Comienza a
resultar cansino que una y otra vez, ya van tres, Estados Unidos e Israel en
contubernio con sus aliados del ISIS, repitan las mismas falsas banderas con la
finalidad de acabar con el régimen legítimo sirio derrocando a Bashar Al-Assad.
Esta
ausencia de imaginación a la hora de crear nuevas mentiras sería objeto de risa si no fuese porque tras ello están en juego vidas de inocentes y además se
pone en peligro la paz mundial.
En este
nuevo supuesto ataque con armas químicas que habría llevado a cabo el “criminal”
Bassar Al-Assad nos encontramos con una serie de muy sospechosas coincidencias,
unas coincidencias que harían sospechar a toda la población si no fuese porque la
inmensa mayoría de ella no analiza las noticias y se limitan a creer borreguilmente
todo lo que cuentan esos medios de manipulación al servicio de las élites
globalistas.
Resulta como
poco sospechoso que precisamente en el momento en el que Donald Trump hizo
pública su decisión de retirar las fuerzas estadounidenses presentes en Siria y coincidiendo con la incontestable derrota de los terroristas del
ISIS, Daesh en árabe, se haya producidoun bombardeo con armas químicas por parte
del ejército sirio. Desde luego Bashar Al-Assad, además de criminal debe ser idiota,
cosas ambas que desde luego no creo, ya que tener ganada la guerra y liberado la practica totalidad del territorio lo último que querría es crear una situación que
provocase una reacción militar por parte de E.E.U.U. y de sus aliados de la O.T.A.N.
y de paso frenar la salida de las tropas norteamericanas, que tan poco han
hecho por liberar a Siria de Daesh, más bien han colaborado a su creación y su mantenimiento
En este caso
nos encontramos además con que un mes antes del supuesto ataque químico del que
se acusa al químico de ejército nacional sirio el Ministerio de Defensa ruso
emitió una declaración en la cual señalaba que tenía información fiable sobre un
ataque químico de bandera falsa que estaban preparando los instructores
militares norteamericanos desplegados en Siria. La nota emitida decía lo siguiente:
“Tenemos
información confiable a nuestra disposición de que los instructores estadounidenses
han entrenado a varios grupos militantes en las cercanías de la ciudad de
At-Tanf para organizar provocaciones con agentes de guerra química en el sur de
Siria”. Esta declaración la realizó el domingo anterior al ataque químico
adjudicado a las fuerzas de Bashar Al-Assad, el portavoz del Estado Mayor ruso Sergey
Rudskoy en un boletín de noticias de marzo, había señlado: “Están preparando una
serie de explosiones de municiones químicas, esto se usará para culpar a las
fuerzas gubernamentales.
Los componentes para producir municiones químicas ya han
sido entregados a la zona de descalamiento del sur bajo la apariencia de
convoyes humanitarios de varias O.N.G.s. A esta información aportada por el Estado Mayor ruso basada en informaciones
de inteligencia hay que añadir que con posterioridad al supuesto ataque químico
de las fuerzas gubernamentales las autoridades de los Estados Unidos, Israel y
sus aliados han rechazado categorícamente el ofrecimiento realizado por el mando
ruso para enviar expertos rusos en defensa radiológica y química con la
finalidad de recabar pruebas sobre el mencionado ataque quimico, lo que dejaría claro que la acusación de que el
ejército sirio utilizó armas químicas es falsa. Pero el ofrecimiento realizado por el general
de división Yuri Yevtushenko, comandante del Centro Ruso para la Reconciliación de
Siria, fue rechazado.
Tener como
base imágenes y testimonios de los famosos Cascos Blancos, colaboradores de los
terroristas de Daesh, Al-Nusra y otros grupúsculos, es algo que unido a todo lo
anterior nos hace ver una nueva falsa bandera.
Llevar a
cabo una acción como la realizada a cabo por militantes yihadistas o tropas
norteamericanas e israelíes se hacía absolutamente perentoria para los
intereses de Israel y por tanto de unos Estados Unidos absolutamente
controlados por el sionismo israelí.
El curso de
la guerra, especialmente tras la implicación de Rusia e Irán
, ha dado al traste
con los intereses israelíes de tener un Estado-marioneta que sirviese de
defensa ante la República Islámica de Irán y que permitiese la creación en la
zona norte de Siria un Estado autónomo kurdo que sirviese para implementar el tan
anhelado Gran Israel.
Pero nada de
esto se ha conseguido, y con Bashar Al Assad en el poder nada de esto sería
posible, además el poder estratégico de Irán en la zona se vería incrementado y
la paranoia del Estado judío está cada vez más y más acrecentada puesto que
poco a poco se dan cuenta de la inviabilidad de Israel como Estado para un
futuro cada vez más próximo.
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