Esta
madrugada Estados Unidos y sus lacayos de Reino Unido y Francia, con el
solícito aplauso del resto de marionetas europeas, han lanzado más de un
centenar de misiles contra Siria, todo esto lo han hecho obedeciendo las
directrices de Israel y sus grupos de presión.
Toda esta
panda de hipócritas dotados de una doble moral talmúdica mantiene, sin prueba
alguna y negándose a toda investigación imparcial, que el régimen de Bashar Al
Assad bombardeo la semana pasada a su población civil con armas químicas.
Para
intentar justificar esta agresión, las autoridades de los países arriba
señalados se han escudado en que con esa criminal acción Bashar Al Assad y su
régimen habían traspasado una línea roja que impele a actuar a la comunidad
internacional en defensa de los civiles indefensos que son cruelmente atacados por
sus propios gobernantes, especialmente cuando lo hacen utilizado armamento químico.
Ahora bien,
sus acciones y la manera que tienen de interpretar y señalar quién y cuándo traspasa
esta línea roja pone claramente de manifiesto que son aplicados seguidores de
la doble moral que los seguidores del Talmud y de la Torá mantienen, esta hipócrita conducta no es
extraña pues es clara muestra de que los sionistas son sus dueños y ellos sus serviles esclavos.
Respecto a
lo que nos ocupa, para los sionistas y sus esclavos tan solo serían merecedores
de agresión o castigo aquellos que no sean de los suyos o no resulten útiles
para sus intereses. Como esclavos que somos de Israel y del sionismo en general,
Estados Unidos y los miembros de la O.T.A.N., hemos de tener meridianamente claro que sus intereses no coinciden para
nada con los nuestros, aunque la realidad es que pese a ello les seguimos sirviendo.
Ante esa
supuesta línea roja insalvable, ¿qué castigo merecería un Estado que ha utilizado contra la población civil
fosforo blanco, que ha desobedecido al menos cuatro resoluciones de las
Naciones Unidas, que ha ocupado grandes extensiones de territorio
poblado y ha expulsado por la fuerza a sus habitantes para sustituirlos por población
alógena, que posee más de trescientas
cabezas nucleares, que tiene en sus cárceles a medio millar de menores por
protestar contra esa ocupación y que asesina vilmente a civiles mediante francotiradores de su ejército?.
Pues estoy describiendo al Estado de Israel,
un Estado que parece estar por encima del bien y del mal al controlar mediante
sus lobbys financieros, industriales, informativos y militares a los Estados
Unidos, y a través de él a las Naciones Unidas, la O.T.A.N. y la política
exterior referida a Medio Oriente de la práctica totalidad de los miembros de
la Unión Europea.
El Estado
judío se ha saltado y se sigue saltando impunemente esa famosa línea roja, un
Estado que desde su prepotencia tan sólo recibe, cuando eso ocurre, llamadas al
orden o un silencio cómplice. Siendo todo esto así no me extraña que hayan
desarrollado una forma de actuar tan provocadora y se sientan absolutamente
intocables, cosa que ellos achacan a que son“el pueblo elegido”, cuando la
única realidad es que son la sinagoga de satanás.
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