Toda crisis seria lleva aparejada algún tipo de ruptura, un replanteamiento de todas aquellas cuestiones que han llevado a ella y como consecuencia suele dar lugar a una variación de la realidad previa a esta.
Ahora
bien, la quiebra a que da lugar  una situación
crítica puede ser  más o menos
superficial y anecdótica o por contra afectar al núcleo mismo de la realidad
humana y social en la que esta se desarrolle. El nivel y la importancia de ese
cambio va a depender del grado  que
alcance  esa situación crítica , del
grado de  compromiso de aquellos que la
padecen o han padecido y de la visión analítica de aquellos que componen la
sociedad que sufre la citada crisis.
Desde
la apatía, desde una visión meramente economicista  o careciendo de  un mínimo de 
compromiso social  las crisis no
serán  nada de lo que se ha señalado, se
quedarán en meros periodos problemáticos sin repercusión alguna que lleve
aparejado cambio alguno.
La
grave situación económica por la que estamos atravesando  actualmente está poniendo de manifiesto, y
creo que así está siendo  considerada por
una gran parte de la población española, que el sistema político-económico en
el que estamos inmersos es injusto  e
inhumano.
Me
refiero tanto al sistema capitalista sometido a la dictadura del capital, a la
tiranía de los mercados financieros especuladores y a una organización
partitocrática sometida al bipartidismo y 
al despotismo de las cúpulas de los partidos.
El
individuo se ha convertido e un  mero
instrumento  en manos del capital y de la  cúpula de los partidos. Mientras los
ciudadanos pasan necesidad, las entidades bancarias, negocios privados no lo
olvidemos, son rescatados con el fruto del trabajo de esos mismos que el
capital explota y no duda en expulsar de sus casas si no son capaces de hacer
frente al pago de sus hipotecas.
La
quimera según la cual los ciudadanos estaríamos participando en el poder a través
de los partidos está siendo  puesta en
duda por una población que no se ve representada por una organización bipartidista  de listas cerradas  e inmersas en una corrupción generalizada.
Ojala  la población se levante y haga frente a este
estado de cosas cada vez más degradado e injusto que quiere engañarnos usando
palabras como libertad, democracia bienestar y justicia.
Pero desde la apatía, el borreguismo y la falta de compromiso cualquier ruptura o cambio resultará imposible.
Pero desde la apatía, el borreguismo y la falta de compromiso cualquier ruptura o cambio resultará imposible.

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