lunes, 24 de abril de 2023

LA LUCHA CONTRA EL MUNDO RURAL, CONTRA LOS MEDIOS NATURALES Y LA ENERGÍA , UNA FORMA DEL GLOBALISMO DE ACABAR CON UNA ESPAÑA SOBERANA.

En los últimos años, pero muy especialmente en estos últimos meses, España está siendo víctima de un ataque perfectamente pergeñado y puntualmente llevado a cabo, una agresión que va dirigida contra la base física de nuestra nación y por tanto contra la infraestructura económica que de esta depende, acabando así con una parte fundamental de su soberanía puesto que nuestro país pasará a depender de otros. Aunque este es uno solo de los objetivos que este ataque pretende alcanzar. Como se podrá ver más adelante el fin último no es otro que colaborar con los planes globalistas de poder y control total de la humanidad. Acudimos, aunque la población no sea en su inmensa mayoría consciente de ello debido al silencio cómplice de la prensa, a unos verdaderos atentados que se esconden tras falaces e hipócritas “razones medioambientales” y de lucha contra el manoseado y más que dudoso “calentamiento global originado por la acción humana”. Asistimos a verdaderos sabotajes legales que están minando poco a poco la misma realidad física de España y ponen en serio peligro el sector primario de la nación. El hecho es que se están produciendo toda una serie de acontecimientos, a mi modo de ver nada casuales, que sólo adquieren algún tipo de sentido si son situados en el contexto de formar parte de una serie de pasos que sirven para la consecución de un objetivo. Se trata de cuestiones tanto de acción física directa, de omisión a la hora de tomar medidas lógicas y necesarias, así como de medidas internacionales que de una u otra manera convergen en una misma dirección, aunque en un primer momento puedan parecer aisladas y fruto de la demencia e ineptitud de las autoridades de las distintas administraciones. Estas decisiones que se toman y que producen una serie de consecuencia que sólo pueden ser adjetivadas de catastróficas, tienen consecuencias claramente negativas, lo que resulta más sintomático es que las consecuencias de esas decisiones son del todo predecibles, con lo que claramente deducimos que hay una clara intencionalidad al tomarlas. La causa es la búsqueda de implementar la Agenda 2030. utilizando para ello la estrategia de crear un problema para después ofrecer la solución, la cual resulta ser lo que se pretende poner en marcha o aplicar, eso que se pretende imponer, ir aumentando el control anulando al sujeto, acabar con la soberanía nacional y poner en manos globalistas todas nuestras riquezas. El primero de esos ataques a los que asistimos de forma abierta y que no aparecen, salvo en periódicos locales en algunas publicaciones digitales y muy de pasada en medios con un poco de mayor calado, es la destrucción de presas, embalses en nuestro país. En España según datos de la Sociedad Española de presas y embalses llegaron a existir 1226, pero solamente en el año 2021 se destruyeron más de cien, concretamente 108 barreras fluviales. De la misma manera con la excusa de la protección del medio ambiente y de favorecer que la fauna de los ríos pudiese desplazarse libremente a lo largo de los cursos de agua. Sin embargo, preocupación por la conservación del patrimonio natural que ya estaba plasmada en la legislación puesto que ya en la década de los 40 se introdujo la obligación de que todas las presas contasen con zonas escaladas para permitir el tránsito de peces y otros animales. La solución que entonces fue adoptada no consistió en destruir las barreras fluviales ya existentes o dejar de construirlas cuanto en realizar las modificaciones precisas en ya existentes y realizar nuevas otras nuevas pero sometidas a las condiciones que marcaba la ley para evitar la problemática ambiental.
Pero las razones ambientales no son las únicas que se aducen para justificar la destrucción y desmantelamiento de presas, también se señalan razones de tipo económico como la antigüedad de estas y la carestía de su mantenimiento, paralizándose o ralentizándose al máximo la construcción de pantanos hasta el punto de que 85 de los proyectados no fueron construidos. Medidas todas ellas que se toman y aplican en un momento en que España padece una gran sequía que da lugar a problemas en el suministro de agua a la agricultura y ganadería, con lo que el sector primario entra en barrena puesto que no puede acceder a un elemento fundamental para regar las plantas y dar de beber al ganado como es el agua. De esta manera se consiguen dos objetivos, de un lado se dan argumentos a la población para aceptar la mentira del cambio climático de origen humano justificando las medidas de control y los impuestos que su combate provocarán, de otro lado el Estado terminará reconociendo que no puede asegurar el abastecimiento de agua a los ciudadanos ni al campo con lo que se justificará la privatizará el líquido elemento , que pasará a manos de multinacionales globalistas, especialmente a manos de fondos de inversión como Vanguard y BackRock, dándose de este modo un paso más hacia la destrucción de la poca soberanía que aún conserva España. A su vez lograrán que se produzca desabastecimiento de productos alimenticios con lo que poco a poco se abrirá la puerta a imponer la alimentación a base de insectos, cosa que ya ha permitido la Unión Europea, y la generalización de la carne sintética en detrimento de una encarecida carne natural.
Otro punto al que quisiera hacer referencia es el que pone de manifiesto un interés directo en acabar con el patrimonio forestal de nuestra nación, del que aún nos queda. Me refiero a los terribles y cada vez más virulentos incendios forestales que asolan nuestros montes. El hecho de que se produzcan incendios en los bosques no es algo que se pueda evitar de manera absoluta, lo que si se puede hacer y no se hace es evitar que los incendios tomen tales dimensiones y que afecten a tan grandes extensiones forestales. Como señalan los agricultores, ganaderos, técnicos forestales y las personas que habitan en las zonas rurales los incendios se producen en verano pero se combaten en invierno, y es que si no se interviene en el monte en invierno despejando la cobertura vegetal de modo directo o permitiendo que los rebaños de ovejas y de cabras coman en el monte se desarrollará un matorral que al secarse dará lugar a una tea que ante cualquier fuego, por pequeño que este sea no será posible ser frenado dada la fuerza y amplitud que tomará. Todo esto lejos de hacerlo las administraciones públicas lo que hacen es prohibir, en nombre de ese ecologismo de salón, la utilización por parte de los habitantes de las zonas rurales del pastoreo y de la recogida de cualquier tipo de maderas. Denegando todas las solicitudes que los ayuntamientos hacen para limpiar el monte, tal y como ocurrió en la zona de Monfragüe en Cáceres cuando los ayuntamientos de la zona pidieron en numerosas ocasiones durante dos años limpiar, con sus propios medios, una zona que después sufrió un terrible incendio imposible de controlar debido a la vegetación que había invadido los montes de la zona.
Muchos se preguntarán por cual sería la razón de todo ello, pues por un lado proporcionar “pruebas” de que el “calentamiento global” es el responsable de los incendios, por otro acabar con una fuente de riqueza para los habitantes de las zonas rurales que junto a la muerte de sus medios fundamentales de supervivencia, la ganadería y la agricultura, provocarían el abandono de estas y la cultura rural que todavía atesora el espíritu y valor humano siendo además de hasta cierto punto independientes del Estado y sus políticas de control. Respecto a la cuestión energética no encontramos nada diferente puesto que lo que se toman y aplican medidas que tratan de acabar con la independencia y soberanía de nuestro país. Sólo señalaremos tres ejemplos de decisiones que llevarán a que nos convirtamos en esclavos y dependientes de las condiciones que nos vendan la energía de la que nuestra economía depende para poder seguir adelante: por un lado la destrucción de centrales térmicas, por otro la paralización de la energía nuclear y por otro decisiones como la entrega del Sahara Occidental a Marruecos con lo que esto significó a la hora de acabar con la importación barata de gas argelino, no podemos olvidarnos tampoco de que las ricas reservas de gas, petróleo y tierras raras presentes en la zona del suelo de la zona canario sahariana no pueden ser extraídas por España y Marruecos ha concedido a empresas británicas e israelíes hacerlo. Me niego a aceptar que estas absurdas y gravísimas decisiones que he señalado se deban al desconocimiento o a la mera torpeza, tras de ello se encuentra un claro fin que es acabar con nuestra soberanía y someternos a la globalista Agenda 2030.

No hay comentarios:

Publicar un comentario