A través de
los medios nos damos de bruces con una nueva incoherencia, incoherencia que por
supuesto no comentan ni ponen de manifiesto los periodistas-estómagos
agradecidos que están al servicio del sistema.
Una
discrepancia con los comportamientos políticos que una y otra vez han sido
marcados por las autoridades, por los grupos de opinión y por los partidos políticos.
Esta incoherencia parece que el cerebro de esponja
aborregado, sometido y vendido al pensamiento único de lo políticamente
correcto no es capaz de verla por si mismo.
Al hablar de
incoherencia me estoy refiriendo a la decisión del gobierno, en consonancia con
todos los grupos del arco parlamentario, de iniciar los pasos precisos para
modificar la legislación en lo que se refiera a los abusos y a las agresiones
sexuales.
La realidad es que se trata de una cesión ante
las manifestaciones y concentraciones que se vienen produciendo en toda España
tras haberse conocido el fallo sobre el caso de la tan traída y llevada
“manada”, todas estas movilizaciones son fruto de la estrategia del feminismo
radical que promueve y apoya la extrema izquierda de la ideología de género.
Son
precisamente todos esos que dijeron que no se debía votar la supresión de la
prisión permanente revisable tras el asesinato del pequeño Gabriel los que
ahora claman por la variación de la legislación en todo lo referente a los
abusos y agresiones sexuales.
No puedo
olvidar que cuando E.T.A. asesinaba, un día sí y otro también, se nos decía que
no se podía legislar en caliente para endurecer las penas, que la legislación
no se podía modificar al albur de las emociones, pues la justicia se
convertiría en simple venganza. Pero por lo visto donde dije digo digo Diego.
Y qué se
puede decir del gobierno de la nación, que en lugar de respetar la
independencia judicial se pone a la cabeza de todo este movimiento y se pliega
a modificar la legislación en función de que una sentencia no ha sido acorde
con sus prejuicios, nos encontramos ante unos gobernantes que por un puñado de
votos se pliega a la presión de una calle convulsionad por feministas y
radicales de izquierda.
Ahora bien,
que nadie se lleve a engaño, pues el pensamiento liberal que es la base del
partido popular lleva aparejada una visión totalmente maleable y acomodaticia
de las normas puesto que niegan la existencia de verdades absolutas.
Para acabar
no podemos pasar por alto una grave incoherencia más.
Me estoy
refiriendo a las diatribas generalizadas e histriónicas que los grupos de derechos
humanos, antirracistas y feministas levantaron contra las crítica y la condena social
que recibió la famosa Ana Julia, la asesina del pequeño Gabriel. En aquel caso
argumentaron que se la atacaba por su condición de mujer y por el hecho de ser
negra, en cambio ahora no han abierto la boca para criticar el juicio mediático
condenatorio que los acusados recibieron desde el primer momento por parte de
todos los medios de comunicación ni criticaron el linchamiento popular que han
sufrido ya antes del juicio y posteriormente al mismo.
Pero no acaba aquí el asunto puesto que todos
estos movimientos políticos, feministas y supuestos defensores de los derechos
humanos se han retratado cuando llegaron a denunciar una fiesta popular centenaria en la que se
quemó un muñeco con la efigie y vestiduras de la asesina del niño almeriense, sostuvieron
que se trataba de una forma de racismo
por el hecho de ser negra la confesa asesina y de machismo por ser mujer, en
cambio en este caso no han dicho esta boca es mía para criticar que de un
puente sobre una autopista gallega apareciesen colgados cinco muñecos con la cara de cada uno de los condenados, y no se puede
aducir que no lo han visto pues el suceso ha aparecido en televisión y en el
resto de los medios.
No entiendo
nada, o quizá lo entiendo demasiado. Está claro, la asesina del niño era negra,
mujer e inmigrante mientras que los de la manada son hombres, blancos y
españoles.
Pobre España
y pobres de nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario