viernes, 25 de octubre de 2019

LA PROFANACIÓN DE LA TUMBA DE FRANCO HA SIDO TAN SOLO EL PRIMER PASO.



                                                                         



Todos aquellos que vean en la profanación de la tumba de Franco llevada a cabo hace dos días en el Valle de los Caídos un hito que marca el final de la actuación sobre la basílica del Valle se equivocan totalmente. Y se equivocan dado que ese vergonzoso y cobarde hecho no es sino un paso hacia la consecución del objetivo que realmente persiguen, objetivo que no es otro que derribar la Cruz de la basílica del Valle de los Caídos.
Y es que el odio que masones y sionistas tienen a Cristo, a su Iglesia y a la Cruz, lo están plasmando a través de sus correas de trasmisión que son los izquierdistas, ateos y demás gentuza.

                                                                

 Este odio no les permite que se eleve en el Valle la más alta Cruz de la    tierra. Siendo así que por todos los medios trataran de que sea derruida y desaparezca.

                                                          

La historia de España ha enseñado a toda esta horda de viles cobardes que de frente no podrán conseguir nunca un objetivo como ese que buscan, puesto que lo más seguro es que los españoles se levantasen violentamente para impedir tamaña tropelía, es por ello que se ven impelidos a actuar manera modulada y por fases buscando a través de una desensibilización sistemática sumir en la mayor de las anestesias emocionales a la población para que una vez absolutamente narcotizada acepte acciones que en situaciones normales jamás permitirían.
Y eso es precisamente lo que están haciendo en estos momentos, anular cualquier posibilidad de reacción por parte de los españoles en general y de los patriotas en particular.
La exhumación del cadáver del Generalísimo ha sido el primer paso de esa estrategia y les ha salido muy bien puesto que la resistencia que han encontrado por parte de la población general, de los patriotas, de la Iglesia y de la magistratura ha sido prácticamente nula. 

Es decir, esta primera “prueba” ha sido superada y abre paso para que continúe esa estrategia de desensibilizar a la población española. Por lo tanto, ven que tienen vía libre para continuar con los siguientes pasos que paulatinamente se aplicarán para llegar al objetivo que se han marcado.

Los pasos siguientes tienen la misma   intención que la exhumación del Caudillo, llevar a que la población normalice las acciones ofensivas y los ataques a los sentimientos religiosos y patrióticos sin reaccionar.
En primer lugar, el gobierno expulsará de la basílica del Valle de los Caídos a los benedictinos que la regentan espiritualmente, todo bajo la acusación de realizar actividades más políticas que religiosas y señalando que la basílica es propiedad de Patrimonio Nacional, los benedictinos sólo serían usufructuarios.  Para que el choque no sea demasiado grande la utilización religiosa pasaría al obispado madrileño para que fuese él quien llevase la actividad religiosa del templo. De esta manera se estaría quitando la significación religiosa del lugar y sus símbolos para centrarlo exclusivamente en la política, con lo que todo quedaría sometido a las leyes, especialmente a la nefasta Ley de Memoria Histórica.


                                                                        
El siguiente paso es machacar a los españoles a través de los medios con la idea de convertir el Valle en un centro de   reconciliación entre españoles, para lo cual habría que quitar de lugar preferente a José Antonio. 

                                                              

Si se consigue que todo esto sea asimilado por la población se volverá a hablar de esa idea de hacer un memorial de reconciliación para todos los españoles que lucharon en la guerra civil, que es lo que ahora es. Pero argumentarán que eso no será posible hacerlo si los muertos que allí descansan o el mismo memorial está presidido por la  Cruz gigantesca que todo lo preside. En ese momento la extrema izquierda con las voces quejumbrosas de los supervivientes del bando republicano exigirá la demolición de la Cruz.  De hecho, la solicitud de hacerlo ya la ha planteado el grupo de extrema izquierda podemos y el gobierno del okupa Sánchez ha aceptado discutir el tema con ellos.

                                                                

La única manera de frenar el camino hacia la destrucción de la Cruz es boicotear alguno de esos pasos que seguirán para finalmente derribarla o volarla al modo talibán.

                                                         


De nosotros depende el futuro del Valle y su Cruz, la queja a posteriori no   tendrá ya sentido.

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