Las
revueltas y protestas que se han venido produciendo durante las últimas semanas
en la República Islámica de Irán sólo se pueden entender convenientemente si se
las sitúa en el contexto geopolítico e histórico en las que se desarrollan.
Es
fundamental señalar, y esto no hay que perderlo nunca de vista, que cuando
hablamos de Irán estamos haciendo referencia a un Estado con bases religiosas
muy fuertes que le llevan a oponerse directamente al globalismo y que es un declarado enemigo del régimen sionista y usurpador que es Israel. Para
comprender todos los sucesos que se vienen desarrollando y se desarrollarán en
Oriente Próximo hay que tomar en consideración el hecho de que la política
exterior norteamericana está absolutamente supeditada a los intereses del
Estado de Israel, y lo está por el poder omnímodo que el lobby judío tiene en
la política de Washington.
En el
momento actual se produce una confluencia de intereses, ya que a la protección
del Estado judío respecto de Irán se añade el interés estratégico que tienen los
Estados Unidos de poner coto a la expansión de los B.R.I.C.S. y frenar la puesta en
circulación de sus divisas, para de ese modo evitar que el petrodólar pueda ser desplazado
por esas otras monedas.
Es así que Rusia
de esta manera se convierte en objetivo al ser miembro fundamental del B.R.I.C.S.,
pero para llegar a Rusia en esta zona primeramente tendrían que pasar por Siria
y después por Irán. Rusia al intervenir ha salvado el régimen de Bashar Al
Assad del terrorismo criminal de Daesh- ISIS, grupo creado y mantenido por
E.E.U.U., Israel y las monarquías del Golfo. Por esta razón es Irán ahora el objetivo, una vez que las
sanciones y el bloqueo no han tenido éxito el ataque contra Irán ha consistido
en provocar una de las famosas “primaveras”
que Estados Unidos y la O.T.A.N. han desatado tanto en los países musulmanes, “primaveras
árabes”, como en los países del Este de Europa, “primaveras de colores” que han
seguido un proceso similar: En primer
lugar se producen unas protestas basadas en cuestiones de reivindicación
económica o social, que son resultado
de injerencias extranjeras provocadas mediante sanciones o bloqueos que dan
lugar a subidas de precios y
desabastecimiento que con la participación de agitadores profesionales llevan a
las señaladas protestas.
El siguiente
paso es que los medios de comunicación, en especial las agencias internacionales
de noticias presenten tales protestas como si fuesen populares y espontaneas,
para acto seguido desencadenar episodios de violencia mediante la actuación
de los agitadores profesionales e incluso
con la participación de fuerzas de los servicios de inteligencia de los países
que fomentan estas “primaveras”.
Acto
seguido, y como es lógico, las autoridades harán que actúen las fuerzas de
seguridad para reprimir la violencia y el caos que los “pacíficos” manifestantes
están provocando. Esas intervenciones darán lugar a imágenes de violencia que
los medios internacionales harán llegar a la población mundial para que de ese
modo las autoridades pierdan ante la población internacional cualquier tipo de
legitimidad.
Pero aún
falta un último acto en esta obra de ingeniería subversiva, se trata de la aparición
de una resistencia armada, que será tildada de popular y espontánea y calificada
de moderada. Estos grupos terroristas serán apoyados logística y económicamente
por los Estados Unidos y por los países interesados en la desestabilización del
régimen atacado y de su zona de influencia.
De esta forma
se desarrollaron los acontecimientos en Ucrania, terminado con la sustitución
del gobierno, pro ruso por otro favorable a la O.T.A.N. y a los intereses de la
U.E. y de los E.E.U.U.
En el caso
de Irán la opinión pública norteamericana estaba dividida, una parte de ella
piensa que lo acontecido en Irán es que en un primer momento se trató de
protestas económicas populares, generalizadas y espontaneas que posteriormente
degeneraron en movimientos de oposición política. Por el contrario, otra parte
de la opinión pública admite de modo abierto que ha existido una participación
del gobierno norteamericano, pero elogiando al presidente Donald Trump por
haber llevado a cabo dicha intervención y por estar en primera línea contra el
tan demonizado régimen iraní. Ninguna de estas posiciones es completa, puesto
que, si bien es cierto que las protestas fueron inicialmente meramente
económicas, también lo es que surgieron como consecuencia de la intervención norteamericana,
que promovió los embargos y sanciones que dieron lugar a desabastecimiento y a
la carestía de los alimentos. Pero la actuación de Estados Unidos ha ido mucho más
allá puesto que ha intervenido a través de las redes extendiendo falsas
informaciones y movilizando a parte de la población. Aunque su intervención ha
llegado incluso a que sus servicios de inteligencia hallan actuado puntualmente
como agitadores.
Pero el caso
de las revueltas de Irán no ha pasado de varios días de manifestaciones y
enfrentamientos con el resultado de varios heridos y algún muerto.
En el caso
que nos ocupa toda la estrategia desarrollada y las acciones puestas en marcha
no han logrado el objetivo perseguido por la alianza yanquee-sionista dado que
el pueblo iraní fue convenientemente alertado por sus autoridades de que las
revueltas no eran otra cosa que resultado de la injerencia extranjera y en
especial de los sionistas norteamericanos.
Pero si hubo
un suceso crítico para que se diluyese este intento de primavera iraní fueron
las declaraciones del primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu apoyando las
protestas y llamando a que estas sirviesen para acabar con el régimen de los ayatolás,
el hecho de que las revueltas estuviesen instigadas por los sionistas, cosa que
trató de desmentir el primer ministro israelí, hizo que muchos de aquellos que
se unían a las algaradas por razones exclusivamente económicas o sociales
dejasen de apoyarlas dado que esto pasó a considerarse entre la población iraní
como un acto de traición y de colaboración con aquellos que ocuparon Palestina
a la par que asesinan y torturan a los palestinos, niños y mujeres incluidos.
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