Todos los
incidentes callejeros, ataques a la población blanca y las humillaciones que esta
voluntariamente lleva a cabo antes los negros a los que hemos asistido,
especialmente en Estados Unidos, me ha hecho reflexionar mucho sobre la
cuestión y sobre lo que se encuentra detrás de todo eso a lo que asistimos y a
lo que la inmensa mayoría de la población blanca parece asistir con
indiferencia y hasta con cierta comprensión.
Para llevar
a cabo un análisis medianamente acertado de todo ello creo necesario establecer
una diferenciación que servirá para comprender la complejidad de lo que subyace
a todo este asunto.
Por un lado,
hay que referirse a los blancos que ven las agresiones a los blancos y los
disturbios junto a la rapiña que se produce, así como los ataques a las fuerzas
policiales de una manera comprensiva e incluso las disculpan.
Por otro
estarían los blancos, o euroamericanos, que rebajándose y prescindiendo de
cualquier atisbo de decencia, amor propio y honor se arrodillan ante los
negros, llegando incluso a besarles las botas o lavarles los pies.
Todo esto es
fruto del victimismo agresivo de unos y del complejo de culpa paralizador de
los otros.
Ambas cosas,
convenientemente azuzadas crean el caldo de cultivo para una violencia
desmedida por pare de los que han sido educados haciéndose sentirse
constantemente agredidos y culpando de sus problemas sociales y/o económicos a los
blancos.
De otro lado
nos encontramos con el hecho de que, al menos durante un tiempo, esos blancos
que son vilipendiados y agredidos mantienen una actitud pasiva puesto que
consideran cualquier reacción por su
parte no un elemento de legítima sino como un comportamiento racista del que han sido programados para sentirse
culpables.
El resultado
de todo esto, a mi modo de ver de
manera intencionada, no es otro que provocar la movilización de las conductas
agresivo-vengativas de la población negra que previamente había sido convenientemente
manipulada para que se viese como una comunidad racial agredida y sojuzgada por
los blancos.
Con esta planteamiento tan pedestre y maniqueo
la comunidad negra entraría en ebullición ante cualquier incidente,
supuestamente racista, en el que se viese involucrado un negro y que así lo calificasen y al que atribuyesen
intencionalidad racista los medios de comunicación.
Una vez
movilizado este sentimiento de venganza, los negros se convierten en la carne
de cañón del movimiento subversivo, antifa en esta situación, para luchar
contra el sistema occidental focalizado en estos momentos en combatir contra el
gobierno Trump ahora que están muy próximas las elecciones USA.
En el fondo creo intuir un intento de provocar una reacción defensiva blanca con el que provocar una confrontación civil racial de la que responsabilizar al gobierno de Donald Trump y a la comunidad blanca en general.
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