sábado, 15 de febrero de 2020

LA TRASTIENDA DE LA CONDENA DEL COMUNISMO Y DEL NACIONALSOCIALISMO POR PARTE DEL PARLAMENTO EUROPEO.


                                                                                         


Nuevamente asistimos a como la élite oscura, a través de sus terminales mediáticas  y políticas, ha conseguido  hacer que las fuerzas identitarias y patriotas vean como victoria propia lo que no ha sido si no un éxito más de la mentira generalizada que se nos ha venido  vendiendo desde la ocupación de Europa en 1945. Y lo más  grave de todo es que son precisamente los medios patriotas o  de la derecha nacional los que más regocijo  han mostrado y con más satisfacción han extendido  la idea de que este nuevo apuntalamiento de la mentira es una victoria.
La única realidad es que estamos ante un   gol por la escuadra que los de siempre han metido a aquellos que parecen no darse cuenta de que estamos inmersos en una verdadera guerra, por ahora sólo ideológica y social, en la que las organizaciones multinacionales globalistas como es el Parlamento europeo y son los medios de comunicación que les sirven hacen y harán   todo lo posible por fortalecer legalmente la mentira y extenderla a toda la población.

Para quién aún no se haya dado cuenta estoy refiriéndome a la tan aplaudida, por medios supuestamente patrióticos y derechistas, resolución aprobada el pasado 19 de septiembre denominada Resolución sobre la memoria histórica europea para el futuro de Europa, la aprobación de este texto coincide con la conmemoración del estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Este texto condena los crímenes cometidos por los regímenes nazi y comunista a lo largo del siglo XX. Esto que pudiera parecer, y de hecho se presenta así, un avance en la dirección de que la población europea considere el   enorme grado de criminalidad del comunismo no es otra cosa que una monumental   victoria ideológica contra el ya perseguido, incluso penalmente,  planteamiento histórico revisionista que con argumentos  y datos ponen de manifiesto la falacia de la  versión  que los vencedores  que ocuparon Europa en 1945 han impuesto y extendido  en las mentes de los europeos y de la población mundial en general.

Con esta resolución el Parlamento Europeo hace dos cosas: por un lado, equipara el régimen nacionalsocialista con el régimen soviético, y por otro oculta los crímenes que los aliados llevaron a cabo durante la Segunda Guerra mundial: las bombas atómicas de Hirosima y Nagasaky,

                                                  


, los bombardeos salvaje de ciudades alemanas llenas de civiles como Dresde, Amburgo y casi todas las ciudades alemanas, el asesinato por hambre y malos tratos de millones de soldados alemanes presos tras rendirse a los norteamericanos.

                                                   




 En segundo lugar oculta los millones de muertos que desde que finalizó la Guerra se han producido consecuencia de conflictos provocados y amparados por la democracia liberal y los denominados derechos humanos, especialmente los veinte millones causados por la intervención norteamericana en Oriente Medio: Irak, Siria, Afganistán,etc.

                                                        


                                                      
Cuando el texto habla de los crímenes nazis y comunista perpetrados a lo largo del siglo XX está dando legitimidad a la venganza que llevó a cabo en los juicios de Nürenberg así como a las condenas y ejecuciones que de ellos derivaron y se repitieron a lo largo y ancho de toda la Europa "liberada".
De la misma manera parece olvidar que el régimen nacionalsocialista dejó de existir hace más de 75 años y que supuestamente provocó 31 millones de muertos, cifra en la que incluyoa los más que dudosos seis millones de judíos muertos en el “holocausto” así como los veinticinco millones que fallecieron como resultado de la conflagración mundial, y que desde luego no es responsabilidad exclusiva de Alemania.

Pero esa cifra pretende equipararse con la de los  cien millones de muertos causados por el comunismo.

Pero contrariamente al ya desaparecido  régimen nacionalsocialista el comunismo continúa existiendo y causando muertes a lo largo y ancho de todo el mundo, desde China a Cuba pasando por todos los regímenes de inspiración comunista de Hispanoamérica y de extremo oriente. También olvidan los millones de muertos que los regímenes comunistas provocaron en la   Rusia Soviética y en sus países satélites, en Ucrania a través de una hambruna perfectamente preparada por las autoridades soviéticas y las decenas de miles de torturados y asesinados por el Frente Popular en España.

                                                 
 Olvidan los verdaderos genocidios de Laos y Camboya, los gulags y las chekas, y los olvidan al equiparar los 35 millones de muertos, incluyendo los muertos durante la Segunda Guerra Mundial y dando por cierto el “holocausto judío”.

Siendo precisamente tratar de dar veracidad a este   tan discutido y discutible holocausto judío dado que, en la población europea, norteamericana y en parte internacional cada vez tiene menor efecto la campaña continua y machacona en torno al “holocausto”.

Y este es el fin primordial salvaguardar el negocio del holocausto protegiendo así  el complejo de culpa que permite la existencia al  Estado de Israel y a su  vez desviar la atención de los crímenes de guerra y contra la humanidad que  cada día llevan a cabo las fuerzas militare y policiales israelíes sobre la población palestina que previamente fue expulsada de su tierra, Palestina.

                                                 


En resumen, que esa alegría que muestran muchos por la resolución del Parlamento europeo está absolutamente injustificada.

                                                



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