Las medidas
que adoptó el presidente del gobierno D. Mariano Rayoy con el fin de hacer frente al
movimiento secesionista y a la declaración unilateral de independencia que
proclamó el cesado Puigdemont junto al ya disuelto parlamento autónomo de
Cataluña han sido ampliamente aplaudidas por parte de todo el arco parlamentario
no secesionista, especialmente ha sido elogiada la convocatoria de elecciones
autonómicas para el 21 de diciembre.
Tanto la
aplicación del artículo 155 de la Constitución como la convocatoria electoral
fueron consideradas por muchos como una muestra de inteligencia y sutileza a la
hora de desmontar la estrategia independentista y romper los planes de estos.
Pero la
realidad es que las medidas adoptadas por el presidente del gobierno distan mucho
de haber sido la supuesta jugada maestra
para frenar la deriva secesionista, por el contrario sus efectos han resultado
ser más negativos que otra cosa.
Y esto ha
sido así debido al hecho de no haber tenido en cuenta que convocando las
elecciones con poco más de mes y medio de antelación se provocaba que fuese prácticamente
imposible que los ex consejeros encarcelados provisionalmente y el presidente
cesado y huido a Bélgica pudiesen ser inhabilitados dada la lentitud de los procedimientos
judiciales, como consecuencia de todo esto nos encontramos con el hecho de que
estos se podrán presentar como candidatos en esas cruciales elecciones.
Gracias a esta falta de visión política el
gobierno presidido por el ínclito Mariano Rajoy permite que los partidarios de la
secesión encuentren un argumento para servirse de la victimización y movilizar a muchos ingenuos votantes atrayéndose los votos de las masas nacionalistas y por supuesto a los secesionistas.
Toda esta
situación servirá para que el apoyo internacional a la causa independentista
catalana arraigue en gran parte de la población y dirigencia extranjeras, puesto qué imagen
más icónica puede darse que la de un presidente en el exilio que se presenta a
las elecciones sin poder entrar en su país para hacerlo: “perseguido por un tiránico gobierno por el mero hecho de defender la
libertad de su sometido pueblo”. dirán ellos.
Pues todo
este desaguisado es consecuencia de la supuesta jugada maestra de Rajoy que tantos
aplaudieron.
Pero no
acaba ahí la obra maestra del gobierno popular, ya que para ganarse el apoyo
del PSOE a la aplicación del artículo 155, el gobierno no intervino TV 3, la
televisión independentista catalana que manipula la información y extiende el
odio a España aún entre los más pequeños, permitiendo de este modo la extensión
del veneno que vierten. Pero incluso cuerpos supuestamente intervenidos como el de los
mossos d´escuadra continúan manteniendo un comportamiento claramente favorable
a aquellos que apoyan la secesión, como ha ocurrido con su inacción
(colaboración pasiva) durante los cortes de carreteras, autopistas e incluso de
líneas ferroviarias llevadas a cabo por esos delincuentes integrados en los
denominados comités para la defensa de la república (sirviéndose inclusive de niños pequeños, como puede verse en la tercera fotografía).
Y todo esto
ocurre por no aplicar la fuerza necesaria para defender la unidad de España y
por moverse por complejos y miedos al que dirán.
Todo esto
huele además a pacto con los secesionistas cediendo al chantaje y para evitar
unas supuestas revueltas violentas en las calles o que se hagan públicas ciertas informaciones que tiene el mafioso Jorge Pujol.
No hay que
olvidar nunca ese sabio dicho: “complace a todos y no complacerás a nadie”.
Pero sobre
todo un gobernante ha de tener presente que la defensa de la unidad de España
está por encima de todo y que toda componenda o cesión es caer en traición.
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