, contiene 40 millones de toneladas de sal impura, una montaña que ahora ocupa 35 hectáreas y que es el punto más alto del municipio.
El pasado mes de Junio el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña autorizó a la empresa a seguir dejando residuos (750.000 toneladas anuales) en la gigantesca mole salina que irrumpe en el horizonte del pueblo a pesar de haber cargos de la Generalitat imputados por delitos ambientales.
La montaña de residuos se halla en el lugar donde se ubica una falla, por lo que desde hace tiempo hay filtraciones a los acuíferos que han sido demoledoras: ganadería de pueblos vecinos muerta en el campo, arroyos y fuentes contaminadas e innumerables bosques de ribera secos. Pero la situación no queda ahí; Sallent de Llobregat como su nombre indica, es una población donde se ubica el río Llobregat que abastece de agua a toda Barcelona y al Baix Llobregat. Peor imposible.
Según las entidades ambientales Xarxa per una nova Cultura de l’Aigua, Prou Sal y Ecologistes en Acció está demostrado que los israelíes, con la complicidad de la derecha catalana, están salinizando el río Llobregat, una contaminación que a la Agencia Catalana del Agua le cuesta 300 millones de euros.
Las plantas de potabilización del Llobregat instaladas para depurar el agua tienen auténticos problemas para su distribución. La Agencia Catalana del Agua (ACA) ha admitido que la planta de Abrera debe rebajar el agua del Llobregat con la del Ter para poder servirla a Barcelona, de ahí que esté catalogada como una de las aguas de “gran sabor a sal” de las urbes españolas.
En 2015 el Juzgado de Instrucción número 5 de Manresa imputó a tres altos cargos de la Generalitat por un delito de prevaricación ambiental y otro contra los recursos naturales y el medio ambiente tras una querella presentada por la CUP que denunciaba una posible concesión de licencias ilegales y la elaboración de informes que podrían vulnerar la normativa administrativa.
Las administraciones han creado “soluciones-parche” con dinero público e inversiones directas por valor de 9 millones de euros para remediar los problemas, a las que habría que sumar otros 128 millones de inversión indirecta, cuando realmente la responsable de la situación ambiental de la zona es la empresa israelí.
Durante la visita que Artur Mas realizó al país hebreo, el president se reunió con líderes de este grupo empresarial de Tel Aviv, quizá para dar confianza y dejar clara la apuesta industrial de sus privilegiados socios pese a las llamadas de atención de la UE, los avisos del ministerio, las alarmas de la Cup y las organizaciones ecologistas… su negocio está a buen recaudo, señores. ¡Visca Catalunya!


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