sábado, 6 de octubre de 2018

El hedor del poder en España.



                                                                                   



La semana pasada se han desarrollado en nuestra patria un cúmulo de hechos que a pesar de su extrema gravedad parecen haber pasado del todo desapercibidos para la practica totalidad de nuestros compatriotas, se trata de una serie de acciones y omisiones que han basculado en torno a un gravísimo suceso que ha llegado a ser oficialmente admitido por la misma ministra de justicia del actual gobierno socialista.

                                                              

 A pesar de su gravedad y de la verosimilitud el suceso, este ha sido voluntaria y culpablemente omitido tanto por los medios de comunicación-manipulación como por los hipócritas políticos que calientan las poltronas de la Carrera de San Gerónimo.

                                                                
El acontecimiento al que nos referimos y en torno al cual gira la gravísima situación a la que nos referimos es importante en si mismo y adquiere tal nivel de gravedad tanto por la degeneración y criminalidad que el suceso en si mismo presenta como por la falta de reacción política, judicial y mediática en torno a los personajes que en él se ven implicados.

Una vez llevada a cabo esta introducción pasamos a detallar sucintamente cual es el suceso y cuales las circunstancias que se han dado alrededor de él, y que sometidas a un análisis mínimamente crítico pone de manifiesto hasta que punto todas aquellas instancias que realmente detentan poder sobre los ciudadanos se encuentran inmersos en una suerte de confabulación que protege los actos más abyectos a la par que sirve para proteger los intereses económicos, políticos y profesionales de la élite que nos dirige.

Comenzaremos refiriendo el suceso:  La pasada semana el excomisario Villarejo, el cual había estado trabajando para el Estado en los servicios de información de la policía, lo que algunos denominan “cloacas del Estado”, hizo públicas unas grabaciones que llevó a cabo el año 2009.

                                                                      

 En una de estas grabaciones mantenía una conversación con la actual ministra de Justicia, Dolores Delgado, en la que esta le comunicaba que en una reunión llevada a cabo durante un congreso de magistrados y fiscales iberoamericanos celebrado en Cartagena de Indias, vio como altos miembros de la magistratura y de fiscalía, algunos de ellos magistrados y fiscales de la Audiencia Nacional de España, se retiraron del bar del hotel en el que se encontraban para dirigirse a sus habitaciones acompañados de chicas menores de edad.

Dado que estas grabaciones se hicieron públicas la ministra fué requerida para que señalase si era cierta esa grabación, y señaló que efectivamente   los hechos referidos en la grabación habían ocurrido de la manera que señalaba la grabación y que esta era verdadera.
A pesar de la extrema gravedad de los hechos que la grabación ponía de manifiesto y que la misma ministra reconocía como verdaderos, las únicas preguntas de los periodistas se centraron en la veracidad de la grabación en cuestión y en el lugar en que tuvo lugar el hecho señalado en esta.

Resulta más que curioso que ninguno de los muchos profesionales del periodismo presentes en la rueda de prensa ni posteriormente ningún periodista de alguna cadena de radio o televisión preguntasen a la ministra por la identidad de los altos magistrados que se habían ido a sus habitaciones en compañía de chicas menores de edad.
De igual manera resulta en extremo sospechoso el hecho de que ningún grupo político o miembro del Congreso o del Senado haya elevado pregunta alguna al gobierno respecto a la cuestión o haya solicitado que la ministra compareciese ante la Cámara para dar explicaciones sobre el tema y señalar la identidad de los magistrados a los que se refería en la grabación.
Curiosamente en este tema todos se ponen de acuerdo y mantienen una misma postura coincidiendo a la hora de no solicitar explicación alguna a pesar de la extrema gravedad de los hechos que las grabaciones, autentificadas por la ministra, dan claramente a entender.
 Cuando digo que se ponen todos de acuerdo es todos, puesto que desde la extrema izquierda hasta la derecha pasando por los nacionalistas vascos y los secesionistas catalanes el silencio respecto al tema ha sido absoluto.

Este sepulcral silencio guardado tanto por los periodistas como por la clase política se generaliza a temas tales como el del Bar España, en el que son varios los políticos, populares en este caso, como al de Kote Cabezudo, en el cual el diputado socialista Odón Elorza está siendo investigado al haber sido acusado por varias víctimas de este caso de presunta violación y explotación sexual en San Sebastián.

                                                                   




                                                                   
Otro caso que también está siendo objeto de investigación, al menos a nivel de los medios de comunicación digitales alternativos, no sometidos al poder político y financiero, es el del inspector jefe de la policía municipal de Puente Genil, el cual ha sido acusado de agresión sexual contra una menor de edad por un agente del cuerpo.
En este último caso ni siquiera se ha abierto causa o investigación judicial alguna, según señala el médico de urgencias e investigador Jesús Candel conocido en las redes como Spiriman, debido a la relación o afinidad ideológica con la presidente de la Junta de Andalucía, la socialista Susana Diaz.
Jesús Candel no ha conseguido que ninguna autoridad, partido político o político a título individual se interese por el asunto. Lo único que ha obtenido es recibir alguna reclamación judicial o multa que le ha llegado a él o alguno de sus colaboradores.

                                                                        


En el ya citado caso de Kote Cabezudo y la causa contra Odón Elorza todo han sido problemas y dilaciones para el letrado Diez Fernández,

                                                           

 el cual lleva la acusación contra el fotógrafo pederasta, presunto para no tener líos con la justicia, de cerca de diecisiete chicas que “supuestamente” fueron abusadas, violadas y fotografiadas por este Kote para después comerciar con ese material gráfico pedófilo a través de internet.

                                                                       



                                                                    

En el caso de Kote Cabezudo el letrado ha sufrido numerosos problemas a la hora de desarrollar su actividad como acusación.
De hecho la causa ha sufrido numerosas irregularidades, llegándose al punto de que el CGPJ llegó a sustituir a la juez que instruía el proceso, hay que señalar que esa juez llegó a negarse  a dar orden a las fuerzas de seguridad para que retirasen de internet las fotografías sexuales, de abusos y agresiones que fueron realizadas cuando las chicas aún eran menores y que continuaban a la vista en la red.

Este verdadero escándalo resulta muchísimo mayor cuando uno de los acusados de participar en la trama donostiarra de pederastia es el senador socialista, antiguo alcalde de San Sebastián Odón Elorza, el cual no ha sido interpelado en las Cortes por ningún político o requerido por periodistas de medios   de comunicación “supuestamente" serios. En este caso como en otros relacionados con la pederastia sólo los medios alternativos e independientes, denominados por algunos conspiranoicos, han tratado e investigado estos  casos como  a sus presuntos responsables.
                                                               

En todos los casos que se refieren a la pederastia nos encontramos con que cuando tienen relación con el poder se levanta un infranqueable muro de silencio que trata de esconder la más que probable implicación de los poderosos ignorando con ello el dolor de las víctimas y recurriendo a matar al mensajero.

De los datos aquí aportados y de lo que es conocido del Caso Alcasser nadie podrá poner en duda que el poder político, judicial y periodístico en sus más altos niveles está sostenido por toda una serie de actuaciones, chantajes y encubrimientos relacionados con los comportamientos pederastas, en otro caso no se entiende nada de lo antes expuesto.



                                                                 



                                                                       

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