Desde hace
meses, especialmente en las últimas semanas, soldados del ejército israelí pertenecientes a las Unidades de Defensa que actúan en los territorios ocupados , están dando clara muestra de malestar por el servicio que se ven
obligados a llevar a cabo en los territorios que previamente el Estado judío
había usurpado a los palestinos.
A su vez se levantan más colonias ilegales
habitadas por colonos fanáticos armados que maltratan, vejan y abren fuego
contra la población civil palestina, a los que muchos miembros de las unidades de
defensa se ven obligados a apoyar en sus criminales acciones. Además las
órdenes que reciben según ellos son maltratar y humillar a la población
palestina, y proteger a los colonos
criminales a cualquier precio y en cualquier situación. Todo esto ha llevado a
muchos militares y miembros de las unidades de defensa a no querer participar
en actividades contra la población civil palestina.
Hace unos
meses se inició dentro del ejército israelí un movimiento que llevaron a cabo
muchos soldados que habían servido en los territorios ocupados y que
protestaban por las condiciones de represión y violencia gratuita a la que era
sometida la población palestina, todo esto dio lugar a la difusión de escritos
de protesta, a manifestaciones criticando públicamente las indicaciones
políticas y militares que les obligaban a actuar de modo inhumano y criminal.
Pero hubo un
incidente que fue una seria llamada de atención para la política que
llevaba a cabo el gobierno del terrorista Estado de Israel y que sirvió para
abrir los ojos a una parte de la población del Estado judío.
Este suceso se produjo en septiembre del 2014, cuando cuarenta y
tres soldados de reserva de la unidad más prestigiosa de la inteligencia
militar israelí, unidad 8200, centrada en el espionaje y en las escuchas, tomaron
la decisión de no volver a vestir el uniforme para de ese modo no participar en
las injustas y vejatorias actividades que afirmaban tener que cometer contra el pueblo
palestino.
En la misiva
hecha pública y que iba dirigida al primer ministro y al jefe de estado mayor
israelíes decían:
“Rechazamos
participar en las acciones contra los palestinos y continuar siendo
instrumentalizados para reforzar el control militar sobre los palestinos y
sobre los territorios ocupados…”.
La carta
continuaba diciendo “… no podemos seguir sirviendo a este sistema y negándoles
sus derechos a millones de personas con la conciencia tranquila.”
Pero ahora
se ha producido un salto que pone de manifiesto hasta que punto la situación a
que los militares israelíes provoca una verdadera rebelión.
Estoy
señalando un suceso que han referido los medios de comunicación
internacionales.
Hace unos
días los medios de difusión, israelíes e internacionales, se han hecho eco de
un suceso sumamente llamativo.
Más de
doscientos militares israelíes se habrían visto afectados por una infección
cutánea desconocida, esta misteriosa enfermedad llevó a que los responsables
militares de Israel evacuasen la base militar de Shifazon situada en el
desierto del Neguev, siendo los afectados examinados y algunos de ellos puestos
en cuarentena.
Llegando al
punto de que los 1500 militares de la base fueron enviados a sus domicilios y
la base finalmente cerrada.
Pero el
episodio médico no es lo importante, lo que reafirma lo que en esta entrada se
expone es que tras detallados análisis médicos se
llegó a la conclusión de que los soldados afectados por esa infección cutánea habían
ingerido medicamentos que provocaban esas erupciones cutáneas, y que las
habían tomado con la intención de hacerse pasar por enfermos y de esta manera librarse de prestar el servicio militar.
Por esta
estafa los implicados han sido sometidos a la justicia militar.
Y por último
haremos referencia a un hecho que inquieta sobremanera al Estado Mayor del
ejército israelí, me refiero al incremento de suicidios que se llevan a cabo
entre los soldados israelíes, y les preocupa tanto debido al hecho de que no existe
una causa concreta que explique este significativo aumento del número de
suicidios como porque los suicidios en los acuartelamientos están minando la moral
de las tropas.
Israel se
jacta de ser la mayor potencia militar de todo Medio Oriente y de contar con
una capacidad tanto ofensiva como defensiva que la hace invencible, pero a
partir de la derrota que sufrió a manos de Hezbollá en el Líbano en 2006 la
moral de las tropas descendió al comprobar que no eran tan invencibles como
pensaban.
Es así que
considero que el origen de todas las cuestiones a las que nos hemos referido
(protestas, negativas a participar en el servicio, simulaciones y por último la
ola de suicidios) no tienen su origen de modo exclusivo ni principal un
malestar moral causado por las criminales acciones del ejército de Israel
contra los palestinos, aunque pueda ser una causa más.
Lo cierto es
que son muchos los años que han pasado desde la creación del Estado de Israel
en 1948 y desde entonces no han cesado ni un momento los atropellos contra el
pueblo palestino sin que se elevase una sola voz militar o se crease una movilización
contraria a la participación en las unidades que actúan en los territorios
ocupados, luego la causa a mi entender debe ser otra.
¿Y que
nuevas realidades han aparecido que lleven a cambiar la motivación y seguridad
de las tropas de Israel?
En primer lugar se encuentra la
resistencia de Hezbollá y su cada vez mayor potencia militar que incluye
misiles, artillería pesada y carros de combate de los que hasta hace poco carecía.
En segundo
lugar la presencia de una potencia como Irán
que les hace sombra militarmente,
a excepción del armamento nuclear, y que
puede hacerle frente y alcanzar
su territorio.
Por otra parte, y no creo que se trate de un asunto menor, la población israelí que conforma el ejército y las unidades de defensa, va tomando conciencia de que ese victimismo del que ha vivido el Estado de Israel desde la segunda guerra mundial va desapareciendo y poco a poco la población mundial los va despreciando al verlos como los agresores criminales que son, y esto afecta a su moral nacional y a la motivación de combate.