Cuando ya nos estábamos habituando, a la fuerza, a que a la hora de tomar un café con más de una persona siempre alguna de ellas estuviese con el móvil viviendo en una realidad paralela ajena al resto de los presentes, cuando asistimos a como en los autobuses y trenes ya no se mantienen conversaciones con el que va sentado a nuestro lado, cuando nos habíamos acostumbrado a ver a mucha gente que va por la calle mirando compulsivamente su móvil, escribiendo en el wasap o mirando su correo electrónico, cuando gran parte de nuestros conciudadanos consideran que si no sacan una fotografía a algo es como si no lo hubiesen visto nos encontramos con algo nuevo. Aparece algo que va más allá y que nos acerca a una sociedad más deshumanizada si cabe. Algo que destrozará aún más la personalidad y la vida de la gente.
Ese todavía
más será el novedoso Pokémon go, el famoso e “inocente” juego que la semana
pasada se ha comenzado a comercializar en España y que este fin de semana ha comenzado
a crear adictos entre la población española.
Sabemos que toda
conducta humana es teleológica, es decir que va dirigida a la consecución de un
fin.
Se dirá que el
objetivo de la aplicación para los teléfonos móviles que hemos señalado no es más que la obtención
de beneficios económicos para la empresa que la ha desarrollado así como
promover el uso de los teléfonos móviles
y la venta de la aplicación. Pero a mi modo de ver esta explicación peca de
simplista e ingenua, ¿y porque digo esto? .
Muy
sencillo, no es lógico que en unas sociedades como las occidentales en las que hasta
los aspectos más nimios y privados de la conducta humana, tanto individual como social, están sometidos a la
legislación y son controladas por esas
autoridades que tanto “velan por
nuestros intereses”: ( prohibiendo
fumar en los bares, multando al pastor que abandona los cadáveres
de las ovejas de sus rebaños en el campo, impidiendo que los menores beban
vino o que encarcelan a un librero por vender libros que razonan sobre el holocuento),
no es lógico digo, que esas mismas autoridades tan preocupadas por nuestra
salud, nuestro bienestar y por el orden social, no tomen en consideración el
daño que para la salud mental, para la sociabilización de los menores y hasta
para la seguridad vial de los peatones lleva aparejado esta nueva aplicación.
Pero la
pregunta surge de manera inmediata, ¿y si la élite que verdaderamente dirige
nuestras sociedades tuviese unas intenciones que dan un valor muy superior al
mal que se deriva de este pokémon go?, de ser así entonces la cosa su actitud sería
comprensible, aunque no aceptable.
Puede que la cosa vaya incluso más allá, puede
que eso que cualquier mente sana y con
un mínimo de moral o ética considera un perjuicio para el ser humano y su libertad, esta élite
oscura lo vea como parte de un plan de dominación mucho más amplio.
Y nada
resulta más útil para aquellos que pretenden
instaurar un Nuevo Orden que lograr una sociedad compuesta de una
población sumisa, acrítica y vacía de toda conciencia grupal. Si logran que el
individualismo triunfe habrán conseguido
de un solo golpe acabar con la relación que une al sujeto con su identidad
social, cultural y nacional, habrán acabado con cualquier posibilidad de
resistencia a sus planes de dominio e imposición.
Hemos de
considerar que si con los medios ahora presentes:( móviles con wasap y con
acceso al correo) se ha conseguido que una gran parte de la población,
especialmente la más joven, funcione a modo de peleles pendiente más de una pantalla y de una
comunicación virtual que de interactuar
con los más próximos y se preocupen de
vivir a través de la cámara de su móvil,
qué no se logrará mediante el dispositivo al que nos estamos referimos, el
pokémon go, y cuyo funcionamiento explicaremos.
Del mismo modo
se ha conseguido que poco a poco el pensamiento deje de ser crítico y se
acepte como válido y cierto lo que las pantallas y medios comuniquen, todos
sabemos lo que eso significa: aceptar lo que la élite que dirige el sistema
quiere que creamos para que de este modo aceptemos todo lo que nos propongan e
impongan.
Y toda esta
modificación comportamental y mental,
toda esta deshumanización, se ha logrado con los medios que antes hemos
señalado, pues ahora los sujetos que componen la sociedad y la sociedad en su
conjunto se enfrenta con algo que ha
sido perfectamente diseñado para expandir un trastorno mental psicótico en el que se rompe la
relación entre la realidad y esa otra virtual
que se compone de hechos, visiones e interacciones carentes de existencia real.
Este juego,
en el que el sujeto ve aparecer en la imagen real que refleja la pantalla de su
móvil, gracias a la cámara, unos “pokémons” que ha de cazar, produce de un modo muy directo la ruptura de la diferenciación entre la
realidad y la mentira virtual. Precisamente por esto y por su carácter
reforzante produce una adictividad
realmente enfermiza.
Pero que
nadie se engañe, detrás de este
supuestamente inocente juego de entretenimiento y diversión se esconden
fines encaminados al control de los sujetos y con ello de la sociedad. El hecho
es que mediante esta aplicación se están robando miles o millones de datos de
los usuarios, datos que servirán para controlar o chantajear a los individuos.
Según señala
el portal de internet Gawker las aplicaciones de gran cantidad de Stmarphone
presentan políticas de privacidad sumamente preocupantes y que mantienen a los
usuarios con muy baja protección, pero en el caso del Pokémon Go se va un paso
más allá, ya que el usuario no sólo
facilita el acceso a su ubicación y a la cámara, sino que este permite
acceso absoluto a su cuenta de Google, y
no olvidemos que es Google, de quién es y a quién está subordinada a la hora de
transferir información, a la C.I.A.
En la
política de privacidad del juego hay un apartado que resulta preocupante:
“Podemos
revelar cualquier información sobre usted (o su hijo autorizado) que esté en
nuestra posesión o control al gobierno y a las fuerzas del orden incluídas las
fiestas privadas”.
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